El periodismo es el mejor oficio del mundo. El periodismo que escucha, reflexiona y propone; ese que Álbaro de J., Álbaro con “b” y solo “de J.”, impartió en 126 ediciones del Periódico EL SUROESTE y en 84 ediciones del Periódico El Amagaseño. Más de cuatro mil páginas que retratan la identidad y cultura del Suroeste antioqueño.
El periodismo es el mejor oficio del mundo. Ese periodismo que camina entre cafetales, socavones, pasillos diplomáticos y las calles de nuestros pueblos a la vez.
El periodismo es el mejor oficio del mundo. El que no se tiñe de partidos políticos así suene a utopía, pero nos sirve para marcar el límite. Ese periodismo que investiga, contrasta y empodera a la comunidad.
El periodismo es el mejor oficio del mundo. Ese que no se hace por vender y vender sino el que se hace para leer, aprender y por el mero placer de comunicar, en este caso para el desarrollo.
Los cínicos no sirven para este oficio; otra frase que he escuchado en los cánones del periodismo y Álbaro, don Álbaro no por imposición sino por respeto propio, sí que sirve para este oficio.
El periodismo regional y alternativo es el mejor oficio del mundo: se puede ser independiente, se puede ser feliz, se puede aprender haciendo. Cumple la función de transformar territorios y llenar los vacíos que las agendas informativas del país generan en su afán de rating.
Este periodista que antes de fundar este medio de comunicación jugó baloncesto, fútbol, promovió concursos de música carrilera, declamó, escribió versos, dirigió el Hogar Juvenil Campesino de Amagá, fue candidato a la alcaldía de su municipio, trabajó en la Voz de las Estrellas y Todelar en Cartagena y amó el ciclismo, ya sabía que la independencia es el único valor meritorio de un medio de comunicación y de un hombre. Creyó más en la fuerza de la palabra que de las armas.
Una Llama Eterna
En la pasada celebración del Día del Periodista, el Club de la Prensa de Medellín rindió homenaje póstumo a quien es nuestro fundador, inscribiendo su nombre en la Llama Eterna, monumento a la libertad de prensa.
“Las llamas eternas flamean día y noche en todo el mundo para honrar la pérdida de personas de gran importancia (…). Queremos hoy recordar con respeto y con gratitud a los colegas periodistas que fallecieron en los últimos meses”, expresó el maestro de ceremonia Jota Jairo Hoyos en la Plaza de la Libertad en Medellín, donde está la única Llama Eterna que existe en Colombia durante cinco años encendida.
Augusto Posada Sánchez, presidente del Fondo Nacional del Ahorro, hizo llegar su mensaje de solidaridad hasta este evento. “Álbaro sembró en Amagá y en especial en el Suroeste antioqueño semillas de esperanza, sentido de pertenencia y de mucho liderazgo para llamar la atención hacia la solución de cada una de las carencias de esta región”.
El nombre de Álbaro Valencia Cano está desde el 9 de febrero de 2016 en una de las placas ubicada en la base de la Llama Eterna, monumento que busca no dejar en el olvido a los periodistas que han ejercido este oficio en el departamento o han nacido en esta tierra.