Adriana María Medina Jaramillo es una maestra y mujer que inspira en el municipio de Betulia. Con 38 años de trayectoria, ha consagrado su vida a la educación con vocación, compromiso y un profundo amor por su labor, tanto en contextos rurales como urbanos.
Su vocación nació y se fortaleció en la Normal de San Pedro de los Milagros, donde tuvo como referentes a las religiosas de la Comunidad Terciarias Capuchinas. Allí, junto con el sólido acompañamiento familiar, comenzó a forjarse la maestra que hoy es reconocida en su comunidad. “Mi motivación como docente se cimenta en el apoyo constante de mis padres y hermanos mayores, quienes siempre respaldaron mi formación y me impulsaron a consolidar mi proyecto de vida”, expresa la maestra Adriana con gratitud.
Durante casi cuatro décadas de ejercicio, la maestra Adriana ha vivido diversos retos, pero su vocación se ha sostenido gracias a las oportunidades de crecimiento profesional. Ha aprendido y desaprendido a lo largo del camino, como ella misma dice, siempre entregando lo mejor de sí y construyendo comunidades de aprendizaje, especialmente desde la Red de Lenguaje de Antioquia, un espacio académico en el que participa activamente y que reúne con docentes de aula, en formación y universitarios interesados en la enseñanza del lenguaje.
Los momentos más memorables de su carrera han estado marcados por experiencias significativas con sus estudiantes, la escritura de diversos textos, y la implementación de herramientas como el Periódico Regional EL SUROESTE en el aula. “He vivido muchas experiencias en estas aulas, muchos aprendizajes. Sin embargo, lo más importante ha sido contribuir a la edificación de los proyectos de vida de mis alumnos y la empatía con las comunidades, en especial en Betulia, municipio que me ha acogido y del que siento que ya hago parte”, relata con emoción.
Uno de los pilares de su práctica pedagógica ha sido el respeto por la diferencia. Reconoce la singularidad de cada estudiante y cada grupo, lo cual ha marcado profundamente su quehacer docente. Su formación pedagógica, sumada a una apertura al cambio generacional y un compromiso social con la comunidad, le han permitido enfrentar los desafíos del oficio con entereza.
El trabajo colaborativo ha sido otro de sus principios fundamentales, ya que considera que es clave para alcanzar metas académicas con sentido social y avanzar hacia una educación más humana. Su ética profesional está cimentada en el respeto y en el compromiso con las comunidades donde ha ejercido. Es recordada por sus frases motivadoras, como: “La responsabilidad radica en hacer lo que se debe hacer en cada momento y en cada lugar” y “Que sean felices, la profe Adriana les dice”.
Finalmente, nos comparte un mensaje para las nuevas generaciones de docentes:
“Deben ser referentes de integridad, responsabilidad, creatividad y compromiso. La enseñanza requiere entregarse con alma, vida y corazón, y ser coherentes entre lo que se es y lo que se hace”.
Así, la maestra Adriana María Medina Jaramillo continúa siendo ejemplo y guía para quienes creen en la educación como un camino para transformar vidas y comunidades.