Investigación de Daniel de Jesús Granados Rivera Maestro investigador, formador de formadores de la I.E.N.S.A. Magister en Educación en la línea de Formación de Maestros UdeA
Jesús Emilio representa esa raíz profunda de la educación. Su trayectoria no sólo se cuenta en años de servicio, sino en el impacto humano que dejó en estudiantes, colegas y deportistas, quienes lo reconocen como un referente de entrega, disciplina y amor por su municipio.
Jesús Emilio Sánchez Molina es sinónimo de responsabilidad, entrega, servicio a la comunidad amagaseña. Como Maestro, Secretario Académico, Auxiliar Administrativo y líder deportivo, profesional en Gestión empresarial, hijo de Jesús Emilio Sánchez Rendón y Esther Julia Molina Restrepo, padres campesinos oriundos de este municipio y sus nueve hermanos, entre ellos, las maestras María Eugenia, Rocío y Marnelly.
Realizó sus estudios de educación básica primaria en la Escuela Alejandro Toro Velásquez con los maestros: Gloria, Edilma Cano, Ligia Carvajal, Maruja Ocampo, don Orlando, Héctor Posada Ochoa. En esta misma institución cursó y aprobó los grados 6°, 7° y 8° de bachillerato. Recuerda especialmente a la maestra Merceditas Arias, por su entrega, compromiso y responsabilidad con los estudiantes en el proceso de formación.
En el año 1974, con la expedición del Decreto Nacional 080 y sus resoluciones reglamentarias, la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia le permitió hacer transferencia a la Escuela Normal para cursar la modalidad pedagógica. De acuerdo con las políticas del Ministerio de Educación Nacional y el Departamento de Antioquia, tuvo la oportunidad de llegar a dicha institución, mediante la estrategia de reclutamiento acompañada de la aplicación de una prueba escrita y psicológica, siendo seleccionado para cursar el grado 9º de bachillerato en 1975.
Se graduó como Maestro Bachiller el 22 de diciembre de 1977, por cuanto se requirió extender el calendario académico hasta esa fecha, por un paro realizado por el magisterio.
Quien le otorgó dicho título fue la recordada Trinidad Abigaíl, la coordinadora de la Práctica Docente era Hilda Herrera Cossio, dichas prácticas se realizaron en la Escuela Alejandro Toro, María Auxiliadora, Urbano Ruiz en Camilo C y Enrique Muñoz Villa de la vereda Paso Nivel.
Por varios años, la Secretaría de Educación y Cultura del departamento de Antioquia y el Ministerio de Defensa, concedieron privilegios para los normalistas, el primero de ellos era no prestar servicio militar, aunque se debía hacer todo el proceso de incorporación. “Fui eximido del reclutamiento y por haber sido el mejor normalista, la Secretaria de Educación y Cultura de Antioquia, por solicitud motivada y escrita por parte de la rectora, fui vinculado al Centro Educativo Travesías, ubicado en la vereda que lleva su nombre, para cubrir la creación del grado quinto de básica primaria, donde ejercí dicho cargo desde mayo de 1978 hasta inicios de marzo de1980”.
Jesús Emilio recuerda que inició con 11 estudiantes entre niños y niñas con metodología graduada, el horario de trabajo era de 8: 00 a. m. – 12:00 p. m. y de 2:00 p. m. – 5:00 p. m. Permanecía en la institución de lunes a viernes, a pesar de estar cerca al área urbana, porque estaban ampliando la Troncal del Café del Suroeste y ocurrían algunos contratiempos, con caída de piedras, derrumbes y cierres de la vía por seguridad, y luego viajó todos los días a su casa, ubicada en la carrera Santander, diagonal a la Normal.
