La Corporación Equina y Turística de Amagá nació del amor por los caballos y el deseo de impactar positivamente a la comunidad. Fundada por Diana Jiménez, Dorian Marroquín, Gonzalo Cañaveral, Jorge García y Jorge Mario Montoya, reúne a personas de distintos gremios con un interés común: promover el bienestar equino y generar procesos sociales y culturales alrededor de esta tradición.
“Nos une la pasión por los caballos y por lo social. Hay quienes saben mucho, otros apenas estamos aprendiendo, pero todos compartimos la idea de educar y fortalecer el gremio”, contó Jorge Mario, representante legal de la Corporación.
Diana Jiménez, quien coordina el área comercial y ha sido el motor constante del proyecto, resalta lo que ha significado sostener la iniciativa desde el inicio: “este proyecto es un sueño que hemos construido con mucho esfuerzo. Lo más bonito es ver cómo la comunidad ha ido creyendo en nosotros y se ha vinculado activamente”.
Un origen marcado por la pasión y el compromiso
La Corporación surgió tras un curso técnico en equinos del SENA, en el que varios de los fundadores coincidieron. De ese grupo nació la idea de organizar al gremio y trabajar por el bienestar de los caballos. “Ya se había intentado formar un comité equino, pero no salió. Esta vez decidimos apostarle con más fuerza porque vimos el potencial y el impacto que podía tener”, recuerda Jorge Mario.
La Corporación se constituyó formalmente por acuerdo municipal, lo que les ha permitido acceder a algunos apoyos de la Administración Municipal. Sin embargo, la mayor parte del camino la han recorrido con patrocinadores, alianzas y el compromiso voluntario de sus integrantes.
Diana lo resume así: “ha habido momentos difíciles, pero siempre hemos persistido. Aquí nadie tiene un sueldo, todo lo que hacemos es por pasión y porque creemos en la importancia de este gremio para el municipio”.
Bienestar animal: el corazón de la Corporación
Una de las iniciativas más reconocidas son las jornadas de bienestar equino que se realizan en las veredas. En estas actividades, con el apoyo de universidades y practicantes de veterinaria, se ofrecen desparasitaciones, vitaminización, odontología, podología y diagnósticos de enfermedades de manera gratuita.
“Para muchos campesinos es difícil llevar sus caballos a un veterinario por falta de tiempo o de recursos. Por eso llevamos los servicios a las veredas. Hemos visto caballos con heridas, garrapatas, desnutrición… son escenas duras, pero sabemos que estamos salvando vidas y mejorando condiciones”, explicó Jorge Mario.
En estas jornadas, los caballos de trabajo, los de cabalgata y los de pista reciben la misma atención. Diana lo describe como una tarea urgente: “si los que tienen caballos finos aportan a que los caballos de trabajo estén mejor, ganamos todos. Es su herramienta de sustento y son animales que merecen vivir dignamente”.
Educación y equinoterapia: formar desde el respeto
La Corporación también le apuesta a la formación. En alianza con el SENA imparte cursos de chalanería y manejo equino, y organiza las populares vacaciones recreativas para niñas y niños. Estos espacios, además de enseñar técnicas de monta y cuidado, fomentan valores.
“A muchos niños se les nota el cambio en su seguridad y en su autoestima después de estar con los caballos. Es una experiencia que les enseña respeto y amor por los animales”, comenta Diana.
Los caballos, dice Jorge Mario, son maestros silenciosos: “el ego de los caballistas es elevado, uno cree que sabe todo, pero los caballos nos enseñan humildad. Son nobles, inteligentes y tienen una sensibilidad impresionante”.
Ese vínculo se evidencia en historias como la de un niño con autismo que ha mejorado notablemente gracias a las clases de chalanería. “Cuando llegó, no soportaba el contacto físico ni ciertas texturas. Hoy saluda, se comunica y disfruta de las clases. Es un universo que apenas estamos descubriendo”, agrega Diana, quien sueña con consolidar un grupo permanente de trabajo en equinoterapia y ayudas cognitivas.
Eventos que mueven al gremio y a la regiónLa Corporación Equina y Turística de Amagá organiza actividades culturales y comerciales que ya hacen parte de la agenda local. Entre ellas están el Día Internacional del Equino, las raspasequinas -donde criadores y aficionados comparten su gusto por los caballos de paso fino- y las tradicionales cabalgatas.
Para septiembre planean realizar la primera subasta equina regional, un evento ambicioso que busca darle visibilidad al gremio. “La meta es integrar todos los estamentos: caballo de trabajo, de cabalgata y caballo fino. Queremos seguir fortaleciendo la identidad cultural que ya existe alrededor del caballo en Colombia”, afirma Diana.
La Corporación también trabaja en red con municipios vecinos como Venecia, Fredonia y Titiribí, con quienes buscan rescatar caminos ancestrales y promover el turismo rural. “Amagá tiene una ventaja: concentra muchos criaderos de renombre mundial y campeones internacionales. Eso nos da proyección para trabajar a nivel regional”, señala Jorge Mario.
Más allá de los eventos tradicionales, la corporación está desarrollando proyectos culturales como la creación de murales, el reconocimiento a los arrieros mayores y la apertura de conversatorios equinos con jueces, veterinarios y criadores.
“Queremos que la gente tenga otros espacios de cultura: que pueda asistir a charlas, aprender de los caballos, pero también de nuestra historia. Que sientan que el gremio es un espacio abierto y diverso”, explica Diana.
Conscientes de que la comunidad debe conocer su trabajo, la corporación ha empezado a fortalecer su presencia en redes sociales y medios locales. “No podemos quedarnos callados porque eso genera falsas percepciones. Tenemos mucho material, solo necesitamos contarlo mejor”, argumentan.
Un futuro que se construye paso a paso
En medio de los retos, la Corporación Equina y Turística de Amagá sigue avanzando. Hoy cuentan con una oficina en el Mall La Despensa, que funciona como su centro de operaciones. “Tener un espacio físico era uno de nuestros grandes sueños. Nos permitirá consolidar el trabajo y ofrecer un lugar de encuentro para todos los que aman los caballos”, celebra Diana.
El camino no ha sido fácil y los fundadores reconocen que siempre habrá contradictores. “Algunos dicen que los eventos son costosos o que nos estamos llenando de plata, pero la realidad es que aquí todo es voluntario. Cada peso que entra se reinvierte en el bienestar de los caballos y en las actividades”, aclara Jorge Mario.
Su propósito es claro: unir al gremio, fortalecer la cultura alrededor del caballo y generar impacto social. “El caballo hace parte de nuestra identidad como región. Si logramos que más personas lo comprendan, el bienestar animal y el desarrollo del municipio irán de la mano”.
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