Dulce y refinada; intelectualmente inquieta; adelantada a su tiempo. Magola Calle de Vélez, nacida en Ciudad Bolívar, amaba profundamente la poesía, la literatura, el arte, la historia, la pintura, y el conocimiento científico y tecnológico. Hacemos un repaso por su vida y compartimos uno de sus poemas inéditos: Canto a la mujer campesina.
Magdalena Calle Lema, bajo el nombre artístico: Magola Calle de Vélez, nació en Ciudad Bolívar el 17 de octubre de 1907. Fue hija de José de Jesús Calle Vélez y Ana María Lema Vélez. Sus abuelos paternos fueron: Rafael Calle y Sara Vélez; sus abuelos maternos: José Antonio Lema y Juana María Vélez. Del matrimonio de sus padres nacieron diecinueve hijos: ocho hombres y once mujeres, siendo Magola la séptima mujer en nacer y la número catorce de todos los hijos.
Fue poetisa, escritora, pintora y columnista de artículos de opinión −bajo el seudónimo de Irene− para el periódico El Colombiano en los años 30. Allí escribió a favor de los derechos de las mujeres: al trato digno, la educación y el voto. Además, colaboró en otros periódicos como El Universal de Barranquilla.
Cuando vivió en Medellín, trabajó durante algún tiempo como locutora en Radio Claridad, leyendo cuentos todos los días durante una hora, en un programa cultural. Su voz era melodiosa, suave, dulce y clara, sin estridencias.
Hija también de la Ilustración
A la edad de 13 años acontece algo que cambiaría su vida para siempre: descubre el mundo de la literatura, el Romanticismo de los siglos XVIII y XIX, y la Ilustración, todo ello en la biblioteca de la casa de su hermana Concepción Calle Lema −quien se había casado con el Dr. Gabriel Zea Uribe, el 9 de agosto de 1920−. Según sus palabras: había allí “una biblioteca enorme”. A partir de entonces se inició en la poesía, aunque no se conserva ningún escrito suyo de aquella época. En esta biblioteca lee libros y autores prohibidos −en ese entonces− por la Iglesia y obras clásicas de la literatura universal.
Se casó el 16 de mayo de 1929, en Ciudad Bolívar, con Roberto Vélez Vélez, natural de Bolívar y vecino de Salgar, hijo de Emilio Vélez Isaza y María Rita Vélez Arango. Tuvo nueve hijos: Álvaro, Ignacio, Elvia, Gloria, Silvio, Ligia, María Magdalena Fabiola, Roberto Luis y Gabriel Jaime. La mayoría de sus hijos heredaron su sensibilidad artística, destacándose Elvia, Silvio, Roberto Luis y Gabriel Jaime, como pintores y escultores, y en el campo literario y poético, Álvaro (nacido también en Ciudad Bolívar), Silvio, Roberto Luis y Gabriel Jaime.
Publica en vida dos poemarios: “Amanecer” (1974), con 20 poemas, y “Caminos y Palabras” (1976) con 50 poemas, quedando pendiente de publicación más de la mitad de su producción artística.
Librepensadora y humanista
Se definía a sí misma como librepensadora y humanista: hija de la Ilustración occidental, aquella que abrió camino a la Modernidad y el Romanticismo, aspectos que se manifestaron no solo en sus escritos sino también en sus lecturas.
Era una mujer dulce y refinada; intelectualmente inquieta, adelantada a su tiempo: amaba profundamente la poesía y la literatura, el arte, la historia, la pintura, el conocimiento científico y tecnológico. Era sencilla, estructurada e inteligente; auténtica y reservada; sensible, compasiva, romántica, honesta y espiritual. Llevó una vida de austeridad: no le gustaba el boato, los oropeles ni las vanidades. Gran lectora, le gustaba no solamente escribir sino también pintar y mantenerse informada.
Magola en la producción académica
En marzo del año 2007, el escritor, poeta e investigador ciudbolivarense, Jairo Alberto Mejía Acevedo, publicó el libro “Escritores y poetas de Ciudad Bolívar – Antioquia. Un acercamiento bio-bibliográfico y antológico”, en donde incluye a Magola Calle de Vélez como poeta y pintora. En este texto incluye dos poemas de Magola: La espera y Espérame.
