El colectivo La Quinta es un grupo de amigos del municipio de Amagá apasionados por el arte, la cultura, la equidad de género y el cuidado de la naturaleza. Con esa visión, se encontraron con la artista teatral y comunicadora María Fernanda Montoya y presentaron en el municipio la obra escrita y dirigida por ella: Manual de comportamiento para jovencitas, una producción de teatro selva, que nació de la experiencia femenina de María Fernanda de ver y relacionarse con un mundo de incertidumbres al que cuestiona y del que se ríe; lleva dos proyecciones en la región y vendrán muchas más.
Teatro Selva es un proyecto que une la regeneración y las artes escénicas a través de obras de teatro, monólogos, performance y experiencias en la Naturaleza. María Fernanda dirige el proyecto y acompaña también los procesos estratégicos, artísticos y de comunicaciones de Visión Suroeste. Manual de comportamiento para jovencitas es su primera obra y ahora está escribiendo la segunda.
En algún momento, María Fernanda empezó a cuestionarse si las relaciones e interacciones que vivía eran lo que ella realmente deseaba o si estaba siendo influenciada por las ideas de lo que su contexto espera que sea una buena mujer, una buena jovencita.“Por supuesto, me di cuenta de que muchas de esas formas estaban condicionadas por ideas impuestas (el manual) y que si quería ejercer mi libertad y vivir una vida plena y disfrutada, tenía que abandonarlas. Siento que ese camino está relacionado con el feminismo porque eso es justamente lo que ha hecho este movimiento: preguntarse por qué las formas de la sociedad hacia las mujeres son como son, y cómo podríamos elevar la conciencia para transformarlas. Ahora, sobre el humor, solamente puedo decir que eso hace parte de mi personalidad y que reírme de la vida, de mi vida, me permite tener salud mental y bienestar”, nos contó María Fernanda.
La obra se narra con una mirada femenina, a través de Carmen, la protagonista. “Me gusta pensar que evidenciar el manual, narrarlo, observarlo, puede servir para preguntarnos qué tan manual somos en la vida de otros y qué tanto pesa el manual en la nuestra. Sobre las mujeres hay presiones particulares —muchas de ellas contextuales-—, revelar algunas y reírme de ellas es mi aporte para que en algún momento dejen de existir”, afirma María Fernanda.
Sobre la proyección de la obra en el anfiteatro de Ciudad don Bosco, Daniel Ortega, integrante de La Quinta y uno de los gestores del evento, nos cuenta que fue un espacio que se construyó de forma comunitaria; sus compañeras Ana e Ivón dieron apertura cantando junto a Giovany “el more”, uno de los fundadores de la Corporación Nueva Era, quienes prestaron la pantalla y el proyector, El Taller Teatral Amagá prestó unas luces y la Administración Municipal prestó unas extensiones y ayudó con el préstamo del espacio, lugar que se espera seguir activando y que como se afirmó en el festival Sin-Espacio: está hecho para la escena.
Al anfiteatro asistieron jóvenes de la vereda Pueblito de Los Sánchez gracias a la gestión de sus profes de teatro, Male, otra integrante del colectivo, vendió chicharrines y crispetas para recoger plata para los gastos médicos de su gatica Ámbar; y Albert, un artesano del municipio, vendió sus creaciones en compañía de su familia, quienes vendieron tinto, gaseosas y dulces. La obra terminó y los asistentes conversaron con la directora sobre el proceso de creación y sobre sentirse identificadas con tener un manual al lado que no deja vivir.
Esta obra invita a las personas a preguntarse si están viviendo roles impuestos que no les hacen felices, para que los abandonen y los transformen en algo que pueda brindarles tranquilidad y alegría, donde sientan que su potencial y sus talentos únicos brillan. Eso, a la vez, es una invitación a pensarse más allá de los roles de género.
El Colectivo La Quinta, de la mano de Conciudadanía y otros aliados locales y subregionales como Teatro Selva, se sigue fortaleciendo por medio de procesos como la conservación y pedagogía de cuidado de la Reserva Natural La María, y espacios formativos, de conversación y creación itinerante en el territorio en temas como la paz, el género y la regeneración.
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