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Que el idioma camine hacia el futuro, actualizado y correcto

Por Lucila González de Chaves 
Maestra, periodista y escritora
“Aprendiz de Brujo”
lugore55@gmail.com
  1. El lenguaje oficial

La mayoría de los colombianos leímos esto en un documento oficial fallido por no tener en cuenta las reflexiones de los demás:

“… Derechos Humanos de todos y todas, incluyendo a las mujeres, los niños y las niñas, los adolescentes, los jóvenes y los adultos mayores, los discapacitados, los indígenas, las comunidades, las poblaciones afrocolombianas, negras, palanqueras y raizales, la población LGBTI, los defensores y las defensoras de los D.H., los sindicalistas, periodistas, los agricultores y las agricultoras, los ganaderos y las ganaderas, los empresarios y las empresarias, los otros y las otras…”.

Es un lenguaje desastroso por minucioso, repetitivo, insistente, machacón, reiterativo, duplicador, superfluo, inconexo, farragoso, confuso. Un lenguaje que, por estar repleto de basura, se volvió vacío de importancia, muy monótono y de aburridora lectura…

Y ese es el lenguaje que pretenden imponer los estratos oficiales; todos los innovadores luchan por la “equidad de género” y su muy exclusivo “idioma”.

  1. Lenguaje sexista

Se incurre en lenguaje sexista cuando se emiten mensajes que, por su forma —es decir, las palabras escogidas o el modo de estructurarlas— resultan discriminatorios por razón de sexo.

El idioma español no es sexista; sí lo es, en algunos casos, el uso que de él se hace.

Las palabras género y sexo no son sinónimos.

a) El género

En sentido general es: conjunto de seres u objetos con rasgos comunes. Es sinónimo de clase o tipo. En gramática es una propiedad gramatical que divide los sustantivos y algunos pronombres españoles en masculinos y femeninos.

b) Género no es igual a sexo

“El género es una propiedad de los nombres y de los pronombres, que tiene carácter inherente y produce efectos en la concordancia con los determinantes, con los adjetivos… y que no siempre está relacionada con el sexo biológico”.

“Las personas no tenemos género. Tenemos sexo”.

“De ahí que la expresión ´violencia de género´ sea incorrecta, porque la violencia la cometen las personas, no las palabras. En nuestra lengua se debe decir ´violencia sexual´ o ´violencia doméstica´”.

c) El sexo es:

Una condición biológica de los seres vivos. Por lo tanto, según la norma, no es correcto decir:

¿Es posible el matrimonio entre personas del mismo género?

Lo correcto: ¿Es posible el matrimonio entre personas del mismo sexo?

Mesa es un sustantivo de género femenino.

El libro La isla del tesoro pertenece al género de aventuras.

d) “Violencia de género”

“Esta expresión se puso en boga a raíz de la aprobación en España de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que en la legislación anterior se contemplaba como Violencia doméstica”.

“Hay que aclarar, sin embargo, que en el nombre de los organismos especializados creados por esta ley se emplea el término violencia sobre la mujer. Son, por tanto, Juzgados de Violencia sobre la Mujer, y no Juzgados de Violencia de Género”.

A pesar de lo extendido de su uso, para las expresiones discriminación de género y violencia de género la Real Academia Española recomienda otras alternativas como:

Discriminación o violencia por razón de sexo.

Discriminación o violencia contra las mujeres.

Violencia doméstica. Violencia de pareja.

e) Profesiones

“Tradicionalmente existen una serie de profesiones históricamente asociadas a la mujer: secretariaenfermeramaestra, etc.; y las de más prestigio, generalmente han sido desempeñadas por hombres: abogadoingeniero, etc.

Esta antigua tradición ha provocado una cierta resistencia al empleo de vocablos femeninos sin ningún tipo de base lingüística. Todavía hay quienes protestan, alegando melindres gramaticales, por el empleo de la palabra presidenta y otras más….

Debe tenerse en cuenta que muchas formas han sufrido un desplazamiento en su significado y otras que, por sus características son válidas para ambos sexos. Hoy es correcto decir: abogada, ingeniera, arquitecta, y también: enfermero, maestro, secretario. El árbitro, la árbitra.

No deben dolernos los cambios de los tiempos y con ellos el correspondiente nuevo vocabulario. El idioma es un ser vivo y por tanto: crece, cambia, decrece, se renueva….

 f) Los genéricos

Por razones de economía lingüística el español considera el masculino como género no marcado, es decir, sirve para abarcar ambos sexos, por lo tanto cuando decimos:

Todos los hombres son mortales.

Los derechos del niño deben ser protegidos.

No estamos desconociendo que la mujer también es mortal, ni se excluye a las niñas del derecho a la protección. Se está haciendo un uso no restrictivo de los vocablos: hombresniño, que incluyen al común de los mortales.

Actualmente, esta característica gramatical correcta, da pie a muchas personas para asegurar que se invisibiliza a las mujeres.

g) @, ¿un signo lingüístico?

En lugar de usar: alumnos y alumnas; alumnos/as, hay personas que acuden a la invención de: alumn@s  —la forma con arroba se considera incorrecta, ya que la arroba NO es un signo lingüístico—, es preferible usar: alumnado (aunque este es un colectivo, y no el plural de alumnos y alumnas, por lo que no siempre es una sustitución válida); o también: estudiantes que no presenta variación de género.

h) Redundancia

Tampoco se acepta la utilización redundante del masculino o el femenino: ´la mayor parte de los ciudadanos y de las ciudadanas´, es un circunloquio innecesario y dañino para la armonía del lenguaje.

