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Por Roberto Antonio Caro Serna
Corresponsal Suroeste

Sebastián Duque ha decidido cambiar el destino a punta de jabs y uppercuts. Tiene 30 años, pero habla como si hubiera vivido tres vidas. Su historia es una mezcla poderosa de barrio, esfuerzo, boxeo y cerveza artesanal. A él lo conocen como “El Profe”, y no porque dicte clases en un salón, sino porque enseña a vivir a través de un deporte que lo rescató del abismo.

Sebastián es tecnólogo administrativo, tecnólogo textil y maestro cervecero. Tres títulos que podrían parecer inconexos, pero que en él se entrelazan con naturalidad. Su cerveza artesanal se llama San Nicolás, y cada lote es un brindis al trabajo honesto. Pero su verdadera vocación late entre cuerdas y sacos de boxeo. La pasión nació en 2005, cuando siendo adolescente de Ciudad Bolívar quedó hipnotizado viendo una pelea por televisión: Mayweather vs Gotti. Desde entonces, el boxeo fue mucho más que un deporte.

“El boxeo es mi vida, mi cultura, mi amor, mi pasión. Fue y ha sido la solución para salir de muchos problemas, especialmente en la adolescencia”, confiesa.

Después de colgar los guantes como boxeador aficionado en 2018, Sebastián tomó una decision: convertirse en entrenador y llevar el boxeo a su tierra natal. Así nació un proyecto que más que deportivo, es humano. En Ciudad Bolívar, el ring no es sólo un espacio de combate, es un refugio, un aula sin pizarras donde se aprende sobre esfuerzo, respeto y autocontrol.

Fue el 18 de noviembre de 2018 cuando se dio el debut oficial de su pupilo y hermano de vida: Alexander “La Roca” Moreno. Desde entonces, han entrenado juntos día y noche, creyendo en lo imposible. “Es mi hijo mayor, mi hermano, el hombre más humilde que conozco. Es un caballero, el mejor para bailar, y un pedazo de boxeador muy talentoso. Pega durísimo ese mka», dice entre risas y orgullo.

La Roca debutó oficialmente como boxeador profesional en Llano Grande, Rionegro. Fue el resultado de tres años de sacrificios, madrugadas, dolores y esperanzas. Para Sebastián Duque, este fue el primer paso de muchos hacia la cima del boxeo mundial.

 “Vivan sin miedo al qué dirán, sin pensar que no se puede. ¡Se puede! Con disciplina, trabajo y dedicación todo sueño es posible”, dice El Profe.

La vida de entrenador está llena de recuerdos imborrables. Sebastián aún revive con emoción dos combates que lo marcaron: La Roca vs Esteban Rave en Medellín: una guerra de técnica, poder y corazón. Y Miguel, un niño de apenas 11 años, quien dio una lección de coraje enfrentando a un rival de Santa Fe de Antioquia.

Pero también están las derrotas que dejan cicatrices. “La que más me dolió fue Bolívar vs Turbo en 2019. Esa pelea fue robada de principio a fin”, cuenta con la voz quebrada, como quien recuerda una injusticia no resuelta.

A la par de sus entrenamientos, Sebastián ha trabajado duro para convertirse en un maestro cervecero certificado. Sueña con viajar a Estados Unidos a estudiar Fermentación Avanzada, Análisis Sensorial y Microbiológico de bebidas alcohólicas. Pero no piensa ir solo. “Obvio me llevo a La Roca para seguir entrenándolo allá, manejarlo y seguir forjando ese sueño mundialista”.

Ese sueño tiene nombre y lugar: Ganar el título mundial Wélter del Consejo Mundial de Boxeo (World Boxing Council -WBC) con Alexander Moreno, en Las Vegas o el Madison Square Garden.

En 2023, Ciudad Bolívar logró su primera medalla departamental de boxeo gracias al trabajo del Profe y sus pupilos.  Cada logro, cada guante alzado, ha sido dedicado con amor a su núcleo más íntimo: “le dedico este logro a mi hija Sara, a mi mamá Mónica Liliana Duque, a mis hermanos Karen y Daniel. Gracias a todos los que nos han apoyado durante todo este tiempo. Dios les bendiga y recompense”.

Cuando le preguntamos por qué no siguió como boxeador profesional, su respuesta desarma: “Dios tiene un plan para todos y hay que dejar que Él haga su voluntad. A veces podemos ser instrumentos para encaminar a otros a una vida más sana”.

Y mientras el mundo entero se prepara para conocer a La Roca, en Ciudad Bolívar ya saben que hay un Profe que, con corazón de acero y espíritu de maestro, está escribiendo una de las páginas más emocionantes del deporte colombiano.

Homenaje en honor a la disciplina y la lucha constante por salir adelante y no dejarse vencer. Eres un campeón Sebastián ¡Admiración total!

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