Jardín un libro abierto, una obra de arte

A Jardín lo describe como un libro abierto, un catálogo vivo que espera atento la visita de todo el que tenga curiosidad por conocerlo. Don Roberto hace énfasis en que él no habla del turismo, sino del viajero, dos cosas muy distintas. “El viajero es una persona que tiene tiempo de reflexionar, detenerse, pensar y seguir. Cuando uno tiene una buena observación uno se lleva un buen concepto de los lugares”.
La conversación concluye pronto bajo esta idea: aunque creemos saber mucho, lo que sabemos siempre es incierto en algún punto. Por eso, aunque es consciente de que sobre Jardín podría decirnos un millón de cosas, prefiere resumir su grandeza, su belleza e historia en una frase: “A Jardín no se viene, sino que se vuelve”, y agrega que el municipio es como una obra de arte: entre más se va mirando, más cosas se van encontrando, “podemos meternos al concepto de lo infinito, y yo creo que nunca terminaríamos de conocerlo”.


