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Por Otoniel Echeverri Ruiz
Ex Director Ejecutivo
Asociación de Áreas Metropolitanas de Colombia -ASOAREAS
echeverri.ottoniel@gmail.com

Dentro del mandato constitucional, la descentralización es un mensaje contundente, la filosofía del constituyente 91 fue coordinar el desarrollo territorial, dando autonomía a las regiones para que luego a través de la ley 1454 de 2011 se diera la conformación de los esquemas asociativos, en donde las áreas metropolitanas han llevado y ejercido un papel de liderazgo, respetando la autonomía municipal, para la libre y voluntaria conformación de alianzas estratégicas que impulsen el desarrollo autónomo y autosostenible de las comunidades.

Así, la ley de ordenamiento territorial abrió por fin el camino tan esquivo hacia la autonomía regional. Los celos y caprichos de mandatarios municipales frente al gran propósito de unificar criterios para un desarrollo conjunto y concertado de regiones, pasan a un segundo plano, si se tiene la apertura mental que requiere este gran paso.

En la organización territorial metropolitana se presentan interrelaciones planificadoras, ambientales, económicas, sociales, demográficas, culturales y tecnológicas que ameritan la programación y coordinación del desarrollo sustentable y el ordenamiento territorial racional y ordenado.

El éxito de este esquema asociativo lo demuestran más de 40 años de experiencia del Área Metropolitana del Valle de Aburrá -AMVA, líder y primera en constituirse en Colombia, en donde obras comunes como el Sistema Metro, sistemas de conectividad entre los municipios asociados, acciones conjuntas en torno al medioambiente, la seguridad, el ordenamiento territorial, entre otros, atestiguan un desarrollo conjunto que ha influido en el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del Valle de Aburra, teniendo presente que cada día se presentan nuevos retos que exigen un esfuerzo conjunto. También es digno reconocer, entre otros, los avances en movilidad del Área Metropolitana de Occidente, así como la participación y apoyo del Área Metropolitana de Barranquilla, como autoridad ambiental en esfuerzo mancomunado con la administración distrital para la intervención integral de la Red de Arroyos Metropolitanos, teniendo como guía estratégica el Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial -PEMOT y el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano -PIDM, herramientas fundamentales que plasman la visión de un territorio sostenible, ordenado, conectado multicultural, incluyente, productivo, educado, asequible y adaptable. La ONU Hábitat ha sido un aliado permanente para las áreas metropolitanas legalmente constituidas.

Como buen ejemplo a seguir el Área Metropolitana del Valle de Aburra tiene un Plan Integral de Desarrollo Metropolitano con programas estratégicos, técnicamente definidos, para coordinar el desarrollo territorial, social, económico y ambiental de manera integrada y sostenible, siendo ejemplo de unidad y concertación entre autoridades y gremios de la zona, además de ser guía para otras áreas metropolitana del país.

El AMVA, con el apoyo de la Asociación de Áreas Metropolitanas de Colombia -ASOAREAS, el Congreso, dependencias y organizaciones nacionales, fue gestor e impulsor del trámite, promoción y estructuración de la Ley de Áreas Metropolitanas, Ley 1625 de 2013, que, entre otros, tiene por objeto dictar normas orgánicas para dotar a las Áreas Metropolitanas de un régimen político, administrativo y fiscal que, dentro de la autonomía reconocida por la Constitución Política y la ley, sirva de instrumento de gestión para cumplir con sus funciones. Con esta norma, las áreas metropolitanas adquirieron identidad propia, como ningún otro esquema asociativo colombiano, además de dotarlas de instrumentos para su financiación y desarrollo.

Desarrollo integral del Oriente antioqueño 

En esta pujante región del departamento es claro que existen hechos metropolitanos como la industrialización, la conurbación, el orden público, el medioambiente, la educación, la salud, el ordenamiento territorial, entre otros, que exigen decisiones concertadas entre los municipios, lo que significa que con la creación del Área Metropolitana del Valle de San Nicolásha llegado un momento clave en su desarrollo integral. Este desarrollo ha generado una creciente demanda de servicios públicos, infraestructura vial y el reto sigue siendo mejorar la conectividad interna entre los municipios y con otras subregiones, a través de redes viales más eficientes y sostenibles.

La conformación de esta área metropolitana debe estar encaminada con perspectiva de inclusión, pues existen de hecho muchos fenómenos comunes o hechos metropolitanos que ameritan una unión férrea y consolidada para asumir los compromisos y decisiones que hoy requieren la mayoría de los municipios de esta importante subregión de Antioquia. A todo lo anterior hay que unir el propósito y el impulso a una mejor seguridad, salud, educación, y como un gran clamor de la zona aparece la asociatividad como elemento clave para el desarrollo de programas y proyectos integrales en beneficio común de región. La protección de los recursos naturales y la adaptación a los cambios ambientales son fundamentales para garantizar un futuro próspero y saludable para las generaciones venideras.

Para ejemplo, tres áreas metropolitanas, como Bucaramanga, Barranquilla y Aburrá, que hoy detentan autoridad ambiental, funcionan coordinadamente en sus respectivas jurisdicciones aplicando muchas veces principios básicos de la función pública como colaboración armónica, complementariedad o la coordinación para no repetición de acciones y en aras de mayor eficiencia.

El avance de las tecnologías nos ha enseñado que hoy las fronteras sólo son el producto quizás de pensamientos retrógrados y de desconocimientos en sus avances y que sólo nos debe unir el trabajo en equipo para sacar adelante objetivos comunes y la conformación de un esquema asociativo como lo es un área metropolitana contribuye el bienestar comunitario y a romper la gran barrera de la centralización.

Nota de la redacción. En el Oriente antioqueño, el proceso de conformación del Área Metropolitana del Valle de San Nicolás avanza hacia una consulta popular convocada para el 9 de noviembre de 2025, en la que los habitantes de Rionegro, La Ceja, El Carmen de Viboral, El Retiro, El Santuario, Guarne, La Unión y San Vicente Ferrer decidirán si aprueban su creación. El Gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, junto con los alcaldes de los municipios involucrados, interpuso recientemente una acción de tutela contra el Ministerio de Hacienda por el no giro de los recursos necesarios para la jornada electoral. La medida busca garantizar el derecho a la participación política y permitir que el proceso se realice en los tiempos establecidos por la Registraduría Nacional. Mientras tanto, se adelantan conversatorios ciudadanos en distintos municipios para socializar los alcances del proyecto y promover una votación informada. La eventual creación del Área Metropolitana representaría un nuevo modelo de integración regional, con la posibilidad de coordinar políticas comunes en movilidad, medioambiente, desarrollo económico y planificación territorial, bajo los principios de autonomía y asociatividad previstos en las leyes 1454 de 2011 y 1625 de 2013.

Desde EL SUROESTE consideramos fundamental que nuestros lectores conozcan este proceso. La eventual creación del Área Metropolitana del Valle de San Nicolás representa un avance para el Oriente antioqueño y es una referencia valiosa para nuestro territorio que sigue fortaleciendo sus formas de asociatividad territorial.

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