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En los últimos días, el Suroeste antioqueño ha sido escenario de hechos que preocupan a las comunidades y que hacen visibles los desafíos que la región sigue enfrentando en materia de seguridad y convivencia. Entre asesinatos, capturas e intimidaciones, se vive un periodo de incertidumbre que impacta la vida de los habitantes y que exige respuestas claras y sostenidas por parte de las autoridades.

Lo ocurrido recientemente en el Suroeste:

En Amagá, las autoridades y la comunidad siguen acompañando el proceso de búsqueda de Aníbal de Jesús Álvarez, quien permanece desaparecido desde el 14 de septiembre. Su familia continúa recopilando información y adelantando las gestiones necesarias para avanzar en su localización, mientras se mantienen abiertos los canales de reporte para cualquier dato que pueda contribuir al caso.

En el municipio de Andes hay conmoción por el asesinato del abogado penalista Fredy Albeiro Zapata Rivas, ocurrido en un establecimiento comercial en Cali. Zapata, manejaba procesos delicados, por lo que las autoridades investigan múltiples hipótesis mientras revisan cámaras, testimonios y material probatorio para esclarecer el crimen.

A esto se suma la aparición de grafitis con la inscripción “Fuerzas Armadas Campesinas” en el corregimiento San José, hecho que generó temor entre la comunidad. La Policía aclaró que no existe registro de un grupo armado con ese nombre y que podría tratarse de un intento de intimidación o extorsión, por lo que activó los protocolos de verificación en la zona.

En Betania, la preocupación se reactivó tras el hallazgo del cuerpo de una mujer no identificada, asesinada con arma de fuego en la vereda Guadualejo. Con este hecho, el municipio completa 20 homicidios en lo que va del año.

En Fredonia, las autoridades capturaron a un joven conocido como “Supipa”, investigado por acceso carnal abusivo con menor de 14 años. Según la investigación, el detenido aprovechaba la confianza de la familia para acercarse a la víctima y amenazarla y ya tenía antecedentes por la misma conducta. La captura hizo parte de un operativo coordinado enfocado en la protección de menores.

Por su parte Támesis, que llevaba más de dos años sin registrar homicidios, vivió un hecho doloroso con el asesinato de Darío Vergara, comerciante reconocido en la vereda Río Frío. Hombres armados llegaron hasta su establecimiento y le dispararon. En esta área rural se ha reportado la presencia de integrantes del Clan del Golfo, razón por la cual, las autoridades investigan si el crimen está relacionado con esta estructura.

Un llamado a la paz y a la defensa de la vida

Estos hechos recientes reflejan una realidad que no puede normalizarse: vidas perdidas, familias afectadas, comunidades enteras que viven en incertidumbre y territorios que piden acompañamiento. Frente a este panorama, el Suroeste necesita hoy más que nunca acciones firmes que garanticen seguridad, justicia y presencia institucional.

Hacer un llamado a la paz es entender que la vida debe estar en el centro de cada decisión y de cada política pública. La región merece transitar sus caminos sin miedo, trabajar con tranquilidad y construir un futuro donde la violencia no sea la noticia constante, sino un capítulo superado. Cuidar la vida es un compromiso colectivo, de autoridades, líderes y ciudadanía. El Suroeste lo reclama y lo necesita.

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