“El criterio básico de cualquier lengua es ´economía y simplificación´. Obtener la mínima comunicación con el menor esfuerzo posible, no diciendo en seis palabras lo que puede resumirse en dos”.

A lo largo de los últimos años, destacados miembros de la RAE han venido rebatiendo la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina: los papás y las mamás; los maestros y las maestras; los otros y las otras…

i) Conceptos

La RAE

Una comisión se dirigió a la RAE solicitando un informe sobre la corrección del desdoblamiento, como: diputados y diputadas´; ´padres y madres´; ´niños y niñas´, etc.

La RAE respondió puntualizando que “tales piruetas lingüísticas son innecesarias”.

“El empleo de circunloquios y sustituciones inadecuados como: ´diputados y diputadas electos y electas´ en vez de: ´diputados electos´; o, ´senadores y senadoras’, ‘resultan formas empobrecedoras, artificiosas y ridículas”.

El académico Francisco Rodríguez Adrados:

“Junto al machismo, que subordina todo al ser macho, han creado el hembrismo, y han olvidado lo importante, lo central: el ser hombre, en sus dos vertientes”.

“El mundo se reduce a sexo: ese es el lema de esta moderna herejía. Ahora comprenderán su reflejo lingüístico”.

“Primero, confunden género y sexo: una silla es femenino, pero no hembra; un sillón es masculino, pero no macho…”.

“El género común es útil, evita pérdidas de tiempo y sintetiza abarcando ambos géneros y ambos sexos…”.

“Decir con Quintiliano: al niño se le debe máxima reverencia, evidentemente se refiere a niños y niñas”.

El académico Gregorio Salvador:

“Me refiero a la estúpida incorrección lingüística de decir: ‘todos y todas´, ´los compañeros y las compañeras´…. Basta con decir ´todos´; ´compañeros´ “.

El lingüista Francisco Rodríguez:

“Estudien gramática, señores y señoras”.

“Sustituir la expresión: ´los funcionarios´, por: ´los funcionarios y las funcionarias´, es tonto e inútil, destroza la economía del lenguaje. Es grotesco”.

  1. Cómo evitar el molesto desdoblamiento:

a. Emplear colectivos: “la ciudadanía”, por los ciudadanos; el alumbrado, la niñez, el discipulado, etc.

b. Usar sustantivos como: persona, víctima, clientela.

c. Sustantivos abstractos como: dirección, presidencia, alcaldía, secretaría, etc.

d. Usar la paráfrasis, es decir: el ser humano, por: el hombre; el personal administrativo, por: los administrativos; la clase trabajadora, por: los trabajadores, etc.

4. Los nombres de países

Pueden usarse opcionalmente precedidos de artículo: (el) Canadá, (los) Estados Unidos, (la) India, (el) Líbano, (el) Perú, etc. En estos, el artículo no forma parte del nombre propio, por lo que se escribe con minúscula, y puede unirse con las preposiciones A, DE, dando lugar a las contracciones: AL, DEL. Ejemplos: Nunca he estado en la India – Nunca he estado en India.
Viajó al Canadá  – Viajó a Canadá. Vengo del Perú – Vengo de Perú.

Otros topónimos o nombres, en cambio, no admiten su uso con artículo, como: Iremos a Chile, han vuelto de Egipto, No conozco a Panamá.

Existen, además, algunos topónimos en los que el artículo es parte del nombre propio. En esos casos, el artículo se escribe con mayúscula inicial y no se une en la escritura con las preposiciones: ade; ejemplos: Lo conocí en La Habana.

Volverá a El Cairo el mes que viene.
Vengo de El Salvador.

  1. Dice la Academia

a) Mezzosoprano

El italianismo mezzosoprano se escribe en minúscula, en cursiva y en una sola palabra.

Ejemplos incorrectos: “La mezzo-soprano Paula Murrihy es su intérprete en el primer reparto”. “Se contará con la presencia de la Mezzo-Soprano…”. “Ella ha seguido cursos con la mezzo soprano Sophie Roland”.

Debió escribirse: “La mezzosoprano Paula Murrihy es su intérprete en el primer reparto”. “Se contará con la presencia de la mezzosoprano…”. “Ella ha seguido cursos con la mezzo Sophie Roland”.

Según el Diccionario de la lengua española, el término mezzosoprano hace referencia tanto a la ‘voz intermedia, en su registro, entre la de soprano y la de contralto’, como a la ‘persona que tiene este tono vocal’.

Al tratarse de un extranjerismo que no se ha adaptado a la lengua española, su grafía correcta es mezzosoprano, en cursivasin guion ni espacios intermedios y en minúscula, puesto que es un nombre común.

El vocablo “mezzo” es una alternativa igualmente válida con este mismo significado.

b) Cónsul, consulesa

Las expresiones: la cónsulla consulesa son femeninos válidos para referirse a las mujeres que ocupan ese cargo diplomático. En los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como “La cónsul de Cuba destaca las grandes oportunidades de inversión en la isla”. “La consulesa paraguaya en Madrid, confirmó que el supuesto asesino quedó detenido”.

El Diccionario académico incluye la forma consulesa  como femenino de cónsul. Aunque señala que sigue empleándose más como palabra común en cuanto al género (el cónsul  – la cónsul), tal y como aparecía en ediciones anteriores; pero no hay razón para evitar la forma femenina consulesa. Por todo ello, los dos ejemplos iniciales pueden considerarse correctos.

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