Yo soy maestra desde hace 21 años. Ejercí en escuelas, luego pasé a ser coordinadora académica por ocho años en instituciones privadas y luego estuve seis años en Medellín con el mismo cargo pero en instituciones públicas. Llegué en el 2015 al municipio de Valparaíso para ser la rectora de la Institución Rafael Uribe Uribe. En el colegio se han organizado todos los procesos, dejo el PEI escrito con el plan de estudio, los proyectos transversales, el mejoramiento en las pruebas Icfes porque del nivel C pasamos al B; queda sembrado el trabajo con los egresados, con la comunidad, sobre todo queda la consolidación de un equipo muy bueno, con gran sentido de pertenencia, son docentes excelentes.
¿Por qué se va entonces la rectora Genny Varela? Cualquiera que lea lo anterior se imagina que su vida profesional en la institución es muy feliz y que no quisiera abandonarla, sin embargo, la decisión no fue tomada por ella de manera autónoma, una voz amenazante le ordenó que abandonara el municipio, y con él, todo lo que ha construido tras tres años de intensa labor.
El lunes 15 de enero me llamaron y me dijeron que me daban ocho días para que desocupara el pueblo. Yo no tengo ninguna hipótesis porque la gente ha manifestado que está contenta con el avance del colegio, con el desempeño, entonces no encuentro un por qué o de dónde pueda provenir esta amenaza.
En esa misma semana, antes de verse obligada a tomar un rumbo lejos de las aulas de clases -pues más allá de su vocación debe primar el valor de su vida- a Genny la comunidad la acompañó a marchar por las calles de Valparaíso, la actividad estuvo custodiada en todo momento por la policía, pero madres y estudiantes la abrazaron, le expresaron su apoyo y solidaridad, mientras que el profesorado alzó su voz para pedir que el trabajo docente sea digno y ajeno a cualquier intimidación o daño contra sus vidas y buen nombre.
Hoy está en otro lugar esperando el análisis de riesgo del Comité de Docentes Amenazados. Está triste, no es para menos, siente miedo, no comprende por qué a ella, y no tiene claro si algún día tendrá las condiciones para volver:
Emocionalmente estoy muy afectada, ya fui a la EPS y en la Secretaría de Educación también me hablaron de asesoría psicológica. Cada vez que recuerdo la llamada me siento muy insegura. Me toca esperar la respuesta para ver qué pasa, yo sigo pendiente de algunas cosas de manera virtual pero no tengo claro si volveré.
Su caso no es el primero, en 2016 tres profesores del mismo colegio también fueron amenazados y posteriormente tras la investigación que arrojó que su integridad estaba en peligro, fueron trasladados a otras instituciones. Según la rectora, “finalizando el año tuvimos unas dificultades con las notas de unos estudiantes de undécimo, y a raíz de esa situación tres maestros fueron amenazados”.
Respecto a las intimidaciones, Sebastián Restrepo, secretario de Gobierno del municipio afirma que:
Desde la Alcaldía hemos estado muy pendientes del caso de la profesora Genny Varela, es una persona con grandes cualidades personales y profesionales. Con relación a los tres docentes que fueron amenazados, las autoridades descubrieron que se trataba de unos estudiantes y estos fueron individualizados y el tema pudo ser solucionado.
Algunos profesores y profesoras de la IE Rafael Uribe Uribe, han manifestado ante varios medios de comunicación que con los presuntos responsables “no se hizo nada” y que serían ellos los responsables de las nuevas amenazas contra la rectora Genny y un profesor de química que el pasado 25 de enero del presente año, también denunció que fue amenazado.
Sin embargo, tanto la rectora como el secretario coinciden en afirmar que aún no hay claridad sobre la procedencia de las amenazas. “No sabemos de dónde proviene la situación porque no se han presentado dificultades ni con estudiantes ni con padres de familia”, dice la rectora, “hipótesis a la fecha no tenemos, no queremos especular y preferimos que las autoridades continúen con su investigación”, dice el secretario.
