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El periodista y escritor veneciano Óscar Andrés Sánchez Álvarez celebró dos décadas de trayectoria con la publicación “La inesperada visita de un ovni al río Cauca”, un libro que reúne 32 crónicas escritas entre 2004 y 2024. La obra es una selección entre más de 500 historias que recorren los pueblos, las montañas y los personajes, especialmente del Suroeste antioqueño.

“El año pasado recordé en alguna conversación con amigos que estaba cumpliendo 20 años de haber llegado a las aulas de la Universidad de Antioquia a estudiar periodismo y aunque a finales del 2018 hice una pausa en el ejercicio periodístico nunca dejé de escribir porque uno es periodista para siempre”. Esa reflexión lo llevó a revisar su archivo de más de quinientas historias. “Me di a la tarea de ir a los archivos, clasificar, pulir algunas, complementar otras, y con apoyo de la comunicadora veneciana Lina Velásquez, que me ayudó en la edición, logramos extraer una muestra representativa, varias premiadas”.

El libro fue presentado en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, escenario que representa un sueño cumplido. “Hace muchos años visito la Fiesta del Libro. Y el año pasado me propuse que ya era hora de poder tener en este gran escenario el texto compilatorio que soñaba. “Cumplir ese sueño fue maravilloso, estuve acompañado de familiares y amigos de diferentes momentos de la vida en el auditorio de Editoriales Independientes, con la moderación del gran periodista Juan Gonzalo Benítez”.

Le preguntamos ¿Qué aspectos de la región se reflejan en la obra?

  • El libro sabe a pueblo, porque no sólo hay crónicas de Bolombolo y Venecia sino de otros lugares del Suroeste y del departamento, momentos, situaciones, personajes. Cuando empecé a estudiar periodismo en la Universidad de Antioquia, en agosto de 2004, nos pidieron contar historias…y para eso no había otra cantera que la memoria… recordé a la abuela materna Alba, “La Bella”, que aún vive, tiene 85 años. Iniciando las tardes llegaba a su cafetería, ubicada en plena Troncal del Café, saliendo de Bolombolo hacia el puente. La encontraba ensimismada leyendo un periódico tipo sábana, sobre el mesón de cemento de la ventana lateral del lugar, ubicado justo detrás de la antigua estación central del Ferrocarril de Antioquia, construida en 1936. En esa cafetería escuché varias historias y fui testigo de otras… mi mamá, “Nena”, hizo lo propio también en casa, compartiéndome sucesos, momentos y personajes de este puerto (Bolombolo) sobre el río Cauca en el que me crie y donde viví hasta que tenía 17 años, cuando migré a la ciudad para iniciar estudios universitarios. No necesitaba más insumo para iniciarme en oficio más bonito del mundo, como diría “Gabo”, el escritor que admiré con devoción desde el primer momento, que tuvo su origen como reportero, raso, a pie… o sea que había que ser periodista antes de ser escritor… Ernest Hemingway, Robert Arlt, Albert Camus, Oscar Wilde, Mario Vargas Llosa, George Orwell… no había lugar a la duda.

Una de esas historias, la que le da nombre al libro, ocurrió precisamente en Bolombolo. Por un día entero todos los ribereños juraban ser testigos la primera evidencia fidedigna de la presencia de extraterrestres en la tierra, hasta que llegaron pruebas contundentes que dejaban, al parecer, sin fuerza la hipótesis inicial… no les cuento más para que lean el libro… pero todos vimos un platillo volador flotando en el río Cauca, en la misma ruta del tren hacia La Sinifaná.

El autor define su oficio con una convicción profunda: “uno no hace periodismo para un premio, o pensando en escribir un libro y ser famoso, sino como un servicio o apostolado. Esa visión, dice, la aprendió de Jorge Iván García, su primer jefe en El Tiempo Medellín. “El periodismo es tan impresionantemente bello que un día estás viajando en un crucero… y otro día vas en mula, por un camino ancestral de Antioquia, en busca de una historia”.

Acerca de las 32 crónicas incluidas en el libro, nos compartió esta cronología:

  • Este libro reúne 32 crónicas escritas entre 2004 y 2024, una relación de dos décadas directa o indirecta con el periodismo. Unos primeros textos fueron premiados por la Universidad de Antioquia u otras entidades, y otros publicados en el Periódico Regional El Suroeste (2004 -2010). Luego hay otras crónicas que dan cuenta de mi paso por el El Tiempo, primero como practicante (2010) y luego como corresponsal para Antioquia (2011- 2015), etapa en la que hay historias, noticias “acronicadas” y personajes como Joaquín Bedoya, el rey de la parranda, quien falleció en noviembre de 2014 y que dejó 133 canciones con las que cada diciembre se prende la fiesta en los pueblos paisas. Posterior, hay otro par de reportajes, que tienen análisis político soportado en fuentes primarias, publicados en mi condición de redactor político de El Colombiano (2016 – 2019), dos de los cuales fueron reconocidos en los Premios CIPA a la Excelencia Periodística. Otros están relacionados con el Acuerdo de La Habana y la campaña en la que los senadores Iván Duque y Gustavo Petro se midieron en las urnas, dos procesos históricos que cubrí a profundidad. Luego, en una pausa en los medios periodísticos, en mi ejercicio como alcalde de Venecia (2020 – 2023), mi pueblo natal, documenté y publiqué un libro con la historia de la hacienda cafetera La Amalia, la primera en exportar café colombiano a Europa y los Estados Unidos, que nació con una crónica inédita incluida en el libro. Posterior, en el rol de director de Turismo departamental (2024 – 2025) he escrito varias crónicas inéditas de viaje, sobre los colores, saberes y sabores de varios Municipios Mágicos de Antioquia.

Sobre el proceso de escritura nos contó que “fue todo un proceso muy especial, porque es devolverse, mirar en retrospectiva y ver la evolución de una carrera periodística”. En esas páginas, cada crónica revela una parte de su crecimiento profesional y humano. “El periodismo me permitió conocer muy buena parte del departamento de Antioquia y sus gentes y cultivó la capacidad de diálogo, escucha y sorpresa, que es lo que un periodista jamás puede perder”.

Luego del lanzamiento, planea continuar compartiendo la obra en distintos espacios. “La siguiente meta es presentarlo en universidades de Medellín y Bogotá y tenerlo en algunas librerías de la ciudad y de varios municipios. También recibí una invitación para presentarlo en la Universidad de Morelia, estado de Michoacán, México. Y por supuesto, sigue escribiendo: “estoy escribiendo más, ahora crónicas de viaje, para un posterior proyecto bibliográfico. También estoy preparado la segunda edición del libro “La Amalia, una hacienda por donde pasó Colombia”, que es la historia de la primera finca en exportar café colombiano a Europa y los Estados Unidos. Nació en jurisdicción de Fredonia, pero luego, en 1909, pasó a ser parte del nuevo municipio de Venecia, creado por el decreto 480 del general y presidente Rafael Reyes”.

En cuanto a la acogida del público, expresa su gratitud: “estoy muy feliz porque ya vamos llegando a la meta inicial de distribuir los primeros 500 libros. La gente lo comenta, lo recomienda, lo pone en redes, y eso hace que más personas se antojen de leer estas historias, que no son cuentos, sino periodismo puro”.

“La inesperada visita de un ovni al río Cauca” es una celebración del oficio y la memoria. Entre pueblos, historias y personajes, Óscar Andrés Sánchez Álvarez reafirma que el periodismo no sólo cuenta el presente: también rescata la voz del territorio que lo vio nacer.

¡El Suroeste LEE!

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