También hablamos con nuestro personaje del mes, don Tomás Fernando Llano, sobre la historia de su terruno, y esto nos contó:
El territorio que hoy comprende el municipio de Titiribí fue descubierto en 1541 por el Mariscal Jorge Robledo. Sin embargo, fue el Capitán Juan de Frades, subalterno de Robledo, el primer español que pisó estas tierras. Bajando por La Sinifaná, llegó al Alto de la Candela, habitado por los indígenas Sinifanaes, descendientes de los Nutabes, cuyo principal líder era el Cacique Titiribí.
Los Sinifanaes vivían en palenques de madera y se dedicaban a la caza, pesca y comercio con otras tribus vecinas, como las de Heliconia, Amagá y Sinifaná. Eran también agricultores y mineros, estableciendo la base de lo que sería la economía de la región.
El nombre Titiribí se debe al cacique que lideraba la tribu y habitaba lo que hoy corresponde a la Hacienda Los Micos.
A mediados del siglo XVIII, la riqueza minera de la región atrajo a numerosos inmigrantes, aumentando la población y fomentando la creación de un caserío. En 1775, don Luis Girardot, buscando los orígenes del oro del río Cauca, descubrió los ricos yacimientos de El Zancudo. Con la ayuda del minero José Forasquín, estableció un asentamiento en el lugar del hallazgo, conocido como Sitio Viejo.
El 14 de agosto de 1807, por autorización del Gobernador, se oficializó la fundación del Cantón de San Antonio Real de Minas de los Titiribíes, conformado por 94 familias dedicadas principalmente a la minería. Más tarde, el 17 de abril de 1815, el pueblo se trasladó al lugar conocido como Sitio de Pilos y recuperó el nombre de San Antonio de Titiribí. Finalmente, en 1822, obtuvo el estatus de municipio, adoptando oficialmente el nombre de Titiribí.
En 1794, Girardot denunció y explotó varias minas, incluyendo la de Sitio Viejo. Posteriormente, en 1848, José María Uribe Restrepo, político y empresario, fundó la Sociedad Minera de El Zancudo. Carlos Coroliano Amador Fernández, conocido como “El burro de oro”, se convirtió en su accionista principal y modernizó la explotación minera, logrando que en la década de 1880 El Zancudo fuera la empresa más grande y avanzada de Colombia. En su apogeo, la sociedad empleaba a más de 1.200 trabajadores y producía cantidades sin precedentes de oro y plata. Además, fundó un banco propio para manejar las transacciones de la empresa. Sin embargo, la mala administración, la falta de reservas y la ambición llevaron a la quiebra. A pesar de los esfuerzos por recuperar su estabilidad, la Sociedad Minera de El Zancudo cesó sus operaciones en 1945.
El auge minero trajo consigo un periodo de oro para las letras. Poetas, trovadores y copleros, tanto locales como foráneos, contribuyeron al legado cultural de Titiribí. Entre los nombres destacados figuran Efe Gómez, Luis Zea Uribe, Ñito Restrepo y Salvo Ruiz, quienes dejaron una huella imborrable en la historia del municipio.
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