Un año después de la emergencia
El 25 de junio de 2024 marcó un antes y un después en la historia del municipio de Venecia. Durante la madrugada de ese martes, una avalancha ocasionada por el desbordamiento de varias fuentes hídricas, producto de intensas lluvias, arrasó con parte del casco urbano y las veredas El Cerro y El Rincón.
La emergencia dejó 99 familias damnificadas y provocó el fallecimiento de Margarita Giraldo, de 80 años, y Ovidio Herrera, de 75, quienes eran vecinos y vivían a una cuadra del parque principal.
A un año de la tragedia, Leonardo Parra Taborda, apoyo técnico en gestión del riesgo y desastres del municipio, relata los esfuerzos adelantados para mitigar el impacto y reconstruir la vida de quienes lo perdieron todo.
Una de las primeras acciones fue la conformación de tres comisiones -social, técnica y operativa- encargadas de realizar un censo detallado, cuyo resultado fue alarmante: 99 familias damnificadas, de las cuales 60 perdieron: viviendas, enseres y cultivos.
El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia -Dagran y la Administración Municipal entregaron subsidios de arrendamiento por tres meses a cada familia, equivalentes a 1.050.000 pesos por núcleo familiar. En paralelo, iniciaron las gestiones para la construcción de nuevas viviendas, con el respaldo de la Empresa de Vivienda de Antioquia -VIVA. A la fecha ya están los planos aprobados, los lotes disponibles en los sectores de San Felipe y La Sierra, y avanzan en la obtención de licencias de construcción. Se espera que estas 60 viviendas sean entregadas en 2026.
La reconstrucción ha venido acompañada de una reflexión sobre la planificación territorial. La Administración Municipal adelanta la actualización del Esquema de Ordenamiento Territorial -EOT, que incluirá estudios de detalle sobre riesgos, delimitación de zonas de amenaza y orientaciones para un desarrollo urbano y rural más seguro.
Uno de los grandes desafíos ha sido la intervención de las fuentes hídricas afectadas. La quebrada La Tigra, principal canal de la avenida torrencial, aún conserva acumulaciones de sedimentos, árboles caídos y material rocoso.
La Administración Municipal y el Dagran, en alianza con la Universidad EAFIT, avanzan en un convenio para realizar estudios de detalle sobre la amenaza por avenida torrencial. Las socializaciones de estos estudios se llevaron a cabo los días 22 y 23 de mayo de 2025, en las que se explicó a la comunidad la clasificación de zonas en amenaza alta, media y baja. Se espera que los resultados finales, tanto en formato físico como digital, estén listos a mediados de junio. A partir de estos insumos, se definirán obras de contención como disipadores, jarillones o muros.
Durante este año, el equipo técnico ha realizado siete intervenciones con maquinaria amarilla, enfocadas en la limpieza de quebradas, estabilización de taludes y mantenimiento de vías. Además, entregaron kits de emergencia y rescate a diez Juntas de Acción Comunal de los sectores más vulnerables, e impartieron capacitaciones en gestión del riesgo con el apoyo de la Policía Nacional.
Una de las obras clave será el reemplazo de box culverts en las veredas El Cerro y El Rincón por estructuras tipo puente, que permitan un mejor flujo del agua en temporadas de lluvia. Estas intervenciones están proyectadas para comenzar en la segunda mitad de 2025.
La comunicación ha sido clave en este proceso. A través de redes sociales, reportes diarios enviados por WhatsApp y un programa semanal en la emisora comunitaria Cerros Estéreo, se ha procurado mantener a la comunidad informada sobre las lluvias, los niveles de caudal y el estado de los sensores instalados en las fuentes hídricas.
Venecia hoy cuenta con un sistema de monitoreo que incluye sensores de nivel, pluviómetros y cámaras 360 en puntos estratégicos como La Tigra y el Cerro Bravo.
Pese a la actual temporada de lluvias prolongada, el Cerro Bravo no ha presentado nuevos movimientos en masa ni taponamientos. El monitoreo constante mediante cámaras 360 permite confirmar que no se han producido desprendimientos recientes e incluso algunas zonas del cerro están en proceso de regeneración.
Un caso destacado es el sector de Las Margaritas, donde tras la emergencia se detectaron grietas en el terreno. Gracias al compromiso de la comunidad y la institucionalidad, estas grietas fueron selladas y se sembraron más de mil árboles nativos, como parte de una estrategia de reforestación que refuerza la estabilidad del suelo.
Actualmente, las veredas El Cerro y El Rincón, así como las vías principales de acceso al municipio, están totalmente transitables, sin afectaciones activas.
Leonardo Parra reconoce que, aunque el proceso ha sido complejo, el avance ha sido significativo considerando las limitaciones del sector público y los múltiples trámites administrativos. Destaca el papel del Dagran, la Gobernación de Antioquia y especialmente el liderazgo de la Administración local:
“Se ha hecho mucho en un año. La calamidad pública nos permitió actuar más rápido, buscar apoyo y priorizar a quienes más lo necesitaban. Esta tragedia nos enseñó que debemos estar mejor preparados y que trabajar en equipo salva vidas”.
Hoy Venecia se proyecta como un territorio resiliente, que avanza en la transformación de la tragedia en una oportunidad de aprendizaje y fortalecimiento comunitario. Más allá de los logros materiales, lo que permanece es el mensaje profundo de esta experiencia: la gestión del riesgo no es sólo tarea del gobierno, sino responsabilidad compartida entre autoridades, ciudadanos, organizaciones y empresas.
“La gestión del riesgo es una responsabilidad de todos. La comunidad veneciana ha demostrado un compromiso admirable. A pesar de todo, seguimos de pie, con esperanza y trabajando por una nueva vida. Por eso nos llamamos hoy Venecia Resiliente”, concluye Leonardo Parra.