El plan para cuidar las sabaletas de los ríos antioqueños

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Foto: Convenio BIO                                                                                   El convenio BIO, entre la Universidad de Antioquia y EPM, ha permitido entender mejor el impacto de los proyectos hidroeléctricos en 21 municipios del departamento y cómo se adaptan algunas especies nativas.

Es probable que mientras usted lea este artículo haya un grupo de científicos de la
Universidad de Antioquia pensando en cómo multiplicar los peces. La obsesión de ese
grupo de investigadores con las sabaletas, su comportamiento y su reproducción no tiene
que ver con tintes mesiánicos o epifanías luego de la Semana Santa. Tampoco con sus
experiencias gastronómicas o sus preferencias proteicas.

Tiene que ver más bien con uno de los componentes del convenio BIO en el que EPM y la
Universidad de Antioquia se asociaron desde 2017 para estudiar especies de fauna y flora
en zonas de influencia de proyectos hidroeléctricos como Guatapé-Playas, Porce II y Porce
III, y cómo estos cuerpos de agua artificiales alteran la ecología de los territorios.

Iván Darío Soto, profesor del Instituto de Biología de la UdeA, lo explica mejor. Con un
equipo de profesores y estudiantes lidera la estrategia de conservación de la sabaleta en la
cuenca del río Nechí, en una amplia zona del centro y el norte de Antioquia:

“La sabaleta es pez de agua dulce y fuente de proteína para muchas comunidades. Por
supuesto que proyectos como los embalses tienen un impacto en los territorios y lo que
hacemos es estudiar elementos de la demografía, características genéticas de la especie y
asuntos relacionados con la ecología para diseñar un plan de conservación que mitigue el
impacto y que proteja este recurso pesquero”.

Ese trabajo, explica Soto, se divide en dos fases: una primera en campo en la que visitan
ríos y quebradas para recolectar muestras de tejido (en las escamas y la cola de los peces)
y una segunda en laboratorio donde a partir de esas muestras extraen material genético con el que realizan estudios de diversidad para entender, por ejemplo, qué tan distintos son los individuos de una población, qué tipo de especies hay y si existen particularidades entre la sabaleta de una región y la de otra.

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Un convenio amplio

Luz Fernanda Jiménez, vicerrectora de Investigación de la Universidad de Antioquia, fue hasta hace poco una de las investigadoras principales del convenio BIO y explica por qué es importante el alcance de este proyecto en el que participan más de 100
investigadores y en el que EPM invierte $20.500 millones:

“El convenio tiene por objetivo gestionar la biodiversidad desde la divulgación y la
apropiación social del conocimiento de las comunidades que viven en zonas donde EPM
tiene proyectos de generación eléctrica”, dice la vicerrectora. Agrega que hay varios frentes
de trabajo y que la iniciativa con las sabaletas es una pequeña parte de uno de los
componentes. Por ejemplo, otras líneas del proyecto se ocupan de la fauna terrestre
próxima a los embalses, las condiciones del agua y una más es la educación ambiental, que
es transversal y que permite que todos los objetivos se articulen.

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