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Yuri Milena Holguín, oriunda de la vereda Cadenas del municipio de Fredonia, es una mujer tan fuerte como las montañas que la rodean. Emprendedora y tecnóloga en barismo, es dueña de la marca Café Cordillera, nombrada así en honor a la vereda La Cordillera, donde ha pasado gran parte de su vida en compañía de su esposo, Elkin Palacio, y sus dos hijas, Manuela y Luisa, quienes son sus grandes adoraciones y su principal motivación para salir adelante.

La infancia de Yuri transcurrió entre montañas de cafetales, donde aprendió a sembrar y recolectar café, conocimiento que más tarde se convertiría en su proyecto de vida. Mientras recoge café, relata que los cafetales son lugares de grandes encuentros, donde se comparte con las personas en un ambiente lleno de risas, canciones y buenos momentos. Recuerda con especial cariño a sus hijas acompañándola junto a su esposo, llenando el cafetal de alegría con sus risas, “los cafetales son nuestra oficina”, dice. 

Café Cordillera nació en 2020 como parte de las prácticas de Yuri en su formación técnica en barismo, sin imaginar que se convertiría en un referente para la vereda y el municipio de Fredonia. Desde el inicio contó con el apoyo de sus hijas, su esposo y toda su familia. Incluso su madre y hermanas, residentes en Medellín, han promocionado el café en tiendas especializadas, logrando que llegue a espacios urbanos. En una ocasión, gracias a la gestión de su madre, Café Cordillera llegó hasta Sabaneta, abriendo nuevas puertas para su comercialización.

Yuri ha participado en las fiestas campesinas del municipio, aunque las ventas han presentado dificultades, debido al traslado desde su vereda. Sin embargo, el reconocimiento como una mujer emprendedora que, con cada taza de café, representa la identidad y la cultura del pueblo, es invaluable. A pesar de los retos y críticas, Yuri encuentra motivación en el apoyo de su familia y en su compromiso por ofrecer productos innovadores como arequipe de café y otras variedades que transportan al consumidor al campo.

Mientras conversamos recoge café a dos manos. Yuri sonríe al compartir su historia. Su esposo y familia escuchan atentamente mientras la música popular ameniza el momento. Actualmente, Café Cordillera se distribuye en varios puntos de venta en Fredonia, donde ha ganado reconocimiento. Además, su emprendimiento ha destacado la importancia de la comunidad de La Cordillera, proyectando su cultura más allá del municipio.

Aunque a veces el costo del café asusta a los consumidores, Yuri explica que un café de calidad requiere un proceso arduo que implica tiempo y sacrificio. El secado, tostado, molienda, empaques y comercialización son factores que suman al precio final, reflejando el esfuerzo detrás de cada grano. Ella se siente tranquila al dedicarse a este proyecto, que considera beneficioso para su salud mental. Sus hijas también lo reconocen así y la apoyan de distintas maneras: Manuela se encargó del marketing en algún momento y Luisa, como auxiliar contable y financiera, contribuye con la gestión del negocio. Su esposo y su suegro manejan el proceso productivo, mientras que su hermana, tecnóloga en negocios internacionales, aporta al desarrollo comercial. Como familia, todos se complementan para sacar adelante un proyecto que los enorgullece.

Yuri reflexiona sobre la participación de las mujeres en los cafetales, tradicionalmente llenos de hombres, y sobre cómo el empoderamiento femenino ha transformado su rol en el campo. Aunque persisten brechas de género, especialmente en los salarios, las mujeres han logrado formarse y ganar espacios de visibilidad como defensoras del campo. Con su emprendimiento, Yuri busca aportar al empoderamiento femenino, demostrando que las mujeres pueden alcanzar la autonomía económica y lograr grandes cosas, a pesar de las incertidumbres. Para ella, generar ingresos propios es clave para avanzar hacia una mayor independencia.

Un momento significativo en su trayectoria fue cuando el conjunto de música andina Cerro Bravo la contactó para ser entrevistada en su programa Un Café con Cerro Bravo. Este evento, inesperado para Yuri, la motivó profundamente, al sentir el respaldo y reconocimiento de su comunidad, animándola a continuar trabajando por su sueño.

Indignada por las injusticias que viven los caficultores, Yuri sueña con un futuro donde el campo sea un espacio de libertad, tranquilidad y calidad de vida digna. Ella aprende constantemente de sus colegas emprendedores y caficultores, como Valeria Ríos, una joven de la vereda Chamuscados y dueña de la marca Mis Ancestros, quien se ha convertido en una fuente de inspiración por su personalidad y determinación.

 

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