De los inicios de la radio en Colombia conocemos que el 7 de agosto de 1929 se inauguró la HJN, durante el mandato de Miguel Abadía Méndez; un acontecimiento sin precedentes en la historia del país. Ese mismo año en Barranquilla se dio apertura también a la primera emisora comercial llamada HKD, una revolución sonora que se extendería por todas partes a pesar de las dificultades legales y económicas de la época.
Al Suroeste la radio llegó con el entusiasmo que generaba abrir los micrófonos y que se escucharan en Concordia, Andes, Santa Bárbara, Jericó y posteriormente en otros municipios. De manera acelerada y casi autoinstruida los nuevos protagonistas de la radio tuvieron que aprender las tareas propias del medio de comunicación hablado. Ser administrador de una emisora implicaba también tener conocimientos como productor, operario y locutor.
Libardo Egidio Ramírez Zapata es uno de los primeros incursores de la radio en la región, a él también le tocó aprender la profesión siendo muy joven, más que por amor a la radio lo hizo por una recomendación de su padre Antonio José Rámirez, quien fue uno de los fundadores de Radio Suroeste en Concordia en los años 60. El primer trabajo de Egidio en 1977 fue en Transmisora Surandes, ahora Radio Todelar, allí llegó con el título de bachiller y sin ninguna experiencia laboral para asumir el cargo de administrador.
“Me tocó multiplicarme, primero para volverme un autodidacta en el manejo de la voz, porque iba a dirigir a personajes que ya llevaban una trayectoria importante frente al micrófono y yo debía adquirir algo de conocimiento para poder llevar la riendas de la emisora en ese sentido, igualmente en el manejo administrativo, lo cual logré y eso me posicionó durante todo este tiempo, ya casi 42 años luego de haber logrado mi pensión el año pasado”.
Uno de los momentos más memorables para Egidio fue lograr su licencia como locutor de segunda clase en 1982, un requisito exigido por el Ministerio de Comunicaciones, hoy Ministerio de las TIC. La licencia se lograba aprobando dos exámenes; el primero era escrito y consistía en conocimientos generales de la radio, quienes aprobaran este examen podían presentarse al examen oral, donde se evaluaban elementos propios de la voz.
“Para quienes trabajaban en los medios de comunicación las licencias estaban calificadas en primera clase para televisión, segunda clase para cualquier emisora nacional sin importar su potencia y tercera clase, para emisoras regionales menores de 5Kb de potencia”.
Con varios años de experiencia adquirida y con licencia en mano, las buenas nuevas seguían llegando. En ese mismo año, en 1982 Transmisora Surandes emitió la primera visita que un mandatario nacional hizo a la región, llegó al municipio de Andes Julio César Turbay Ayala, presidente de la República.
De los pioneros de la radio en Colombia Egidio guarda en su memoria la admiración por personajes como Otto Greiffestein, Juan Manuel Rodríguez, Judith Sarmiento, Juan Jair Caicedo, Manolo Villareal, uno de los grandes lectores de noticias en el país, William Vinasco Ché, quien tuvo sus inicios en el programa Trabuco Todelar.
“Recuerdo exactamente que para el año 1977 tuve la oportunidad de conocer a Baltazar Botero, quien estando yo de primíparo en la dirección de la emisora transmisora Surandes, me llamó, acababa de llegar de La Voz de los EEUU y para abrirse nuevamente puertas en nuestro país se conectó con la empresa que para ese entonces producía la famosa gelatina Gelada e incursionó con un concurso de El loro a mí Gelada o nada, y yo le arrendé un espacio para hacer ese concurso desde el parque principal de Andes”.
Un buen timbre, una voz clara, una muy buena vocalización, una excelente dicción, la capacidad de descripción, de narración e improvisación, son los aspectos más fundamentales según Egidio, para que una persona pueda desempeñarse con éxito en el oficio de la locución.
“Infortunadamente desde hace unos años al declarar la locución como un oficio y no como una profesión se le dio vía libre a un sinnúmero de personas para ingresar a los medios de comunicación hablados como la radio; esto en “detrimento” de la locución que siempre llamó la atención con voces muy agradables, voces llenas, con excelentes timbres que fueron los que conocimos en los 60 y 70”.
Los pioneros de la radio en la región han marcado un precedente de seriedad y respeto por los micrófonos y sus oyentes, haciendo de este medio de comunicación uno de los más queridos y cercanos a las comunidades. Incluso cuando las distancias son remotas, la radio trasciende las montañas y siempre es bienvenida en las cocinas y cafetales del Suroeste antioqueño.