Por Rubén Darío González Zapata Nacido en la vereda La Lindaja Corregimiento Alfonso López (San Gregorio) Ciudad Bolívar
Los inciertos años 80
Llegaron los 80 llevando a cuestas toda la carga de ingredientes de inconformidad social, más otros nuevos factores de agravamiento que continuamente se están sumando y que han venido quedando sin ser resueltos históricamente por una sociedad que no parece encontrar su rumbo, tal vez porque nunca lo ha tenido claro. De esta forma y para estos momentos, el suroeste antioqueño, la región en la que se encuentra el corregimiento de San Gregorio — igual que el resto del país – se encuentra inmerso en un convulsionado clima de lucha social en el que los movimientos que promueven cambios políticos estructurales y que propenden por un país con justicia social están presentes en prácticamente todos los sectores de la población: sindicalismo y otros modelos de lucha política en las clases trabajadoras, que se consolidan y toman una fuerza hasta ahora desconocida; organizaciones campesinas y movimientos estudiantiles, la mayoría de los cuales han tenido origen a partir de los años sesenta y setenta, que actúan bajo el ropaje muchos de ellos de ideologías de izquierda (marximo – leninismo); o acción cívica sin apego estricto a una determinada ideología política de líderes / lideresas que trabajan hombro a hombro o paralelamente con activistas de la Iglesia Católica, entre los que se encuentran sacerdotes como Elkin Osorio Ramírez, Ignacio Betancur Sánchez y Germán Darío Ledesma, por lo visto con la anuencia de la diócesis de Jericó, quienes llevan a cabo grandes esfuerzos de generación para generar conciencia social y ponen en marcha proyectos de desarrollo humano en los lugares y poblaciones más afectadas y vulnerables, dentro de una concepción cristiana de la justicia social basada en el enfoque de la llamada Teología de la Liberación, nacida a raíz de los aires frescos que trajo, a una anquilosada Iglesia Católica Latinoamericana, una visión renovada de su misión en la era del siglo XX, surgida de los postulados del Concilio Vaticano II. 1 A todo este entramado de movimientos y activismos políticos hay que sumarle, sin embargo, el ingrediente de la violencia, proveniente de grupos armados rebeldes (Farc, ELN y M-19, los más destacados) que consideran que un cambio social por la vía de la acción pacífica no es posible y han optado por las armas como única estrategia efectiva para lograrlo.2 Estos grupos actúan bajo la ideología y el apoyo del Marxismo / Leninismo estilo Unión Soviética, República Popular China y la Revolución Castrista de Cuba, o dentro de la visión de una especie de socialismo a la colombiana, en el caso del M-19.3
El Café, para los años 80, sigue siendo la base de la economía del suroeste antioqueño. (Foto álbum de Edison Gil C., Facebook)
La otra cara de la moneda la constituye el Estado o lo que los activistas denominan el Sistema, entendida esta palabra como la manera como éste funciona, a cargo de una élite política y económica que ha tenido históricamente el poder para administrarlo, dirigirlo y, en últimas, para usufructuarlo. Dentro de esta perspectiva, es fácil deducir que las clases dirigentes y las instituciones, entre ellas la Iglesia Católica tomada en su conjunto, no son (o no quieren serlo) conscientes de la dimensión y trascendencia de las aspiraciones que subyacen detrás de las manifestaciones de inconformidad expuestas a través de la protesta social, el activismo y, más apremiante aún, a través de la acción armada de los grupos rebeldes, que en el fondo no son otra cosa que la necesidad sentida de construir un nuevo Sistema que sustituya el existente, que ha demostrado su incapacidad e ineficacia para construir una sociedad justa y desarrollada. En consecuencia, el Estado ha terminado debatiéndose entre una política de concesiones marginales y paliativas (Reforma Agraria, Asociación de Usuarios Campesinos ANUC, entre otras), incluyendo un intento de negociación con las Farc: es la zanahoria de la estrategia y, por otro lado, usando la represión militar: es el garrote. Se desperdicia así una nueva oportunidad para hacer un alto en el camino y