Carlos Alberto Rivera Murillo nos cuenta que lo mejor de ser artesano es la libertad, “la artesanía me da la libertad de escoger dónde voy a estar…” Para él, la artesanía es un estilo de vida, ese estilo de vida que conoció cuando se graduó del colegio y decidió tomarse un año sabático antes de empezar la universidad para recorrer Colombia junto a un amigo haciendo artesanías.
La experiencia de vivir del arte fue tan cautivadora que se tomó mucho más tiempo del que Carlos tenía pensado, estudió joyería en el SENA, no terminó, pero aprendió lo que necesitaba para mejorar su trabajo. A los 28 años retomó sus planes e ingresó a estudiar Administración Financiera y obtuvo un título profesional que como él dice “utiliza cuando quiere”. Nunca se ha alejado de la artesanía, su especialidad es la técnica del alambrismo, la filigrana y todo lo que involucre manipular metales, de ahí surge el nombre de su emprendimiento Alquiarte, para hacer alusión a la alquimia: “buscaban convertir cualquier tipo de metal en oro, yo busco convertir cualquier tipo de metal en arte”.
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Además del metal, Carlos también trabaja la piedra, el hueso, el cuerno y un poco de tejido, accesorios con diseños únicos que imagina y luego los vuelve realidad gracias a las técnicas que ha ido perfeccionando a través de los años. La artesanía le ha permitido a Carlos conocer personas, culturas e idiomas, ha estado en panamá, Venezuela y ha recorrido gran parte de Colombia vendiendo sus productos.
Fotografías tomadas en la Feria de Artesanías y Cultura organizada por Concesión La Pintada en el CCO.
Actualmente vive en Andes, en una finquita donde tiene una oficina y un taller para elaborar todo tipo de bisutería, en el municipio también ha tenido varios alumnos, algunos de ellos están viajando y viviendo de cuenta de la artesanía. Para Carlos la artesanía es compleja, “no todos los días se puede diseñar, es como el que pinta o como el que escribe, si usted no tiene la inspiración no hace nada”. Pese a esto, reconoce que lo más difícil de ser artesano no es fabricar si no comercializar.
Carlos Alberto Rivera Murillo, artesano de Andes, admite haber cumplido todas las metas que tenía planeadas, ha estado en los lugares que ha querido, no tiene muchas proyecciones a futuro y prefiere que la vida lo sorprenda; su único sueño es viajar, viajar mucho y seguir haciendo artesanías.
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