Por Luiggi Méndez-Latalladi
Viajero
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Hola otra vez amigos lectores de este su periódico EL SUROESTE. Henos aquí, dispuestos a enfilar hacia un nuevo destino que aseguro develará ante nosotros nuevos paisajes, aventuras y maravillas que nos dejarán boquiabiertos. En nuestro viaje anterior fuimos al maravilloso Cancún y sus playas, así que variemos y dirijamos nuestros pasos hacia la montaña, pero hacia una montaña mundialmente conocida, una montaña muy especial… vayamos a Machu Picchu.
Machu Picchu, la ciudad perdida de los incas, está en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983 y desde el 2007 fue declarada como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno. No pude quedar más que encantado ante tanta belleza pues es verdaderamente majestuoso lo que uno tiene ante los ojos cuando visita la ciudadela inca. Fue construida a mediados del siglo XV en el promontorio rocoso que une las montañas Machu Picchu y Huayna Picchu en la vertiente oriental de la Cordillera Central, al Sur del Perú. Según documentos de mediados del siglo XVI, Machu Picchu habría sido una de las residencias de descanso de Pachacútec, noveno inca del Tahuantinsuyo entre 1438 y 1470. Sin embargo, algunas de sus mejores construcciones y el evidente carácter ceremonial de la principal vía de acceso demostrarían que esta fue usada como santuario religioso.
Vi gente de todos los países que viajan a Perú para emprender el viaje a Machu Picchu. Se puede ir en cualquier época del año, pero en temporada de lluvias hay que tener más cuidado por la crecida de los ríos y los posibles derrumbes que puedan darse en la vía del tren que nos lleva a este hermoso paraje. Esto puede ser una molestia porque en esta zona llueve mucho durante esa época y por eso pienso que los meses ideales para este paseo son de mayo a octubre, que es la temporada seca. Durante el resto del año puede que llueva, puede que no, pero la ventaja es que los precios son más bajos y no hay tanto turismo.
Total, nada que una buena sombrilla y ganas de ver algo único no puedan solucionar, así que también tiene sus cositas buenas ir en esta época. El frío va a ser un problemita para algunos, ya que durante todo el año las temperaturas permanecen estables: entre 10 ºC de mínima y 20 ºC de máxima. Yo recomiendo siempre llevar ropa abrigadora aunque durante las horas de sol probablemente hará alguito de calor.
Lo mejor sería elegir más de un día de nuestro viaje para visitar Machu Picchu. Al hacerlo así gozaremos con más tranquilidad del trayecto y no habrá apuros que nos impidan disfrutar de este viaje con el deleite que el mismo causa cuando se hace con calma. Hay que salir de Cuzco temprano y tomar un bus que llegue a Ollantaytambo que es donde está la estación de trenes a Machu Picchu. También se puede ir a la calle Pavitos y tomar un carro o en helicóptero. En la estación de Ollantaytambo, habrá que esperar pacientemente a que salga el tren a la ciudadela inca. El costo de este transporte varía alrededor de los 250.000 pesos, algo excesivo a mí entender para un tramo de dos horas.
Antes de llegar a Machu Picchu hay que pasar por el pueblo turístico de Aguas Calientes, ahí lo mejor es pasar la noche para después muy temprano partir a la ciudadela inca. Los hoteles son acogedores y hay para todos los presupuestos. En Aguas Calientes también se puede asistir a las aguas termales, son verdaderamente relajantes. No olviden el traje de baño para que no tengan que comprar uno, ahí los precios son exorbitantes. También hay muchos restaurantes, el Mercado de Artesanías ypara unos traguitos está el Waisicha Pab.
El ascenso a Machu Picchu se puede hacer caminando o en bus. Si se hace a pie demorará más de hora y media, pero las oportunidades de tomar fotos del paisaje y selfies son mejores. Si deciden tomar el bus se llegará en menos de media hora. Pese a que se paga más de 30.000 pesos por el bus yo lo recomiendo. El problema es que estar en la ciudadela inca ya es agotador, entonces para qué sumarle otro cansancio. Algunos suben caminando, sin embargo el agotamiento en la altura de Machu Picchu es presente y se hará notar tarde o temprano. Cuidado porque a algunas personas les falta el aire y hasta se desmayan. La concentración de oxigeno es muy baja a esa altura (2,438 metros sobre el nivel del mar).
Aconsejo llevar cositas de comer y agua en una mochila para que no tengan que comprar nada en la ciudadela inca. Ahí las cosas son carísimas y no vale la pena.
La entrada a Machu Picchu para los peruanos es de menos de 60.000 pesos, pero para los extranjeros es más del doble. Hay que intentar ser uno de los primeros 400 en llegar, como a las 6 de la mañana para que, si lo desean, tengan la oportunidad de trepar al Huayna Picchu, que es desde donde se obtienen vistas majestuosas de la ciudadela, esas que tanto vemos en revistas. Mucha gente que quiere llegar a esta montaña hace fila desde las 3 de la mañana. No es exagerado y vale la pena, créanme. Cuando entran a Machu Picchu el asombro es inmediato. Todo es perfecto. El área edificada en Machu Picchu es de 530 metros de largo por 200 de ancho e incluye al menos 172 recintos.
La arquitectura de los incas era sorprendente y sigue siéndolo hasta en nuestros días. La ciudadela es hermosa y hermoso es su paisaje. Desde el amanecer hasta el atardecer las vistas son espectaculares, tanto que parecen acuarelas sobre el lienzo de un artista.
s normal encontrar neblina por la mañana, nada para preocuparse, todo se despejará según avance el día. También es sobrecogedor el sentimiento de estar andando por donde caminaron personas hace cientos de años. Muchos dicen que las ruinas están en una perfecta posición. Para conocer bien la historia es bueno que soliciten un guía para que explique todo sobre la ciudadela, no cobran mucho.
Si esa será su única visita hay que calcular bien para que puedan estar a tiempo para volver a Aguas Calientes y posteriormente tomar el tren a Ollantaytambo.
Muchas personas consideran a Machu Picchu un lugar de misticismo y espiritualidad y otros un lugar donde se está más cerca de Dios. Yo no los culpo.
*Fotos Cortesia Manuel Villa.