Voces escolares y familiares
Historias que nos inspiran desde las aulas y los hogares
Por Arley Cleandro Medina Echeverría Estudiante 6ºA I.E.N.S.A.
Mi nombre es Arley Cleandro Medina Echeverría, tengo 11 años de edad y curso el grado sexto en la Institución Educativa Escuela Normal Superior de Amagá. Desde niño he vivido con mi abuela materna, a quien siempre he definido como mi mamá.
Inicié mis primeros años escolares en la guardería del barrio Cabañitas, con la madre comunitaria Isabel Cristina Colorado. Allí estuve poco tiempo, ya que este espacio fue clausurado por falta de niños. Recuerdo que jugábamos, explorábamos y compartíamos con amiguitos de mi edad.
Luego pasé a otro lugar muy especial, ubicado en la esquina del Hospital San Fernando del municipio de Amagá, con la madre comunitaria Paula, quien me cuidaba con mucho amor durante el día, y en ocasiones me quedaba más tiempo. Allí también encontré calor de hogar y cariño maternal.
No puedo olvidar que siempre me llevaban a estos centros comunitarios mis bisabuelos paternos, Daniel Granados Cano y Aura Rosa Rivera Colorado. Los recuerdo con mucho cariño porque siempre me brindaron compañía y, sobre todo, mucho amor. También me cuidaban mientras mi mamá-abuela, María Elena Granados Rivera, llegaba de su trabajo como maestra de primaria en Medellín.
Después comencé la educación formal en el preescolar de la Escuela Normal, con la profesora Bibiana Osorio. En un inicio me costó adaptarme, pues estaba muy apegado al anterior centro comunitario y a mi maestra. Algunas veces, después de clase, me llevaban de nuevo allí para seguir compartiendo con otros niños. Con el tiempo me adapté. Me gustaba mucho el juego de roles, especialmente en el restaurante escolar. Recuerdo que trabajábamos por proyectos: elegí investigar sobre los cerdos, su alimentación, forma de vida, hábitat y clasificación entre animales salvajes y domésticos. También participé en el proyecto “Tránsito Armónico”, donde recibíamos a niños que ingresarían a preescolar. Era una actividad muy divertida: nos disfrazábamos de indios Omogaes, entrábamos a la mina didáctica, probábamos comidas típicas y nos bañábamos en piscinas adaptadas en el patio central. En Navidad celebrábamos con un festival de villancicos, la novena en vivo y la representación del pesebre.
Al ingresar a primer grado, mi orientadora fue la maestra Jady Yocasta Leudo Maturana. Con ella continuamos aprendiendo lectura, escritura y matemáticas. Ella nos hablaba del proyecto de articulación entre preescolar y primero, para lograr un aprendizaje más significativo y menos traumático a esa edad.
Durante este periodo, se presentó la pandemia a nivel mundial. Esto nos alejó de la escuela física y nos correspondió aprender desde casa, con clases virtuales sincrónicas y asincrónicas, y guías interdisciplinarias. También recibimos apoyo del programa “Todos a Aprender”. Después empezamos a ir algunos días a la sede de bachillerato Victoriano Toro, con tapabocas, control de temperatura y medidas de cuidado para evitar contagios. Incluso nos vacunaron como prevención. Parte de segundo grado lo cursé en esa modalidad.
Tercero lo inicié nuevamente de forma presencial con el orientador Daniel de Jesús Granados Rivera, en la sede María Auxiliadora. Sin embargo, por el deterioro de la planta física tuvimos que volver a la sede principal. Trabajamos en la mañana y, la mayor parte del tiempo, en la tarde. Participamos en un proyecto integrador que articulaba el aprendizaje de todas las áreas. Una estrategia especial fue el “Cuaderno Viajero”, que iba a las casas de todos los estudiantes para registrar valores familiares, sociales y personales, los cuales socializábamos en clase. También, con el profesor José de la Casa de la Cultura, trabajamos música y desarrollamos el proyecto “El Monstruo de Colores”, articulado con artística, inglés, ciencias sociales, religión e iniciación vocacional, integrando además la cátedra municipal sobre progreso y desarrollo local.
En cuarto grado, nuevamente con la maestra Jady Yocasta, disfrutamos de convivencias, trabajo en la biblioteca y uso de espacios naturales de la básica secundaria. Participamos en el programa de bilingüismo en la plataforma Master 2000, en el festival de cometas, el “Jean Today”, “Peinados Locos”, las fiestas franciscanas (hoy institucionales), actos cívicos y culturales, la formación de los lunes y la frase “Y para hoy, ¿qué tenemos?”. También participamos en la feria de la Antiqueñidad y trabajamos en la sala de informática.
Quinto grado lo cursé en la sede Victoriano Toro, ya que la sede María Auxiliadora seguía en mal estado. Allí trabajamos de forma articulada ciencias sociales, inglés e iniciación vocacional a través de la cátedra nacional, abordando historia y geografía. En el primer periodo vivimos la democracia escolar y la elección de personero y contralor. En el segundo periodo trabajamos con la Constitución Política de Colombia, pluralidad, identidad y respeto por las diferencias. También desarrollamos un eje ambiental sobre protección y conservación de la naturaleza, articulado con el proyecto extracurricular “Guardianes de la Naturaleza”, del cual hago parte hace varios años con orientación de las profesoras Gloria Villegas y Jady, y de los maestros en formación los viernes en la tarde.
Otro proyecto importante, liderado por el maestro Daniel, fue “Vivamos al Derecho los Derechos”, orientado por ONDAS, para vivenciar los derechos de los niños según el artículo 44 de la Constitución y reflexionar sobre su vulnerabilidad. Este proyecto lo socializamos en el municipio de La Estrella, donde fui expositor junto a mi compañera Valentina Vitola.
También trabajamos con la “Brújula Escritural”, que nos ayuda a reflexionar sobre el aprendizaje en las diferentes áreas del conocimiento.
Actualmente curso sexto grado A con mi orientador Jeovani Agudelo. Participo en los semilleros de Robótica, Guardianes de la Naturaleza y ONDAS. En la pasada feria de la ciencia institucional, “La Ciencia en Casa”, socialicé una propuesta de jabón, y próximamente presentaré el proyecto “Reciclando, reciclando, el planeta Tierra va mejorando”. Además, los jueves participo en el semillero “Pequeños Formadores” y quiero vincularme al semillero Ensamble, orientado por el maestro Diego Blanco, así como a la Batucada de la Casa de la Cultura Belisario Betancur Cuartas.
Me proyecto como soldado profesional o bombero, con el propósito de trabajar por las comunidades.
Cada día, en las aulas y en los pasillos de la Institución Educativa Normal Superior de Amagá, se tejen historias llenas de sueños, retos, aprendizajes y alegrías. En esta nueva sección, orientada por el profesor Daniel de Jesús Granados Rivera desde el área de Ciencias Sociales, abrimos un espacio para que estudiantes y familias compartan sus vivencias y sueños.
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