La escuela contaba con dos bloques: una edificación antigua, donde atendían niños pequeños, orientados por las jardineras Ligia Velásquez, gran líder comunitaria de la vereda y Mercedes Puerta Agudelo. Esta estrategia era costeada por una ONG europea, incluyendo alimentación, pagaduría de las empleadas del restaurante y jardineras. En el segundo bloque estaba la planta física de la escuela, construida por el Comité Departamental de Cafeteros de Antioquia.
De esta comunidad tiene los mejores recuerdos, dice que la relación sigue intacta, las familias continúan siendo muy humildes, colaboradoras y acogedoras, que después de pasar 47 años de haber permanecido allí como maestro se siente satisfecho, a pesar de que en esa época no se tenían recursos suficientes para desarrollar la labor como docente, ya tres de las estudiantes están pensionadas como maestras. Es una comunidad muy afectiva, sana, abierta al diálogo y a la cooperación.
En el año 1980, la Secretaría de Educación y Cultura del departamento de Antioquia, en cabeza del doctor Horacio Correa Flórez. (q.e.p.d.) y la señorita Nelcy Betancur González, me ofrecieron el cargo de Secretario Académico de la Normal, por motivos de salud consideré conveniente cambiar de oficio y fue entonces la oportunidad para ocupar la vacante dejada por Nolberto Londoño Santamaría del municipio de Fredonia, quien se retiró del cargo para dedicarse a actividades comerciales.
Inicié en la Normal de Amagá como Secretario el 6 de marzo de 1980, con mucho entusiasmo en la administración de la señorita Rubiela Giraldo Giraldo, rectora exigente. Aunque no tenía experiencia, mi desempeño fue eficiente en el cargo gracias a la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia por las constantes asesorías y capacitaciones y apoyo incondicional del colega Adelmo Sánchez Giraldo.
En ese entonces, la tecnología era muy artesanal, rudimentaria, tenía como herramienta de trabajo una máquina manual Remington, un mimeógrafo, sellos de madera y caucho, sumadora, cosedora, perforadora, corrector de esténcil, parecido a un barniz. También se contaba con una máquina eléctrica, marca IBM de esfera, adquirida por la institución en 1979, era la única que había en el municipio, apetecida por otras entidades, por la posibilidad de cambiar el tipo de letra, buena calidad y presentación de los documentos y tarjetas.
El mantenimiento de estos artefactos era autorizado por la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia, era un proceso centralizado por la Dirección de Compras. En esa época se atendía del grado sexto al grado 11° con un total 270 estudiantes.
Al irse trasladada la rectora Rubiela para un colegio en Buenos Aires de la ciudad de Medellín y luego para la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia como programadora académica, deja una calculadora, algo innovador, para hacer la suma de notas y otras tareas propias del cargo de manera más rápida, pues el trabajo era en su mayoría muy operativo.
En esta administración la exigencia era a todo nivel, con los padres de familia, estudiantes, personal administrativo y docentes en pro de la formación inicial de maestros y en la infraestructura física, la construcción del aula múltiple y el enmallado de la institución.
Una de las experiencias significativas fue precisamente el lanzamiento en la Normal de la campaña CAMINA (Campaña de Instrucción Nacional), por parte de la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia, liderada por la exrectora de la institución, la señora Regina Salinas de Betancur, con el propósito de mejorar los niveles de alfabetización en la población de las personas que por algún motivo estaban fuera del sistema educativo, estrategia implementada en el Gobierno Nacional del doctor Belisario Betancur Cuartas, hijo ilustre de Amagá.
En 1986 llega a la institución la señora Consuelo Lopera, rectora muy humana, organizada, cercana, familiar, sencilla, carismática con excelentes canales de comunicación, buena gestión administrativa tanto en el componente de la infraestructura locativa, la gestión académica y el bienestar de la comunidad educativa.
Luego la administración del señor Efraín Henao Lopera (1993), se caracterizó por las excelentes relaciones humanas con la comunidad educativa, organizado, metódico y estratégico en la toma de decisiones de tipo ejecutivo y operativo.