Allí se dice que Magola era prima hermana de Diego Calle Restrepo, pero en realidad Diego Calle Restrepo fue su sobrino, hijo de Pablo Conrado de Jesús Calle Lema, su hermano. En el mismo libro, afirma el señor Jairo, producto de su investigación, que Magola Calle de Vélez era la única poetisa de Ciudad Bolívar a la fecha de la publicación. Adicionalmente, en esta obra se incluyen poemas de Diego Calle Restrepo, y de Álvaro Vélez Calle, uno de los hijos de Magola nacido en ciudad Bolívar.
Magola Calle fallece el 23 de mayo de 1994, en la Clínica Medellín.
‘Canto a la mujer campesina’, poema inédito
Canto a la mujer campesina
(Abril 26 de 1986)
Hermana campesina
Eres la savia de la patria fecunda;
mujer de selva y mineral.
En tu frente socavada de azadones y lunas,
he visto la tarde menguar
al golpe de arreboles y crepúsculos.
Yunque de lentas agonías
bajo el etéreo encanto de tu nombre:
mariposa elemental,
cosechera simple,
fantástica hortelana.
¡Sonámbula labriega del pan y del amor!
Siembran primaveras al borde del estío
tus manos de alfarera,
y en gajos sorprendidos
uno a uno, tus hijos, van llegando
presintiendo la ternura de tu inmenso regazo.
Enunciadora de verdades santas.
Sibila del tiempo y la cosecha.
Supiste de la niebla que se acostó en tu frente adormecida.
De los vacíos del viento
que dejaban en el aire
un aroma de madreselvas y suspiros…
Fuiste hermana del rocío
cuando bajabas del monte azul
en el blancazo del amanecer,
con tu carga de estrellas
en la pequeña orilla de tus brazos
para encender la lumbre
en la penumbra de tu hogar
de arcilla y de ramajes.
Sobre las blancas alas
de tu mantel almidonado,
sirves el pan que amasas
con los granos nacarados
del maizal cansado.
Partes de tu refugio gris,
alondra fugitiva
con tus plantas desnudas
pisando el sol de la media tarde
mientras la brisa levantisca y loca
bajo tu falda rosa,
te va acercando hacia el cantal del río.
Allí, donde lavas tu ropa,
las aves cantan contigo
y se florece el zarzal.
Los días de regocijo
vestida en percal de flores,
te vas por una cinta de piedras
con tus hijos como un sartal de colores,
al mercado de la aldea y a la misa mayor.
Mañana, cuando la noche furiosa y delirante
arremeta en tu cabaña
y se curve tu cuerpo cual media luna en menguante,
entonces sí, se morirán de rojo los ciruelos…
Comentarios al poema
Magola escribió cinco versiones del poema ‘Canto a la mujer campesina’. La compartida es la versión inédita de la última transcripción, escrita el 26 de abril de 1986, y que lleva su firma.
En la primera composición hay varios elementos, que elimina en las adaptaciones subsiguientes, pese a que poseen cierto encanto. Veamos las más significativas:
Última estrofa de la primera composición:
“Mañana, cuando la noche furiosa y delirante
arremeta en tu cabaña
y se curve tu cuerpo cual media luna en menguante,
habrá como un rumor de alas
de música y cantos,
en el viento que azota tu ventana”.
Entre la sexta y la séptima estrofa escribió los versos a continuación transcritos:
“Tiene tu voz el sortilegio
de las plantas dulces
y tu risa el sabor
de los duraznos tiernos”.
“Amo tu delantal de lavadora
donde recoges hojas secas
para tornarlas en palomas blancas”.
El final de la séptima estrofa fue originalmente el siguiente:
“Cuando lavas la ropa
sobre un cantal del río
trinan tu nombre las aves
y se florece el zarzal”.
Agradecimientos especiales a la cortesía de la información y las fotografías.