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Edición 200

La ganadería sostenible se refiere a prácticas ganaderas que buscan equilibrar la producción de alimentos de origen animal con la conservación del medioambiente, la salud animal y humana, y el bienestar social y económico de las comunidades locales. El objetivo es satisfacer las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.

En Colombia hay 670.000 productores de ganado, esta actividad económica aporta el 1,7 % del producto interno bruto del país PIB. Desde la Federación Colombiana de Ganaderos -Fedegán se adelantan acciones para mejorar la producción del negocio ganadero a través del trabajo amigable con el medioambiente; con el uso de diferentes tipos de árboles integrados a la producción ganadera (sistemas silvopastoriles) y la conservación de bosques nativos en las fincas.

Olber Ayala, subdirector de Ciencia y Tecnología e Innovación de Fedegán, argumenta que la ganadería sostenible es una alternativa para afrontar los retos del mundo actual. “El cambio climático es un desafío que tenemos como humanidad, es la agenda y va a ser la agenda en los próximos 100 años. Tenemos un planeta cuyos recursos están en disminución porque nuestro sistema económico y de producción es agresivo con el medioambiente, el 51 % del PIB mundial depende de los recursos naturales, sacamos todo de la explotación de la naturaleza. Necesitamos buscar alternativas a nuestras actividades económicas para afrontar el cambio climático, y la ganadería tiene una alternativa consistente en la sostenibilidad”. 

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Más de 40 años apostándole a la ganadería sostenible

El ganado fue traído por los españoles a Colombia en el siglo siglo XVII, inmediatamente hizo una interacción con el bosque, que funcionó muy bien, y comenzó a adaptarse hasta llegar a las características del ganado actual colombiano.  

Olaya describe que en los años 80 llegó a Colombia desde Inglaterra una línea de pensamiento de sostenibilidad, desde ese momento comenzaron a pensarse en el país nuevas formas de producir sin afectar los servicios ecosistémicos, con un enfoque en agroecología y en el no uso de agroquímicos. 

En el año 2005 Fedegán definió una política gremial en torno a la sostenibilidad y comenzaron a tejerse proyectos en torno a ella, llegaron recursos internacionales de entidades como el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, Gran Bretaña aportó 17 millones de euros en un proyecto que se llamó Ganadería Colombiana Sostenible que dejó grandes aprendizajes para el país.

De esta manera, Colombia se ubica como un país pionero en América Latina en temas de ganadería sostenible, “la ganadería puede hacer muchas cosas, en Colombia estamos mirando y proponiendo alternativas para hacer una ganadería sostenible, una ganadería amigable con el medioambiente”, señaló Olaya. 

Aunque otros países como Brasil, Argentina y Paraguay adelantan proyectos de sostenibilidad, Colombia lleva una gran trayectoria en el tema, siendo referente en América Latina. 

Sello Ambiental Colombiano: el Sello Ambiental Colombiano es una etiqueta ecológica que se obtiene de forma voluntaria y que certifica que el producto fue creado bajo parámetros de sostenibilidad. Para el caso de la ganadería, aplica el sello en la versión de ganadería bovina y bufalina.

Olber Olaya afirma que este sello puede ser tomado por los ganaderos como una estrategia comercial y una ventaja competitiva, y por los consumidores como un valor agregado frente a otros productos que no cuentan con este certificado. “El sello trae varios beneficios: un beneficio ético de que estás haciendo algo por tu planeta. Segundo, puedes abrirte a nuevos mercados, si hay un grupo de pequeños ganaderos donde todos estén certificados pueden aventurarse a un nuevo mercado y desarrollarlo con un factor diferenciador que le da la sostenibilidad, es la posibilidad de posicionarse con un valor agregado”. 

El bienestar animal: además del impacto ambiental, la ganadería también es criticada por el trato que recibe el animal, Olaya plantea que la ganadería sostenible también implica que el bienestar del animal esté garantizado, la mayoría de los ganaderos tienen claro que si se trata mal a un animal, se va a tener pérdidas, no hay nadie más interesado en que un animal esté tranquilo que el mismo ganadero, claramente hay muchas técnicas por desarrollar y muchos mitos que hay tumbar y hay un desconocimiento gigante de cómo tratar los animales”.

También indicó que, en evaluaciones internacionales de bienestar animal, Colombia es elogiado por las condiciones en las que vive el ganado, “cuando llegan los expertos en bienestar animal a Colombia nos dicen que es una maravilla, es un animal que está pastoreando, no está metido dentro de un galpón como ocurre en otras ganaderías del mundo cuando hay invierno”.

Sin embargo, sí hay un problema, y es que cuando en Colombia se presenta una temporada de lluvias o sequía intensas, se acaba la comida para el ganado, no hay una cultura de guardar comida, salvo en fincas que tienen cierto nivel de tecnificación se hace la medición de cuánto forraje se necesita para alimentar al ganado en esas situaciones. “No guardamos comida, entonces el bienestar animal se nos cae porque el animal pasa a aguantar hambre porque se acabó el pasto y hay un bajón en la producción”.

¿Qué futuro tiene la ganadería sostenible en el Suroeste?:la base social es lo que nos puede llevar a construir un futuro, me parece muy lógico el paso que quieren hacer en esta región, que acompañamos desde Fedegán y es la creación de una red de ganadería sostenible. Cundinarmaca, por ejemplo, ya tiene una red conformada y sólida, con la red se pueden pensar proyectos para meterlos a convocatoria nacionales e internacionales porque ni el gobierno local ni los ganaderos, ni Fedegan tenemos la plata, nos toca buscarla entre todos”, respondió Olber Ayala, subdirector de Ciencia y Tecnología e Innovación de Fedegán. 

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