La Normal se caracterizó por la articulación de la escuela y la comunidad normalista de ese tiempo, también se da inicio a la revolución tecnológica del cambio de la máquina de escribir manual, el mimeógrafo y la máquina de escribir eléctrica, a la consecución de una máquina electrónica, marca Brother, con capacidad de grabación de 32.000 caracteres, con disco rotatorio llamado Margarita, con la posibilidad de cambiarlo a diferentes tipos de letras. El primer computador (1994) de segunda, de buena calidad, que recibió la Normal, fue gracias a la gestión y colaboración de la Asociación de Padres de Familia, en cabeza del señor Norberto Echavarría Montoya, presidente de ese estamento.
En esa época, la institución compró varios computadores a la familia Vélez del Centro Poblado La Clarita, dueños del CESDE.
A nivel del desempeño como Secretario de la institución, expresa Jesús Emilio, que era muy riguroso, con mucha dedicación, uso adecuado de materiales y suministros como hojas de blog, papel carbón, jornada extensa, demasiada población flotante que requería de la expedición de certificados, constancias, que conllevaba demasiado tiempo; en los maestros se observaba mucho compromiso, aunque las fuentes de consulta eran mínimas en la bibliografía.
También recuerda Jesús Emilio que la comunidad educativa fue de mucha proyección en lo académico, lo científico, lo cultural, deportivo (actos culturales, danza, teatro, música, estudiantina, veladas culturales, banda marcial, participación en juegos institucionales, municipales, subregionales y departamentales, asistencia a eventos a otras poblaciones). La convivencia armónica, pacífica y el respeto mutuo entre los actores de la comunidad era un aspecto sobresaliente.
Otra de las épocas en la Escuela Normal en el cargo de Auxiliar Administrativo, fue en la administración -año 1997- del señor Carlos Adiel Henao Pulgarín: trabajador incansable frente a la formación inicial de maestros, entre ellas la acreditación previa, la acreditación de calidad y desarrollo y de la verificación de las 13 condiciones de calidad, líder en los procesos educativos del municipio y del departamento de Antioquia; preocupado por el mejoramiento de la calidad de los procesos educativos, dotación de materiales y suministros, infraestructura física y cualificación permanente para el personal docente, directivo docente y administrativos, además del apoyo constante y trabajo permanente en los diferentes estamentos de la comunidad educativa.
En el año 2001, la institución se fusiona a la Escuela María Auxiliadora, incluyendo los niveles de preescolar hasta el Programa de Formación Complementaria, hecho por el cual se aumenta a un total de 1.150 la población estudiantil, personal directivo, docentes, administrativos y una sede más.
A partir de la Constitución Nacional de 1991 y la entrada en vigencia de la Ley de Educación 115 de 1994, y sus decretos reglamentarios, regula desde los permisos laborales, personales y académicos y la proyección del cargo de auxiliar administrativo en el acompañamiento en diferentes eventos académicos, culturales y deportivos, los cuales frecuentaba en representación de la institución educativa y del municipio de Amagá, con docentes y estudiantes. La carga laboral aumentó y aunque mejoró el trabajo con el desuso de papel y el lapicero, creció la demanda de la elaboración de certificados, matrículas, sistematización de informes, revisión de planillas, impresión de boletines de calificaciones, libros de calificaciones, actas de reuniones, entre otras actividades.
Una de las satisfacciones más emotivas para Jesús Emilio es precisamente haberle servido a la comunidad amagaseña durante 37 años. El oficio de ser maestro en aquella tan recordada vereda Travesías y como secretario en la Normal, considerada su segundo hogar, no sólo por su desempeño laboral sino también, por disfrutar de esos espacios en todas las etapas de su vida; haber sido estudiante, secretario, amigo de la comunidad educativa y acudiente de su hija María Isabel, quien estudió gran parte de su formación allí y por ser parte de la familia normalista.
