Por Fer Campillo Comunicador Social - Locutor
Los muros del Santuario San José aún guardan las cicatrices de aquel día en que Urrao quedó atrapado entre las balas y la historia. Era la década de los ochenta, cuando la guerra avanzaba sin pedir permiso y los grupos insurgentes se convertían en protagonistas del dolor del país.
El 18 de noviembre de 1985, el Ejército Popular de Liberación -EPL y el M-19 irrumpieron en el casco urbano para anunciar la fuerza de la recién creada Coordinadora Simón Bolívar. Desde las 10:45 a.m. y hasta entrada la tarde, nuestro municipio vivió una de las jornadas más violentas que recuerda su gente.
Hubo explosiones, ráfagas interminables y discursos en plena plaza. Murió un policía defendiendo su puesto; una guerrillera estalló al detonar los explosivos que llevaba encima; un habitante, embriagado, perdió la vida desafiando a la autoridad. En medio del caos, un policía subió al campanario del Santuario San José y desde allí contuvo parte del ataque.
Finalmente, los insurgentes huyeron en buses escalera que tenían listos para su retirada.
Sobre ese día, la urraeña Isis Montoya, de 45 años, comparte este recuerdo: “uno de los recuerdos que tengo de la toma del 18 de noviembre de 1985 fue que yo estaba muy pequeña y mi papá, Alcides Montoya, era legumbrero en el parque principal. Recuerdo que bajamos ese día después del combate, que empezó faltando un cuarto para las once y se prolongó hasta las cinco o seis de la tarde. Al otro día, muy temprano, bajamos, y llegando a la calle del Comando nunca voy a olvidar la escena: en la pared donde antiguamente era la compra y venta de cabuya quedó una guerrillera desmembrada. Según los relatos, ella iba con una granada para tirársela al Comando de la Policía y un policía le disparó; explotó con la granada y quedó totalmente desmembrada en la pared. Esa fue la primera escena de la guerra que vi en mi municipio. Este 18 de noviembre de 1985 es registrado como el primer ataque al casco urbano por parte de la guerrilla, en este caso el EPL y el M-19. Recuerdo a una persona lavando la pared ese día… fue una escena perturbadora, muy triste. Es uno de los recuerdos que tengo del conflicto y de esa fecha”.
A partir de ese día, el conflicto se recrudeció: crecieron los enfrentamientos entre el Ejército y la guerrilla, aparecieron campesinos asesinados y Urrao quedó marcado por una herida que tardó años en cerrar. Tras los acuerdos de paz, el EPL y el M-19 se retiraron, pero luego llegaron las FARC, prolongando la guerra que azotó los años ochenta y noventa.
Una historia dura, pero necesaria de contar.
Porque en cada marca sobre el Santuario hay un recuerdo, una voz y una advertencia para no repetir la tragedia.
¿Algún recuerdo, comentario?
Nota. “Esta foto, de 1985, de Pablo Herrera, muestra los impactos de bala en la torre de la iglesia, cuando ocurrió la toma guerrillera del casco urbano, el día lunes 18 de noviembre del año mencionado. Efectivamente, El EPL y el M19, en alianza, decidieron tomarse la población, con el fin de hacerle propaganda a la recientemente creada Coordinadora Simón Bolívar, que agrupaba a las principales organizaciones armadas insurgentes del país. La acción fue dirigida por Bernardo Gutiérrez y Jaime Fajardo Landaeta, del EPL, y Rosemberg Pabón, Vera Grave y Darío Morales, del M19”: Jaime Celis Arroyave, Amigas y Amigos del Patrimonio Urraeño.
40 años de la toma guerrillera, 18 de noviembre de 2025.
Lectura recomendada
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