Por Fer Campillo Comunicador Social - Locutor
En el corazón de Urrao, tierra de gente trabajadora y alegre, vive uno de esos personajes que dejan huella por donde pasan. Se trata de Don Manuel Cuadros, más conocido como “Jajaja”, un campesino de 71 años que con su simpatía, talento y energía inagotable se ha convertido en todo un símbolo de la alegría urraeña.
Padre de 12 hijos, Don Manuel es ejemplo de esfuerzo y tenacidad. Desde muy joven trabajó en el campo, cultivando la tierra con la misma pasión con la que hoy interpreta su música. Durante el día se dedica a la venta ambulante, recorriendo las calles con una sonrisa y siempre dispuesto a saludar. Pero cuando cae la noche, Don Manuel se transforma: se pone su sombrero, afina su voz y se convierte en el alma de las fiestas, llevando su música parrandera y popular a reuniones y celebraciones.

Su apodo, “Jajaja”, nació de su interpretación alegre y contagiosa de la canción “Totiao de la risa”, del maestro Mario Tierra. Y fue precisamente esta interpretación la que le dio popularidad y cariño entre la comunidad. Su peculiar estilo y su manera espontánea de disfrutar la música han hecho reír y bailar a quienes lo escuchan, convirtiéndolo en un artista popular muy querido.
Uno de los momentos más emocionantes de su vida fue cuando tuvo la oportunidad de hablar vía celular con el autor de la canción que lo hizo famoso. El maestro lo felicitó por su talento y carisma, expresando su admiración por la forma en que Don Manuel transmite la esencia de la canción. “Fue uno de los días más felices de mi vida”, recuerda con emoción Don Manuel.

El respeto y cariño que la comunidad siente por él son enormes. Egidio Vargas, uno de sus amigos y admiradores, lo define con orgullo: “El Jajaja es muy talentoso, verraco y muy trabajador.” Y es cierto. Su carácter humilde, y su espíritu alegre lo han convertido en un referente del pueblo, un ejemplo de que el talento y la felicidad no tienen edad ni escenario.
Hoy, Don Manuel continúa alegrando los corazones de los urraeños. Su risa inconfundible y su manera de interpretar la música son un recordatorio de que la verdadera felicidad está en las cosas simples: en cantar, en compartir, y en seguir soñando sin importar los años.
Porque si algo demuestra Don Manuel “Jajaja”, es que la alegría también es un don que se cultiva cada día, con la misma pasión con la que él cultiva la vida.
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