Además, de la colaboración, empatía del personal administrativo, docentes y directivos, alumnos, exalumnos, padres de familia y acudientes con los cuales trabajó en armonía y mancomunadamente, pues sin ellos no hubiera correspondido efectivamente con compromiso y responsabilidad, ambiente que favoreció para estar dispuesto a colaborar, con sensatez, lealtad, siempre atento a las necesidades de los usuarios internos y externos, correspondió a sus solicitudes propias del cargo, nadie se quedó sin recibir un servicio a tiempo, siempre y cuando lo haya solicitado con anticipación, en especial certificaciones para estudios o subsidios, diplomas, actas de grados o informes en el caso de las entidades e instituciones del orden municipal, departamental y nacional.
Dice Jesús Emilio que no puede dejar de lado la colaboración de doña Flora Castro de Vélez, aseadora (q.e.p.d.); Estrella Vergara, auxiliar de servicios generales, Edgar Cano, estudiante; Daniel Granados bibliotecario de la época y aún como docente, y de muchos otras personas, que por su generosidad siempre estuvieron en pie de lucha para que todo saliera bien en el momento que se necesitara.
La proyección a la comunidad de Jesús Emilio fue en la Junta Municipal de Deportes de Amagá, hoy IDEAR, desempeñándose como Presidente del Comité de Baloncesto y Secretario Ejecutivo (1982 hasta 1990). Actividades realizadas sin ninguna retribución económica, logrando avances significativos para el deporte, tanto en la construcción, dotación, masificación y diversificación del deporte, capacitación para el cuerpo arbitral y selecciones en diferentes disciplinas deportivas, que luego representaron al municipio en distintas fases zonales y departamentales programadas por Coldeportes Antioquia. (Hoy Indedeportes Antioquia). Por el excelente trabajo, constancia y gestión, se obtuvo un alto nivel técnico, llegando a la final, en varias oportunidades.
Otros de los logros obtenidos a nivel deportivo fue la construcción del Coliseo Cubierto Juan Montoya Correa, solicitud realizada por el Comité Municipal de Fútbol, liderado por el maestro Samuel Antonio Gómez (q.e..p.d.), el Comité Municipal de Microfútbol, dirigido por el señor Álvaro Urrego Jaramillo más conocido como Pachuco y el Comité Municipal de Baloncesto, como representante legal de este, durante el período presidencial (1982 – 1986) del expresidente Belisario Betancur Cuartas, lográndose materializar este gran sueño en tiempo récord, gracias a la gestión del inmolado, señor Juan Montoya Correa, alcalde municipal de la época.
Jesús Emilio nos cuenta que sus hobbies son la música, la lectura y los deportes como el baloncesto y el voleibol, deportes que le permitieron participar en los seleccionados del municipio de Amagá y del magisterio antioqueño.
También agradece al señor Jhon Conrado Sánchez Betancur por la invitación que le hizo a conformar el Comité de Baloncesto en 1982, con el fin de realizar el primer campeonato municipal, categoría libre, ambas ramas, con participación de equipos urbanos y de la zona rural, contribución que nos animó a varios a continuar trabajando por varios años en el Comité, con la finalidad de fortalecer el deporte como aporte al desarrollo y bienestar de la comunidad, y a la administración municipal de la señora Gladys Guzmán de Cuartas, maestra cofundadora de la Normal Rural Modelo de señoritas y exalcaldesa de la localidad, elegida por votación popular (1988-1989).
En su mensaje de despedida cuando se retiró de la Normal en noviembre 27 de 2014, Jesús Emilio compartió el siguiente mensaje:
“Aquí compartí 35 años de mi vida laboral como secretario, entre el lápiz y el papel, colmado de significativos aprendizajes crecí en esta inolvidable comunidad educativa de la Escuela Normal”.
Lectura recomendada
La experiencia de Luz Sorany Álvarez como maestra y modelo lingüístico con discapacidad auditiva