Se vuelve más lenta la tarea cuando cada uno piensa y hace por su lado.
La normatividad establece que los planes municipales de desarrollo que deben presentar los alcaldes a su respectivo Concejo deben estar articulados con el Plan de Desarrollo Departamental y con el Plan de Desarrollo Nacional.
El sentido común dice que más allá de la normatividad, los alcaldes y sus equipos técnicos deben tener muy en cuenta su propio entorno, mirar más allá de los límites que fijan montañas, ríos y quebradas, y establecer de manera conjunta una serie de programas que sean comunes, que por su magnitud y costo económico requieren trabajo articulado de varios municipios.
Es cierto que hay asuntos que nos diferencian como municipios porque algunos tienen solucionados temas que para otros siguen siendo problemas o necesidades a atender, pero hay temas que nos comprometen a toda la región o a buena parte de ella y que tienen que ver con la generación de empleo, medioambiente, minería, disposición final o trasformación de residuos, reforestación de microcuencas, educación superior, vías de comunicación, entre otros.
Los nuevos 21 alcaldes y dos alcaldesas del Suroeste están pensando en acciones conjuntas desde las posibilidades que ofrece disponer de regalías y quieren fortalecer las provincias que los agrupan.
Ese ejercicio es interesante y hay que estar atentos para que cuando llegue el momento de evaluar y mirar resultados, se tenga todo el compromiso necesario para seguir impulsando esta manera de cooperación y abrir posibilidades para que pensemos y construyamos región, no solo desde las obras de infraestructura que se necesitan, sino también en materia de salud, arte, cultura, comunicaciones, recreación y deportes, seguridad, turismo, participación ciudadana…
Las miradas parroquiales y localistas están llamadas a recoger en un mundo cada vez más globalizado. Sin renunciar a las responsabilidades en lo local, pues para ello fueron elegidos los alcaldes, sin infringir las normas y trabajando por su propio terruño; es posible que cumplan con sus compromisos y programas de gobierno convertidos en planes de desarrollo.
La cultura de pensar en región, ser región y actuar como región es un postulado de nuestra labor como medio de comunicación. Hoy seguimos recordando las palabras de Álbaro Valencia Cano; buscamos la edición de hace cuatro años: 126 – enero 2016. Fue la última que dirigió y este fue en gran parte el editorial que escribió. Su pensamiento sigue tan vigente como nuestro amor por su legado. Damos gracias a ustedes que nos siguen leyendo y acompañando de distintas maneras en la misión de contar la región.