Al Periódico Regional EL SUROESTE en el 2017 una persona que habita en el municipio y que nos pidió que reserváramos su identidad, contó que en Valparaíso habían varias personas amenazadas, que este delito se estaba convirtiendo en “algo común”, le preguntamos al secretario de Gobierno y argumentó que: “como secretario no tengo conocimiento a amenazas distintas a las que hemos recibido de los docentes. Ese tipo de denuncias como se interponen ante la Policía Nacional o a la Fiscalía, pues ya ellos le dan como trámite interno, entonces en ocasiones no se tiene acceso a esa información”.
Entre tanto, en el municipio ya se realizó un segundo Consejo de Seguridad y con el apoyo de la Secretaría de Educación y de ADIDA, las autoridades y la comunidad, esperan encontrar una solución para que cesen las amenazas contras maestros y maestras, no solo en el Suroeste, sino en todo el departamento.
Cifras y hechos
“Defender la educación pública equivale a trabajar para que la escuela sea territorio de paz con justicia social y justicia ambiental”. *(Informe sobre la situación de los derechos humanos de los docentes y directivos docentes del departamento de Antioquia y del Municipio de Medellín).
Las amenazas a docentes vulneran muchos derechos fundamentales, la libertad y la vocación se ven violentadas, se generan destierros, las dinámicas familiares y sociales se fragmentan, se deja una huella de zozobra entre la comunidad educativa.
Según información dada por la Secretaría de Educación en noviembre al diario El Tiempo, unos 154 docentes fueron amenazados en Antioquia. (Nos comunicamos con dicha dependencia para actualizar la información pero no fue posible obtener respuesta).
Datos de la Asociación de Institutores de Antioquia (ADIDA) señalan que el año pasado en donde más se reportaron casos fue en el Valle de Aburrá con 52, seguido por el Suroeste con 32 y el Norte con 12 maestros. Este año en nuestra región se tiene información sobre tres casos: dos en Valparaíso y uno en Urrao, un profesor que trabaja en zona rural.
En investigaciones y testimonios recopilados en el ‘Informe sobre la situación de los derechos humanos de los docentes y directivos del departamento de Antioquia y del municipio de Medellín’, las principales razones por lasque se generan las amenazas, son: microtráfico, grupos al margen de la ley, por convivencia con la comunidad educativa, por discriminación, por casos personales, entre otros.
Con relación a lo anterior, Claudia Arboleda, coordinadora de Derechos Humanos de ADIDA, explica que:
A final de año se presentan muchísimas amenazas por la terminación del año ¡“Que no me la pusiste a recuperar”!, ¡“Que mi muchacho perdió el año”!, que esto y que lo otro, son los reclamos de familias y acudientes en los colegios, y ninguna amenaza se puede subestimar, porque ni nosotros ni la Secretaría de Educación, sabemos quién es amigo de quién, qué contactos tengan… Nosotros a la mayoría les decimos que sí, porque está en juego la vida, podría ser un problema de violencia familiar o de violencia en la comunidad, pero de todas maneras por encima de cualquier cosa tenemos que garantizarle la vida a los maestros; entonces la mayoría son acogidos o se les hace un traslado, no pueden estar en la misma zona porque correrían peligro.
Sobre el caso de la rectora Genny Varela, Arboleda afirma que el pasado jueves 25 de enero “hubo una reunión y se decidió que la rectora va a ser ubicada lo más pronto posible”.
Claudia Arboleda hace un llamado tanto a los profes amenazados como a la comunidad en general:
Las cosas se tienen que visibilizar, no nos podemos quedar callados, tenemos que salir y contar para que el Estado entre a investigar y vea lo que está pasando. El llamado a la comunidad es a proteger, justamente en una reunión con la Subsecretaría Administrativa de la Secretaría de Educación, hablamos sobre qué acciones tomar, porque cuando un maestro (a) es amenazado (a) concurren una cantidad de cosas: una familia, una sociedad, unos estudiantes.