Mi nombre es Luis Aníbal Álvarez, no me gusta el apelativo de maestro, me gusta más el de artista, porque al arte le he dedicado mi tiempo y mi vida.
Todo inició cuando estudiaba en Amagá. En el colegio veíamos una materia llamada estética, mi profesor era Hernando «El Negro» Acevedo, y cada trabajo que él nos ponía para el día siguiente, yo lo hacía en los descansos el mismo día. Me gustaba observar a mis compañeros y retratarlos.
El profesor empezó a ver que tenía talento y me invitaba a su casa, allá me enseñó a combinar colores, técnica… y así fue como inicié.
Luego del colegió trabajé en Industrial Hullera, dentro de la mina. Estuve 17 años manipulando explosivos y solo podía pintar los fines de semana.
Cuando la empresa cerró, me ofrecieron trabajo en Carbones San Fernando, mi única condición fue no ingresar nuevamente al socavón, y así fue. Trabajaba de seis de la tarde a seis de la mañana en el almacén de insumos y polvorín; el explosivo para abrir tajo en la mina.
Allá tenía colores, hojas y practicaba toda la madrugada. Yo no dormía, sino que pintaba, dibujaba y practicaba; algo muy bueno, porque ya sí me dediqué en forma al dibujo y la pintura.
El retrato de Álbaro Valencia
La admiración que tenía y tengo por Álbaro Valencia, por su aporte a la cultura, la cercanía con su familia y la calidad humana de él hacia todos, me tenía obsesionado con la idea de retratarlo.
Desde hace mucho tiempo quise pintar un cuadro de él para donarlo a la Casa de la Cultura de Amagá o a algún espacio donde lo puedan apreciar.
Muchas personas que vieron la obra quedaron impresionadas, porque no es común ver a alguien que nunca estudió formalmente pintura tener la habilidad de crear piezas tan reales y hermosas.
Para este trabajo me demoré dos meses y una semana, trabajándole en la mañana y en la tarde. Siento una gran satisfacción de haber logrado materializar esta obra.
Ahora puedo concentrarme en otras obras de arte, ir más allá y superarme, hacer los pedidos que la gente me solicita.
Mi consejo para los artistas que están naciendo y formándose, es el mismo consejo que recibí de un libro: “No se puede ser pintor de domingo”. El arte es algo para vivir cada día.
Nota: nuestro fundador Álbaro Valencia Cano trascendió hace cuatro años. Siempre agradeceremos estos detalles del alma, como el de nuestro amigo y artista Luis Aníbal Álvarez. El retrato ahora está en el recinto del Honorable Concejo Municipal de Amagá, espacio designado por Acuerdo con el nombre del comunicador social – periodista.