El 24 de abril de este año, más de 70 familias Embera Eyábida fueron desplazadas en el municipio de Urrao (Suroeste antioqueño) debido a la llegada de hombres armados al resguardo Majoré. Este hecho puso también en alto riesgo a otras 1.000 familias de los resguardos Valle de Pérdidas y Andabú.
A pesar de que el resguardo Majoré cuenta con protección colectiva de la Unidad Nacional de Protección, por presión y presencia de grupos armados al margen de la ley, 70 familias se vieron obligadas a abandonar su comunidad (Santa María) para salvaguardar sus vidas.
Para la fecha de lo ocurrido (24 de abril) La Gobernación de Antioquia había afirmado la presencia de la Séptima División del Ejército para recuperar el orden público, e informó además que esta situación había imposibilitado además la llegada de víveres para enfrentar la situación desatada por el Coronavirus (Covid-19).
Llegada de ayuda humanitaria
El día de ayer (18 de mayo), la Unidad para las Víctimas realizó una misión humanitaria helicoportada (debido a que los resguardos se ubican a tres días de camino y transporte mular desde la zona urbana de Urrao) para atender a las familias desplazadas.
La Organización Indígena de Antioquia -OIA denuncia además que la presencia de actores armados en los meses de marzo y abril aumentó en distintos territorios indígenas del departamento de Antioquia, en especial en los municipios de Frontino, Murindó y Vigía del Fuerte.
Con la ayuda brindada por la Unidad se suplieron las necesidades básicas de 89 familias de la comunidad Santa María. El Consejo Noruego para Refugiados y el Consorcio MIRE apoyaron con transporte y trajes de bioseguridad a los funcionarios que realizaron la entrega.
Fueron entregadas un total de seis toneladas de alimentos no perecederos, kits de aseo y kits de hábitat que buscan garantizar la seguridad alimentaria y sostenibilidad de las familias.
Claudia Vargas, enlace de víctimas del municipio de Urrao, afirmó: “(…) con la verificación de condiciones de seguridad y el censo poblacional actual, se pueden verificar otras carencias que esta población pueda tener para gestionar con las instituciones y poder suplirlas”.
Finalmente, la OIA insiste en que los territorios indígenas son territorios de paz, por lo que le exigen públicamente a los distintos actores armados, legales e ilegales, respetar sus territorios indígenas y bajo ninguna circunstancia hacer tránsito por los mismos.