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Por Jorge Eduardo Cock Ex ministro de Minas y Energía Ex miembro del directorio ejecutivo del Banco Mundial
Indiscutiblemente, la compañía surafricana AngloGold Ashanti (AGA) no hace bien hecho nada, por más que digan y repitan que lo de ellos es “minería bien hecha”.
Fue de público conocimiento que el 10 de diciembre del 2019 la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales -ANLA, les devolvió con un claro NO, la solicitud de licencia ambiental que con grandes anuncios habían radicado días antes para el pretendido proyecto minero Quebradona, en Jericó y Támesis.
Le fue devuelta por no cumplir con tres de los requisitos elementales y obligatorios. Y eso sin anotar que en el formato que tal Autoridad utiliza para verificar cumplimiento aparece con un nombre diferente del actual. Si algo tan elemental lo hacen de esa manera ¿cómo será el contenido?
Pero así es todo lo de esa compañía. Engañoso, malo y dañino de principio a fin. Ya lo están viendo los funcionarios de la ANLA y quienes hemos revisado su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), que mucho destapa de lo que ocultaron y las mentiras que metieron en sus “presentaciones de socialización del EIA”.
Es inentendible por qué en Colombia le entregamos concesiones mineras a quienes tienen esa mañas y tan mala reputación internacional. Ya lo estamos viendo, como lo han visto y sufrido muchos países en épocas recientes.
Es de conocimiento público que en 2010 fue nominada como la peor empresa para el medio ambiente en el concurso «Public Eye», organizado anualmente por Green Peace. A juicio de los organizadores, la actividad de esa empresa ha contaminado “la tierra y la gente” de Ghana. En febrero de 2010, le cerraron dos minas porque continuaba afectando los ríos que proveían de agua a las comunidades, además de crecientes señalamientos de violación a los derechos humanos que incluyen denuncias sobre torturas y asesinatos por personal de seguridad privado de la compañía.
En Colombia son muchos los daños que ya han hecho a las aguas y a la sociedad con Ejército y Policía costeados por la empresa para acompañarlos. Olímpicamente trataron de engañarnos con cuentos tan absurdos como el de que no existen acuíferos en la zona de Jericó donde harían la explotación o como el de su tecnología de punta.
Mientras sus asociados hacen afirmaciones contrarias y realistas como la del Gerente General de Anglo American Quellaveco (Perú), Tom McCulley, en entrevista reciente sobre la posibilidad de utilizar en ese proyecto en curso el sistema de relaves filtrados (la gran bandera de AGA en Jericó), dice que “la tecnología aún no está lista para desplegar con éxito los relaves filtrados” (Revista MINPER, 2019).
Y se contradice la misma AGA cuando dice en su informe a las bolsas de valores de otros países sobre sus estados financieros, que “AngloGold Ashanti ha identificado corrientes contaminadas de aguas subterráneas en algunas de sus operaciones, ocurridas principalmente como resultado de infiltración de botaderos de residuos mineros” y que “el grupo ha identificado potenciales entradas de agua y futuros riesgos de contaminación de aguas subterráneas profundas en algunas minas subterráneas en África”. (originales en inglés). Lo mismo que ya no pueden negar que sucedería en Quebradona.
Ahora, con esos insólitos programas publicitarios o «patrocinados» por AGA que comenzaron en este medio, El Suroeste, con una serie dizque de diálogos sobre dudas, preguntas o comentarios sobre el proyecto Quebradona, que no las tiene el público ni menos quien haya escuchado o leído la verdad sobre el Proyecto, lo llevan a uno a pensar que las hace un fantasma: un fantasma llamado AngloGold Ashanti.
Por Jorge Eduardo Cock
Ex ministro de Minas y Energía
Ex miembro del directorio ejecutivo del Banco Mundial