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Por Lucila González de Chaves
“Maestra del Idioma”
lugore55@gmail.com

¿Usted cree que el masculino genérico se queda corto?

El precepto académico es: «los sustantivos masculinos no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también, en los contextos apropiados, para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie sin distinción de sexos». (Gramática, RAE).

Este precepto que se rompe, casi siempre, en los foros en los que las mujeres son mayoría; lo mismo en reuniones y encuentros profesionales; en el deporte femenino, que cada vez cuenta con más presencia en los medios; en la composición de los distintos gobiernos, etc.

Muchos hablantes creen que el llamado masculino genérico se queda corto, por ejemplo: ante una mayoría, por ejemplo, de ministras, la gente cree que lo más adecuado sería hablar de las ministras del Gobierno, englobando con esta denominación a hombres y mujeres, lo cual es incorrecto.

El servicio de consultas de la Real Academia Española (RAE) explica que «los alumnos», en masculino, «es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones”.

Y presenta estas razones:

a). La economía lingüística:

Desdoblar cada apelación en dos géneros, son un circunloquio innecesario, ordinario y molesto, la mayor parte de las veces, como: el alumno y la alumna aplicado y aplicada serán los jefes y las jefas de los colombianos y de las colombianas.

Es pura bobería decir: los unos, las unas; los otros, las otras, los otres.

(Estos desdoblamientos tediosos pecan contra la gramática, la estilística, la sintaxis, el buen gusto; anulan por completo la armonía y musicalidad del idioma español. Tantas palabras inútiles y repetidas son un atentado contra el adecuado, correcto y preciso número de vocablos para construir frases lógicas, claras, sencillas).

b). La concordancia gramatical:

Ante soluciones como el desdoblamiento inútil y sistemático, la concordancia (tan decisiva en el lenguaje) se vuelve mucho más complicada y farragosa: ciudadanos senadores colombianos y ciudadanas senadoras colombianas de la república. Los ámbitos políticos, gubernamentales y educativos son los que se han encargado de hacer bien visibles tales melindres del idioma.

¿Cuántos géneros tiene el idioma español?

El género es una propiedad de los nombres y los pronombres. Los sustantivos en la gramática española solo pueden ser masculinos o femeninos. Pero, los demostrativos, los cuantificadores, los artículos y los pronombres personales pueden ser, además, neutros como cuando empleamos los vocablos: esto, eso, aquello; tanto, cuanto, mucho; lo, ello. 

¿Género igual a sexo?

El género, en gramática, no es lo mismo que sexo; es una propiedad gramatical independiente: la mesa es femenino, el libro es masculino y no tienen sexo).

¿Cómo se marca el género?

  1. a) Morfemas o terminaciones como: la -a en (niña); -esa, en (abadesa); -isa en (poetisa), -ina en (heroína), -era en (cocinera), -ana en (decana), – óloga en (psicóloga), -ada en (magistrada), etc.
  2. b) Raíces distintas: caballo, yegua; vaca, toro; (son los llamados heterónimos).

c). Determinantes: el artista, la artista; el cantante, la cantante: (se los conoce como: comunes en cuanto al género).

¿Los sustantivos ambiguos?

Se pueden usar en femenino o masculino indistintamente: el mar, la mar; esta última forma pertenece más a la poesía.

¿Cómo distinguir?

Términos como el cónyuge / las cónyuges distinguen el género por la concordancia y no mediante terminaciones, ejemplo: su cónyuge está enferma / enfermo.

¿Y los sustantivos comunes que denotan profesiones?

Cargos, títulos, empleos o actividades; en la evolución de muchos de estos nombres, aparecen las formas femeninas (ya aceptadas por la RAE), a medida que la mujer se ha ido incorporando a ellos (el socio, la socia; el juez, la jueza; el magistrado, la magistrada, el abogado, la abogada, el alcalde, la alcaldesa, etc.).

La Gramática académica

Ha acogido y declarado correctas, voces como: coronela, edila, fiscala, jueza, médica, plomera, árbitra, alcaldesa…

(El hecho de que una palabra suene bien o mal no es un criterio lingüístico).

¿Cómo evitar el desdoblamiento?

Para evitar el molesto desdoblamiento:

  1. Emplear colectivos: «la ciudadanía», por los ciudadanos; el alumbrado, la niñez, el discipulado, etc.
  2. Usar sustantivos epicenos como: persona, víctima, clientela.
  3. Sustantivos abstractos como: dirección, presidencia, alcaldía, secretaría, etc.
  4. Usar la paráfrasis, es decir: el ser humano, por: el hombre; el personal administrativo, por: los administrativos; la clase trabajadora, por: los trabajadores, etc.
  5. Empleo de relativos, ejemplos: quien solicite ayuda, puede acudir a la oficina….
  6. Formas explicativas: se necesita personal docente.
  7. Omisión del sustantivo en algunas construcciones: entrada gratuita para menores de 12 años.

 

Por Lucila González de Chaves
lugore55@gmail.com
lucilagonzalezdechaves.blogspot.com 

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