Venecia vivió un fin de semana inolvidable. La sexta versión del Festival Internacional de Globos convocó a miles de visitantes que, entre motos, carros y caminantes, convirtieron este municipio del Suroeste antioqueño en un escenario vibrante de alegría y color. El calor fue intenso, pero la emoción lo superó: familias enteras llegaron desde distintos municipios del Suroeste y del Valle de Aburrá para disfrutar de un espectáculo aéreo que ya se consolida como uno de los eventos más esperados del calendario regional.
Más allá del cielo colorido, el festival se transformó en una verdadera vitrina de economía local. Cada cuadra del camino hacia el estadio -epicentro del evento- se convirtió en una feria improvisada: sancocho, empanadas, pasteles, jugos, chorizos, bebidas y productos artesanales se ofrecían desde las casas. Las familias de Venecia aprovecharon el flujo de visitantes para generar ingresos y participar activamente en la fiesta. Vecinos recordaban que el año pasado la demanda superó la oferta: “se acabó toda la comida”. Este año, en cambio, hubo preparación y abundancia, mostrando una comunidad que aprende, se adapta y emprende.
Sin embargo, el éxito de convocatoria también deja lecciones importantes. La afluencia superó la capacidad vial y logística del municipio: el acceso al estadio colapsó, la entrada principal se congestionó por completo y, al cierre del domingo, era casi imposible salir del casco urbano. Ni siquiera las motos lograban circular y muchos vehículos tuvieron que devolverse o buscar rutas alternas como el desvío por Bolombolo. La falta de control vehicular, señalización y rutas de evacuación reveló la necesidad de una planeación más estructurada para futuros festivales.
El Festival de Globos de Venecia es un ejemplo del potencial turístico y comunitario del Suroeste. Muestra cómo podemos atraer multitudes y generar economía. Pero también nos recuerda que el crecimiento turístico debe acompañarse de estrategias de movilidad, seguridad, control ambiental y orden público. Venecia tiene la oportunidad de seguir brillando, no sólo por su belleza y el encanto de los globos, sino por la capacidad de aprender de la experiencia y mejorar su organización año tras año.

Las lecciones
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Movilidad: el flujo de visitantes superó toda expectativa. Se requiere prever rutas alternas, cierres temporales y controles vehiculares que garanticen la movilidad y la seguridad de todos.
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Gestión del espacio público: el estadio y sus alrededores deben contar con zonas definidas para ingreso y evacuación.
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Oportunidad para la economía local: el festival demostró el potencial de la comunidad veneciana para dinamizar su economía familiar, un modelo que puede fortalecerse con acompañamiento institucional y promoción turística.
- Cultura ambiental y corresponsabilidad ciudadana: la masiva asistencia dejó una preocupante acumulación de basuras en el estadio, en las calles y en el parque principal. Este escenario recuerda que el turismo y la fiesta también deben ser espacios de conciencia ambiental.
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Sostenibilidad y proyección: Venecia tiene la posibilidad de consolidarse como destino cultural y turístico del Suroeste, siempre que combine la belleza del espectáculo con una organización responsable y sostenible.
Fotos Administración Municipal


