Por: Felipe Morales Área de Comunicaciones Alcaldía Betulia
Un 31 de diciembre de 1915, nació José Heriberto Ibarra Castillo en el municipio de Urrao, sus padres a muy corta edad se lo llevaron a él y a sus 13 hermanos a vivir a la vereda Los Animes del municipio de Betulia, pueblo cafetero y de gente pujante.
Desde ese día “…no he dejado esta tierra, aquí nacieron mis hijos y la familia sigue creciendo”, afirma entre risas, compartiendo algo tan significativo como el amor por su tierra y sus palos de café, a los que cuida con tanto afecto.
Con un cabello de oro, unas arrugas interminables a las que combate con ungüentos y un espíritu indomable, logró tener con su esposa Teolinda Castillo, quien falleció hace 12 años; nueve hijos, -siete mujeres y dos hombres-, hoy entre sus vastos recuerdos dice con orgullo que tiene 54 nietos, 41 bisnietos y 4 tataranietos, a los que levantó a punta de un jornal.
Son apenas las 5:00 a.m. y José Heriberto con sus 102 canas de vida, se levanta con premura a buscar la leña para arreglar su tan esperado tinto, con su espalda encorvada y su bastón, sus siete perros lo buscan con el interés de unas palmadas de afecto en una mañana fría.
Preparar el desayuno con sus manos encallecidas haciendo las arepas y realizar su famosa bandeja paisa con sus frijoles exquisitos lo entretienen todas las mañanas, donde aprovecha y se escapa para la tienda de César Ibarra a comprar el vicio que tiene hace más de 90 años, el cigarrillo, “…no hay día en que don Heriberto deje de comprar sus cigarrillos, tiene unos pulmones invencibles”.
Con el sol calentándole las manos y a la florescencia en los cafetales, Heriberto se dispone a desyerbar y a coger el café, en sus años de mocedad, época en las que vivió sus grandes aventuras, retrata que era un excelente agricultor y que gracias a éste trabajo pudo salir adelante con su familia. Hoy recolecta café no en cantidad sino en calidad gracias a su experiencia, paciencia y amor por esta labor tan ardua que tienen todos los campesinos cafeteros.
Los habitantes de la vereda se deleitan al verlo recolectando café, con su coco , el radio y su sombrero. Todas las tardes el sudor y el trabajo sin parar mantienen entretenido a don Heriberto, “…mi abuelo ha sido jornalero desde pequeño, ni los años le hacen perder el gusto, si está aliviado trabaja sin parar”, asegura su nieta Paulina Palacio.
José Heriberto Ibarra Castillo, es un gran símbolo de nuestro municipio por su lucha incansable con la vida, su lucidez, su espiritualidad, su carisma y en especial por el amor tan inmenso que tiene por Betulia, una tierra que lo acogió y le dio el hogar que siempre soñó; por eso su historia de antaño siempre permanecerá en cada corazón betuliano y en cada grano de café.