Jóvenes universitarios de diferentes municipios de la región se unieron para discutir y abordar los impactos de la minería en sus territorios, así nació en 2014 el Colectivo Jódete: Jóvenes por la Defensa del Territorio. Este era el nombre de un movimiento juvenil en Caramanta, que se había disuelto cuando sus miembros se mudaron a la ciudad para estudiar y trabajar.
La inquietud compartida por lo que estaba pasando en el Suroeste, la afinidad por el territorio y el deseo de hacer algo por el lugar de origen de cada uno, motivó la creación del colectivo, que se convirtió en un espacio para canalizar esa energía y trabajar juntos para proteger el territorio y promover la justicia ambiental.
Sus integrantes han participado en espacios de formación y articulación con organizaciones como el Cinturón Occidental Ambiental -COA y las Escuelas de la Sustentabilidad de Censat Agua Viva. A través de estas experiencias, han ampliado su perspectivas, pasando de un enfoque exclusivo en la minería, a una comprensión más holística del extractivismo y sus impactos en la región, para así desarrollar estrategias más integrales que promuevan la sustentabilidad en el Suroeste.
Avances del Colectivo Jódete
- Incorporación de la perspectiva de género, que considera cómo las cuestiones de género intersectan con la defensa del territorio, incluyendo a las mujeres de manera más efectiva en las estrategias.
- Enfoque interseccional para entender cómo las diferentes formas de opresión (género, clase, raza, etc.) se intersectan y afectan la defensa del territorio.
- Adaptación a las dinámicas, pues las condiciones de sus miembros, como el ingreso a la universidad y el trabajo, ha implicado ajustar los objetivos y alcances del colectivo.
“Los desafíos y obstáculos que ha enfrentado el Colectivo Jódete han evolucionado con el tiempo, pero uno de los más significativos ha sido la persistencia del patriarcado en la organización social. La lucha ambiental como una lucha interseccional que integre el sistema patriarcal ha sido compleja y ha implicado costos políticos para el colectivo. Entender que el patriarcado es parte de un sistema de opresión articulado al capitalismo y extractivismo es crucial para ejercer el liderazgo social en la defensa del territorio. Sin embargo, el trabajo voluntario y la necesidad de sobrevivir, han sometido al colectivo a condiciones adversas, como la dispersión geográfica y la constante movilidad, lo que a veces dificulta el trabajo. En este sentido, el colectivo enfrenta el desafío de desmontar el patriarcado y otros sistemas de opresión para avanzar en su lucha”, relató Sara Orozco, integrante del Colectivo Jódete.
Logros destacados
- Gestión de recursos y formulación de proyectos. El colectivo ha aprendido a gestionar recursos y formular proyectos para defender el territorio.
- Construcción de la Escuela Territorial de Mujeres (Ambuaduanua). El colectivo creó un espacio para que las mujeres defensoras del territorio se encuentren, reflexionen y fortalezcan su papel en la defensa del territorio.
- Círculos de Mujeres. Los círculos permiten a las mujeres reflexionar sobre sus roles y espacios dentro de la defensa del territorio, promoviendo la igualdad y la participación.
“Promovemos la educación popular con enfoque de género que abordan las cuestiones ambientales y de género en el contexto de la defensa del territorio, además, el Colectivo Jódete ha utilizado varias estrategias para defender el territorio, incluyendo la investigación para democratizar el conocimiento técnico sobre los proyectos mineros y sus impactos sociales, ambientales y culturales. También hemos creado redes sociales para unirnos con personas y comunidades afectadas por Anglogold Ashanti y otros proyectos mineros, para compartir conocimientos, experiencias y estrategias, así como la creación de contenidos audiovisuales como la serie animada `Historias Quebradas´, para visibilizar los impactos de la minería y las luchas de las comunidades”, indicó la integrante del colectivo.
Un desafío clave
En estos 10 años de trayectoria, los jóvenes del colectivo han enfrentado diversos desafíos, entre ellos el adultocentrismo; dentro de los movimientos de defensa del territorio, a menudo, las posturas y contribuciones de las y los jóvenes han sido invalidadas o minimizadas, y se les ha exigido que se ajusten a las perspectivas de las personas más adultas. Esto ha sido un obstáculo para el colectivo, ya que han tenido que luchar para que se reconozca y se valore su enfoque y su trabajo.
En el futuro
En los siguientes años, su objetivo seguirá enfocado en incidir en el territorio y promover el buen vivir. En el futuro ven al Suroeste como un territorio sin extractivismo. El Colectivo Jódete seguirá trabajando en procesos de educación popular ambiental y formación colectiva para profundizar en los conflictos ambientales generados por el extractivismo, encontrando formas de confrontarlos.