Conversamos con Redepaz, la Red Nacional de Iniciativas Ciudadanas por la Paz y contra la Guerra no solo para seguir reflexionando sobre los resultados del plebiscito de este 2 de octubre en Colombia, sino también, para conocer qué proponen como organización y qué lectura hacen del conflicto armado en el Suroeste.
La pedagogía que hace esta red trasciende la vigencia del plebiscito y está presente en las diferentes regiones de Colombia desde hace más de 20 años, apoyándose en el accionar de gestores y gestoras que de acuerdo con el conocimiento de sus comunidades establecen espacios para que el diálogo, la memoria y la reconciliación se inscriban en las agendas de sus cotidianidades.
“Llevamos 24 años trabajando a favor de la paz y la terminación de los conflictos armados, eso nos ha llevado a estar presentes en diferentes desmovilizaciones que no son lo que uno esperaba, donde quedó faltando mucha verdad, donde no hubo tantajusticia. De todas maneras hablar de lo que acontece con las diferentes víctimas es complicado porque apenas estamos adquiriendo una plena conciencia sobre su universo”, dice el coordinador de Antioquia, Jhon Fernando Mesa.
¿Qué piensa Redepaz tras la victoria del No en el plebiscito de este 2 de octubre?
Para Redepaz ha sido y es clave pensar que la paz se construye desde la cotidianidad. Nosotros seguiremos recurriendo a nuestros espacios de formación, movilización y acompañamiento a las víctimas para seguirlas apoyando. Nuestra construcción de paz no para y hay que seguir convocando a la unidad, a todas las personas sin importar si este 2 de octubre votaron Sí o votaron No, lo importante es seguir construyendo país al lado de los niños de las mujeres, de todas las personas que conocen la guerra y quieren salir de ella. Debemos apostarle a la No Violencia, esta oportunidad es para trabajar juntos desde el diálogo, fortaleciendo el respeto y la convivencia.
¿Qué sigue?
Lo que sigue es que el Gobierno, las Farc y todas estas nuevas visiones políticas que se quieren adherir y que ganaron desde el No, se deben sentar a hablar y renegociar esos acuerdos que según muchas personas no estaban claros. Lo que tiene que quedar muy claro es que solo con el diálogo los procesos pueden llegar a feliz término.
Aplaudo la posición del presidente Juan Manuel Santos de seguir con en la mesa de conversación y de las Farc al reafirmar que no quieren volver a la guerra, que el camino es la política, y por supuesto, la gran responsabilidad está en manos de la sociedad civil que tiene que tener corresponsabilidad para exigir a todos los implicados espacios de diálogo y concertación para definir una paz integral que construya la ciudadanía, y no unos cuantos.
‘En el Suroeste todo ha sido muy callado’
Declara Jhon Fernando Mesa para referirse a la incidencia del conflicto armado en este territorio: “a comparación de otras subregiones, las violencias, el impacto de la guerra, ha sido muy callado en el Suroeste, y este silencio también nos dice que algo pasó. Se ha podido identificar víctimas de desplazamiento forzado, víctimas de violencia sexual, intrafamiliar y de las denominadas vacunas porque el flagelo de la extorsión se ha instalado con fuerza en esta zona”.
Sobre casos de desplazamiento se ha documentado en diferentes fuentes lo acontecido en la vereda Promisión del municipio de Angelópolis entre 1997 y 1999, cuando por amenazas de grupos armados al margen de la ley, sus habitantes fueron forzados a abandonar sus tierras y tuvieron que asentarse en diferentes barrios de Medellín. (Años más tarde aproximadamente 15 familias decidieron retornar a su vereda bajo la promesa del restablecimiento de sus derechos y de la resolución de los líos legales que existían con la titulación de sus predios). No obstante, Mesa sostiene que en general no hay registros oficiales, cifras, porque a la mayoría de las víctimas, a sus comunidades, les ha dado miedo denunciar, sin embargo, sostiene que algunas de ellas han encontrado el valor para contar lo que les pasó a gestores y gestoras de paz: “hay que empezar a darle voz a esos relatos, no es quedarse ni con el silencio ni con la mera cifra, hay que hacer un trabajo articulado y pedagógico con las Administraciones Municipales de esta subregión, hacer memoria para que no se vuelvan a repetir estas violencias”.