Por: Roberto Antonio Caro
Pasaron cuatro años de lucha en cada una de las comunidades, después de las elecciones del 2014 para Cámara y Senado.
Ahora los que posiblemente llevarán las banderas de los diferentes partidos y matices políticos, recorren cada rincón del departamento al cual van a representar, y vemos como muchos seguidores van difundiendo el mensaje del que consideran su líder: “Vote por este que ha traído este proyecto, me ayudó a conseguir empleo, es el que lucha por las necesidades de la sociedad”, etc.
Es común ver la famosa compra de votos a cambio de un tamal. Cada uno vende su producto como único, pero también se ven en plaza pública los que son negativos y atropellan la ética o la imagen de los candidatos por los favores no recibidos.
Las propuestas que son maravillosas en el papel, así no sean ideas concretas, es más fácil creer en lo escrito y no en los hechos, se olvidan las malas acciones, el gasolinazo pasado o las obras inconclusas, en fin ¡Borrón y cuenta nueva!
La ciudadanía debe ir a ejercer su voto, es un deber democrático, elegir a líderes que en los próximos cuatro años sí lleven los proyectos del papel a la realidad.
Son pocos los que sí trabajan por sus comunidades, ojalá esta vez sean elegidos y que sean estos lo que se unan a apoyar la gestión de los alcaldes de la región Suroestana para el mejoramiento de la calidad de vida de toda la región.