Gracias al trabajo mancomunado de la Unidad de Víctimas, entes territoriales y cooperación internacional, quienes invirtieron más de dos mil millones de pesos durante cinco años, la comunidad del corregimiento La Encarnación (veredas La Clara y El Maravillo) en Urrao, logró transformarse en territorio de paz luego de sufrir el conflicto armado.
En diciembre de 2019 se realizó el acto de clausura con cantos, bailes típicos y una obra de teatro con la recopilación del proceso de la reparación, en el que las instituciones y la comunidad aportaron para la reconstrucción de sus prácticas y tradiciones.
Gracias al proceso en el que también participaron cooperantes internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD, la Fundación CIDEAL de Investigación y Cooperación – CIDEAL, y entidades estatales como la Gobernación de Antioquia y la Administración Municipal de Urrao se repararon los daños económicos, sociales, culturales y a la infraestructura física, sufridos por las comunidades debido al conflicto armado.
Gloria Amparo Hernández, líder de la comunidad de La Encarnación, aseguró que ha visto el cambio después de la reparación colectiva, «la tranquilidad con la que estamos viviendo y el progreso que se ha venido viendo. Ya no se tiene el temor de no vivir sino el querer vivir, ya los niños juegan en la calle, ahora dormimos con las puertas abiertas y dormimos tranquilos, nos sentamos en el parque a conversar en cualquier momento y no tenemos temor de hacerlo”.
En 1998 ocurrió la masacre de 22 hombres, miembros de la comunidad de La Encarnación, por parte de las Autodefensas Unidas de Colombia. Como consecuencia de este hecho, las mujeres viudas resistieron y con la intervención de la estrategia de rehabilitación comunitaria Entrelazando se empoderaron de su recuperación.
Ahora 60 familias que habitan en este corregimiento volvieron a vivir las fiestas tradicionales, los paseos al río y lograron retomar las prácticas en torno a la música que en el pasado los grupos armados les habían prohibido.
Dentro de las medidas que más impacto tuvieron en la reconstrucción social y económica de este territorio fue la entrega de los 100 proyectos productivos a las mujeres del corregimiento; proyectos avícolas, porcinos, bovinos, máquinas de confección, dotación para hotel, y calentadores de gas para microempresas de arepas.
La comunidad también recibió dotación deportiva para equipos de fútbol femenino y masculino, dotación para los grupos de jóvenes que hacen parte de la casa de la cultura.
Otra medida del plan de reparación implementada y que se destaca fue la reconstrucción de la escuela, de la caseta y de la placa polideportiva de la vereda de El Maravillo, hasta donde se llevaron los materiales en transporte mular.
Wilson Córdoba, director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, expresó que “con el apoyo de los diferentes cooperantes que aportaron económicamente con la recuperación del tejido social y económico que se implementó a esta comunidad, hoy finaliza y quedan restablecidas las medidas de acuerdo con los daños sufridos por la comunidad y que fueron concertadas con ellos”.
El funcionario destacó que la entidad deja la capacidad instalada en la que 60 familias que hacen parte del corregimiento «puedan continuar avanzando para que hechos como los ocurridos en este lugar no se vuelvan a repetir”.
Contexto
En Antioquia, la Unidad para las Víctimas cuenta con 53 sujetos de reparación colectiva reconocidos, 14 de estos con planes en implementación con medidas como rehabilitación de vías, escuelas, puentes, parques, dotaciones a centros médicos, instituciones educativas, puestos de salud rurales, casas de la cultura, centros de acopio y apoyo a proyectos productivos.