¡Salgar Vive! Fue nuestra consigna y la de salgareños y salgareñas que durantecasi dos meses nos abrieron la puerta de sus corazones para rememorar con nosotros lo vivido… y para compartir sus ilusiones sobre un mejor porvenir.
Las calles, la gente, los recuerdos, la quebrada, las risas de la infancia, el canto de los jóvenes, fueron los protagonistas en nuestra agenda de El Suroeste Averigua pues era preciso hacer memoria para que no se repita.
Durante este tiempo, pudimos conocer las historias de muchas familias que tras la larga noche de La Liboriana querían contar lo que pasó pero también saber qué estaba pasando con la reconstrucción del pueblo y las obras de sus nuevos hogares.
La infancia y la juventud del municipio se acomodaron en un lugar especial de nuestra investigación y fueron sus relatos, sus ganas de vivir, los que nos llevaron a creer en la esperanza para Salgar.
En la Escuela Delfina Calad de Ochoa del barrio La Habana, escuchamos las voces de la infancia, conocimos por medio de dibujos los recuerdos de Ana, de María, de Harrison, de Kelly, de niños y niñas que perdieron a sus hermanos, primos y amigos.
Mientras que en la Institución Educativa Julio Restrepo, escuchamos a viva voz las peticiones de jóvenes que creen en el progreso de su territorio, en la cultura y el arte como estandartes de sus vidas. Mariana por ejemplo exclamó que Salgar debe dejar de ser “el pueblito de la avalancha”.
Y nada mejor que hablar de esperanza destacando el talento que crece como semilla fértil en el corazón de la Escuela de Música de Salgar.
Aquí cada tarde, al ritmo de música colombiana o clásica, niños y niñas aprenden de sus maestros otro lenguaje universal, se enfrentan a retos, fortalecen sus lazos de amistad, dejan atrás la tristeza y lanzan al viento notas llenas de sueños.
Estamos comprometidos con la identidad y la cultura, con la memoria porque creemos en ella como camino de sanación, como rito, como lucha colectiva, como instrumento para llegar a la verdad.
Compartimos la esperanza de Salgar y creemos como Khalil Gibran que: “Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”.
Así termina esta investigación de Salgar Vive pero no dejaremos de escuchar a sus habitantes.