Por cultivos más diversificados en el Suroeste
Imagine que tiene una finca productora. Puede elegir el tipo de producción: café, naranja, plátano, aguacate, gulupa o cacao. Solo uno. Imagine que la producción de esa finca es el sustento para toda su familia. No importa el tamaño.
Recuerde que solo puede tener un producto. Esa finca está ubicada en una vereda a 40 minutos de la zona urbana y para llevar sus productos debe usar una de las carreteras terciarias de su municipio, vías en las que ocasionalmente se presentan algunos obstáculos debido a lluvias, derrumbes u otro percance.
Parece una situación preocupante, por supuesto; además, ha escuchado que es imposible sostener su finquita, como la llama cariñosamente, con ese panorama.
Miremos la realidad, ¿qué podemos decir del campo este año? Creeríamos que al agro le fue mal, que todo estuvo en crisis y que las coyunturas nacionales, tanto políticas, económicas y sociales influyeron y crearon un panorama no muy alentador.
A pesar de todo, al campo le fue bien. Mejoraron las producciones, las prácticas se tornaron más ecológicas y eficientes, la diversificación de cultivos está en crecimiento. Como explica Sebastián Gil, gerente comercial de AgriCapital, “no cabe duda de que ha sido un año de acontecimientos marcados por elecciones, contingencias viales, clima… sin embargo, son variables naturales, históricas y muy posiblemente futuras que estaremos siempre llamados a sortear”.
Los principales factores que afectaron el agro este año:
1. Las afectaciones climáticas
2. El precio del dólar
3. Las afectaciones viales
Vuelva a imaginar su finca, esas situaciones no parecen muy favorables. ¿Por qué?, ¿será que pueden solucionarse?, se preguntará.
Iniciemos con el clima: aunque no fue un factor determinante, el intenso verano en algunos sectores, causó que en los árboles de café las hojas se redujeran.
Hablemos de café…
Acaba de terminar el año cafetero comprendido entre septiembre de 2018 y octubre de 2019, las cifras: 13,7 millones de sacos producidos, 13,4 millones de sacos exportados. Se aumentaron las ventas a futuro, lo que permitirá que los campesinos puedan vender las cosechas del 2020 y el 2021 a mejores precios.
El aumento del precio del dólar, aunque parezca un tema lejano, afecta la comercialización de los productos. Recordemos la crisis en el sector cafetero: una carga de café era vendida por menos de 730 mil pesos colombianos, y la producción costaba un poco más de 600 mil, es decir, no hubo rentabilidad.
El panorama cambió a finales del mes de noviembre cuando el precio por una carga de café ascendió a 1 millón de pesos.
Las afectaciones viales en el Suroeste impidieron el correcto transporte de los alimentos y obstaculizó la distribución y comercialización; se incrementaron los costos por el derrumbe que cerró la Troncal del Café, vía clave para el desarrollo del Suroeste.
A pesar de estos factores, Sebastián Gil comenta que aunque “siempre están las variables clima, precio, mercado, infraestructura, que son puntos críticos, hay mucho por resaltar, por ejemplo, se incrementaron los cultivos de plátano, banano y fique”.
Imagine que usted seguirá con su producción, a pesar de los obstáculos no quiere desfallecer. Cada madrugada se despierta con la convicción de que podrá mejorar la producción de su finca, tecnificarla e implementar prácticas ecológicas que permitan una convivencia armónica entre la naturaleza y el trabajo productivo.
Entre los hechos a destacar, se consolida la diversificación de cultivos, un mecanismo que permite mitigar las consecuencias de las crisis en el agro. A ello se le suma que hay nuevos actores de carácter privado, enfocados en producir y comprar extensos terrenos en la región; es el caso de una empresa extranjera interesada en adquirir grandes predios en Caramanta, Valparaíso y Urrao. Pensará usted, ¿qué pasará con los pequeños productores como usted?
Hablemos de aguacate…
Cuatro departamentos agrupan el 90% de la producción total de aguacate Hass en Colombia. Fredonia, Jardín, Jericó, Támesis y Urrao tienen un potencial agrícola de aguacate Hass.
Aunque el Oriente antioqueño tiene mayor área de producción, el Suroeste lo supera en rendimiento.
Es una preocupación válida, pero hay un parte de tranquilidad: una de las prioridades que se ha percibido este 2019 es el fortalecimiento de las actividades productivas de los pequeños campesinos a través del acompañamiento en el desarrollo de sus procesos con “programas de inclusión y conectividad bien estructurados que tengan garantías de sostenibilidad”.
Así que no se preocupe. En este punto pensemos en que su finca podría tener mejor rendimiento si le cultivara otros productos. Una de las principales lecciones de este año es que es más favorable -para usted, el medioambiente, el crecimiento de la región- apostarle a la diversificación de productos. ¿Qué le agregaría entonces a su finquita?
Ante este escenario, hablemos de las frutas. La exportación de frutas es importante para el Suroeste, sin embargo, es necesario pensar en los derivados de sus productos, de tal forma que los alimentos que no lograron venderse puedan también ser utilizados y no desechados. Esto se traduce en innovación para los mercados internacionales.
Hablemos de cacao…
Entre el 2014 y el 2018, Colombia exportó 5.652 toneladas de cacao. Un mercado en potencia que será fundamental para el futuro del campo colombiano.
Otra oportunidad importante para el campo en el Suroeste son las frutas exóticas, como la gulupa, que se produce especialmente en el municipio de Jardín.
Entre enero y septiembre de 2019, se vendió en el exterior más de 62 millones de dólares en frutas exóticas, lo que representa un potente mercado para el país y la región. Y por supuesto, a ello podemos añadirle el reto de estimular el consumo local de estas frutas ya que en el mercado nacional solo representa un 3%.
¡Creamos que Colombia puede convertirse en uno de los principales productores de alimentos; tiene un buen potencial para el desarrollo de áreas cultivables: los terrenos fértiles, hermosos y sorprendentes del Suroeste!
El desafío es de todos:
Transformar prácticas, obtener tecnologías adecuadas, diversificar nuestros cultivos y también pensar en darle valor agregado a lo que producimos.
Sin duda, fue un año en el que reafirmamos las vocaciones de nuestra región, en el que comprendimos que trabajar en asociatividad, con nuestros vecinos u otros aliados, será fundamental para que el Suroeste sea más competitivo.
Siga imaginando que tiene una finquita en su lugar amado del Suroeste, que de ella salen grandes productos que se comercializarán en el país y por qué no, en otros países. Imagine que sus productos valen mucho, como los provenientes de las empresas grandes, no solo en dinero, también vale el esfuerzo y dedicación que hay detrás de cada fruto.
Siga imaginando que cada día se fortalecerán los programas desde el sector público y privado para que usted tenga mejores oportunidades y para que las futuras generaciones vean en el campo una oportunidad que no se debe abandonar.