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En las entrañas del municipio de Támesis, entre el aroma intenso del café, el dulce secreto del cacao y los silenciosos mensajes de los petroglifos, bajo la protección fascinante del Cerro Cristo Rey, un grupo de jóvenes estudiantes del Instituto Técnico Agropecuario está explorando nuevas rutas de aprendizaje desde la comunicación.

Estos muchachos de décimo grado de la Técnica en Comunicación Audiovisual han emprendido una aventura: mirar y contar su territorio desde su propia perspectiva, desde sus ojos llenos de curiosidad, asombro y sensibilidad. Su tarea es hermosa y compleja, capturar el alma del Suroeste antioqueño, un territorio vibrante y profundamente enraizado entre sus montañas cafeteras.

Con cámaras, celulares, lápices, libretas y micrófonos recorren el territorio, se acercan a los campesinos, abuelos y vecinos para escuchar historias. Cada foto tomada, cada palabra escrita en sus cuadernos muestra un Támesis auténtico, un territorio que late con fuerza en el corazón mismo de su gente.

Una alianza significativa con el Periódico Regional EL SUROESTE permitirá que estas historias, estas producciones audiovisuales, no permanezcan únicamente en las aulas del colegio sino que se conviertan en ventanas abiertas para toda la región. El Suroeste, sensible a esta visión juvenil abre sus páginas para difundir las voces y narraciones de estos estudiantes para hacer resonar sus relatos entre las montañas.

El Instituto Técnico Agropecuario de Támesis ha comprendido algo esencial: el verdadero aprendizaje surge cuando los jóvenes se convierten en narradores activos de su realidad. Esta experiencia convierte los estudiantes en protagonistas, los hace conscientes del valor de su entorno, del peso de sus tradiciones y de las grandes posibilidades de su creatividad.

Al narrar el Suroeste estos jóvenes no sólo están documentando su territorio, están construyendo memoria, fortaleciendo identidades, afirmando raíces. Esta experiencia educativa muestra cómo la educación puede transformar vidas y cómo un proceso escolar puede convertirse en un herramienta poderosa de comunicación y formación. Porque contar el territorio es hablar de lugares, es dar voz a lo invisible, revelar lo cotidiano, dar testimonio de que en el Suroeste antioqueño desde la mirada joven hay una historia poderosa que merece ser contada.

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