Ciudadanos y organizaciones llevan bienestar al centro penitenciario de Ciudad Bolívar

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Diego Tobón
Gerente COAMAR

En Ciudad Bolívar, la comunidad se está uniendo para mejorar las condiciones sociales de los internos del centro penitenciario del municipio.

Al llegar al centro penitenciario se escucharon gritos y carcajadas, el teniente William Jurado, director de la cárcel de Ciudad Bolívar se apresuró para recibir a los visitantes. Gabriel Jaime Vásquez Guerrero y COAMAR, llevaron un nuevo y moderno televisor para mejorar las condiciones de esparcimiento de sus privados de la libertad, como los llama cariñosamente.

Esta vez, Gabriel Jaime Vásquez Guerrero y COAMAR, gracias a la gestión de Liliana Zapata, la Pastoral Penitenciaria, Diego Tobón y William Jurado, donaron un moderno televisor que reemplazó el obsoleto equipo de 21” con el cual más de 160 reclusos veían sus programas favoritos.

Al ingresar al patio principal, más de 160 internos nos esperaron formados, con gran disciplina y amabilidad contestaron cada uno de nuestros saludos, y con mucha disposición escucharon las palabras del teniente William: “Hoy debemos agradecer al señor Jaime Vásquez, a COAMAR, a Liliana Zapata y a las profes (Pastoral penitenciaria), porque están aportando su granito de arena para mejorar las condiciones de vida que tienen ustedes al interior de la institución…”, al terminar un fuerte aplauso retumbó en el recinto.

Posteriormente, me dirigí a más de 160 presidiarios, por primera vez en mi vida visitaba una cárcel, les dije cuan importantes son y cuánto esfuerzo pondremos como organización para apoyar su proceso de resocialización, para lograr que sean mejores seres humanos, porque no se es menos hombre al cometer errores, se es más persona al levantarse de ellos, al finalizar mi corto discurso un aplauso retumbaba y las gracias afloraban de todas partes.

Luego, uno de los detenidos, representante del grupo de derechos humanos, extendió su más sincero agradecimiento, resaltó la importancia de este televisor para el esparcimiento de los reclusos, y de nuevo agradeció a los gestores y al donante por acordarse de una comunidad que a menudo es olvidada y rechazada.

Para terminar, como buenos artistas empíricos, curtidos por la soledad que puede traer este lugar, tres personas maravillosas tomaron el micrófono y nos deleitaron con su canto, llenos de risas, aplausos y gritos disfrutamos cada instante.

Sí, disfrutamos y reímos al unísono, como personas en igualdad de condiciones, seres que unidos seremos pilares del cambio que tanto necesita nuestro país.

De esta forma, en medio de bromas, risas, abrazos y despedidas, se dio por terminada la actividad y la cárcel de Ciudad Bolívar quedó dotada con un nuevo televisor para el disfrute de sus privados de la libertad.

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