Moisés Wasserman, académico colombiano y Claudia Restrepo, rectora de la Universidad EAFIT conversaron en Jericó durante el Hay Festival 2022 sobre los nuevos retos de la educación para hacerle frente a las transformaciones sociales y a las necesidades del país.
Contexto de la educación en Colombia
Claudia Restrepo explicó que “en Colombia hay un fenómeno social que entiende la educación, no solo como lo que se gesta dentro de las instituciones sino también desde la cultura, desde el carácter transformador de la educación”. El aislamiento durante la pandemia trajo consigo un cambio para el que no estaba preparado el sistema educativo colombiano, los estudiantes que ya estaban conectados con los entornos digitales pasaron a estar hiperconectados y a perder casi que toda interacción física en su proceso formativo.
La pandemia también dejó en evidencia la importancia de la educación sentimental, de que los educandos aprenden a asumir y a manejar sus emociones; la emoción política, la emoción con la que se toman las decisiones. A la educación le toca ocuparse de esas cosas y más en un contexto como el que vive Colombia, donde se agudiza la enfermedad en vez de curarla, se debe educar la mente pero también el corazón.
Waisserman planteó que a la larga, lo que quiere la educación o por lo menos la educación moderna es formar gente realizada y feliz: “no creo que alguien se dedique a la educación sin la ilusión de que gracias a sus esfuerzos alguien aumente su felicidad y eso es supremamente importante”.
Educación para el futuro
La educación en Colombia, específicamente la educación superior, ya no está pensada para la disciplina sino para el reto, para la construcción y la solución, porque cada vez el mundo cambia y nos obliga a adaptarnos. En las universidades se estudian áreas que en cinco años tendrán o una realidad totalmente diferente o quizá no existan, entonces la formación debe estar enfocada en preparar al profesional para asumir esos desafíos.
“La educación debe construir potencialidades, el educando debe tener la potencialidad de resolver problemas”, aseguró Wasserman.
En un mundo cambiante hacen falta competencias para toda la vida, el perfil es el de una persona que es capaz de enfrentar problemas de los cuales sabe muy poco inicialmente, antes la definición de experto era el que sabía todo, ahora es aquel que sabe resolver un problema sobre el cual no sabe nada.
Un puente entre la ciencia técnica y el humanismo
Claudia Restrepo hizo énfasis en que es hora de dejar de separar la educación técnica de la educación para la vida, ambas son igual de importantes e inherentes al ser humano. “La educación para el trabajo va a ser muy importante porque estamos cambiando, pero si pensamos que está separada de la educación desde lo humano, nos equivocamos totalmente”.
Moisés Wasserman describió el ejemplo que comparte en su último libro La educación en Colombia (País 360): el ser maestro tiene mucho de oficio, pero el maestro siempre está buscando cómo sus alumnos pueden aprender mejor, este es un proceso investigativo, netamente ligado a las concepciones de lo profesional. Por tanto, sería complejo encasillar al maestro en una profesión o en un oficio.
La reflexión final: la educación se transforma a medida que cambia el mundo, también los contenidos y la forma de enseñarlos, probablemente también cambiará el rol del maestro y del educando, lo importante es que el sistema educativo esté dispuesto a transformarse y eduque tanto en conocimiento como en sentimiento.