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Orlando Betancur Restrepo regresó a Betania para intentar vender un lote, pasaron cuatro años desde el momento en que huyó con la familia de su pueblo natal porque la violencia se agudizó. Volvió a la vereda El Pedral Arriba para retomar algunas actividades, pero la desventura siguió asechando: el 12 de abril de 2002, guerrilleros del Frente Ernesto Che Guevera del ELN lo secuestraron. Lo retuvieron y obligaron a cruzar los Farallones del Citará y lo condujeron a las selvas espesas del Alto Andágueda en Chocó. Tres meses y medio. T r e s  e t e r n o s meses en los que, a pesar de la angustia y la zozobra, no dejó de escribir un diario convertido en libro: La incertidumbre y el miedo.

El 25 de julio del 2002 fue liberado. “En ese momento me di cuenta de que, irremediablemente, para bien o para mal, todo había cambiado, y que después de 104 días de secuestro, nada volvería a ser igual”, escribió en el libro.

La memoria, aquella injusta que a veces recuerda demasiado o depura valiosos momentos está presente en la obra de Orlando y también en la de su hija, Luisa Fernanda Restrepo. Gabriel García Márquez es el autor predilecto de este poeta betaneño. Orlando ha dedicado su vida a escribir historia, como lo hace en Betania, la perla del Citará o en El Pedral Arriba o las compilaciones de Poemas del Citará y Betania es un poema.

Orlando también es el creador del Museo Jesús María Restrepo Vélez de Betania, ubicado en la misma vereda donde fue secuestrado en el 2002 y a la que le ha dedicado muchas letras. Música, libros, poemas, pinturas, esculturas y otros elementos que Orlando ha coleccionado a lo largo de los años, integran este lugar que cultiva la identidad de Betania. “Hay que rescatar la memoria del pueblo. La idea es que muchos lo conozcan para que se apropien de su territorio”, cuenta Orlando y añade que todavía hay historias por contar, personajes que destacar y memoria por rescatar. Él no se detendrá, seguirá escribiendo, en 2019 publicará Leyendas de mi pueblo, un ejemplar dedicado a la memoria de los relatos mágicos que encantan al Suroeste.

Antes y después

Yo fui pájaro, flor,

nube y vapor,

tierra, excremento.

 

Se degradaron,

se desintegraron,

y sus átomos se juntaron al azar

Y me formaron.

 

Ahora el tiempo,

deidad cruel,

me ha degradado;

me espera la desintegración total

y mi cuerpo volverá a ser

pájaro, flor,

nube y vapor,

tierra, excremento.

 

Pero…

¿y mi espíritu?,

¿de dónde vino antes

y a dónde irá después?

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