replantear el país que tenemos. El resultado no podría ser más preocupante: un gobierno desbordado por la violencia, una clase política cuya corrupción crece sin medida; hacendados y empresarios agroindustriales que, ante la incapacidad del Estado para controlar los grupos rebeldes, han optado por contratar sus propios ejércitos privados ante la mirada permisiva o abiertamente cómplice de las Fuerzas Militares y un pueblo en el que cada vez son más abundantes los jóvenes ávidos de dinero fácil. Es el escenario perfecto para la función de la comedia trágica de la nación que ya comenzó, cuyos primeros telones se han venido instalando desde los años 60 y 70. Solo hacía falta que los dos nuevos actores, que ya habían venido actuando de manera disimulada entre bambalinas, se quitaran la máscara que los cubría para empezar a actuar abierta y descaradamente: el paramilitarismo y el narcotráfico.4
Es dentro de este estado de cosas que transcurre la vida diaria del San Gregorio de hoy, una comunidad que se debate entre guerrillas, paramilitarismo y el poder quimérico y corruptor del dinero fácil del narcotráfico acechando la vida de sus habitantes, especialmente la de sus jóvenes. Hoy, esta aldea, cuyas primeras casas se construyeron hace ya más de medio siglo, ha crecido materialmente, pero deberíamos mirar también cuál ha sido su crecimiento en términos de calidad humana. Un momento propicio para el surgimiento de esa actividad que se ha vuelto tan peligrosa: la de ser líder / lideresa social. Todavía muchas de las personas que eran ya unos adultos jóvenes en aquellos años viven aún hoy día y los hijos y nietos de aquellos últimos coletazos de la colonización antioqueña somos en estos momentos los llamados a responder por la herencia que nos dejaron. ¿Qué fue lo que hicimos de ella? ¿En dónde han ido quedando los valores con los que fuimos educados? ¿Qué lecciones aprendimos de tragedias como la violencia de los años 48 al 53? ¿Dónde está esa Antioquia Grande de la que habla Jorge Robledo Ortiz? ¡O solo, y como lo dice el mismo poeta, tal vez para el momento en el que escribía sus versos esa Antioquia era ya un lejano recuerdo de un olvidado pasado!4
Con esta entrega queda abierta una invitación a los sangregorianos para complementar la información que sobre la actividad social, cívica y política se desarrolló en el corregimiento por esta misma época, sobre lo cual no tengo documentos verificables. Sé que en el campo del debate político por estos años hubo una significativa actividad y que por esta época también funcionaba o se estaban poniendo los cimientos de la colonia de San Gregorio con sede en Medellín. ¿Hay informes sobre los proyectos y el correspondiente impacto sobre la comunidad que está logrando el trabajo de la colonia? ¿Qué personas, hombres o mujeres, ejercen en estos momentos su liderazgo? ¿Qué proyectos están promoviendo y qué futuro se avizora para la comunidad?
Notas:
- Teología de la Liberación, Wikipedia, La enciclopedia libre. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Teolog%C3%ADa_de_la_liberaci%C3%B3n
- Informe sobre el conflicto social y armado en el suroeste antioqueño, disponible en: https://www.justiciaypazcolombia.com/wp-content/uploads/2020/10/INFORME-SOBRE-EL-CONFLICTO-SOCIAL-Y-ARMADO-EN-EL-SUROESTE-DE-ANTIOQUIA2535.pdf
Molano, Alfredo, Trochas y fusiles. El Áncora Editores, Bogotá 1994.
- Ver origen del M-19, disponible en https://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_19_de_abril#:~:text=Los%20partidos%20pol%C3%ADticos%20tradicionales%20(liberal,cargos%20burocr%C3%A1ticos%20por%20partes%20iguales
- Suroeste antioqueño, un conflicto silenciado. Aproximación a la construcción de la memoria histórica del conflicto armado en el suroeste antioqueño (1984 – 2016). Centro de Fe y Culturas. Investigadores: Gloria Eugenia Ríos y otros.
Melo, Jorge Orlando; Colombia, las razones de la guerra, Editorial Planeta Colombiana S.A. 2021.
- Robledo Ortiz, Jorge. Cuadernillos de poesía, Panamericana Editorial.
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Por Rubén Darío González Zapata Nacido en la vereda La Lindaja Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)