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Pasadas las ocho de la mañana llegamos a Venecia. Hicimos una parada en el parque para comprar cositas. El día estaba soleado, perfecto para tomar un café en algún lugar del parque. La recomendación de los guías de La Ruta Outdoor es no comer mucho, comprar bastante hidratación y algún dulce para la energía.

Iglesia de Venecia

Iniciando el recorrido paramos en la Piedra del Sacrificio, famosa por ser el lugar donde se presume, llegaban las personas a rendir tributos naturales y sacrificios de animales a la Diosa de los Espejos.

Entrada a la Piedra del Sacrificio

Desde la Piedra del Sacrificio es posible ver la roca que representa a la Diosa de los Espejos. Se le llama así porque cuando el sol se está poniendo en el Occidente, ilumina la piedra que por sus componentes minerales refleja algunos destellos.

La Piedra del Sacrificio

La piedra de La Diosa de los Espejos

El ascenso

Iniciamos cruzando un sendero que rodea a Cerro Tusa a través de algunas fincas a 1.350 metros sobre el nivel del mar aproximadamente. Somos 25 personas y tres guías; uno va a la cabeza, otro en el medio y otro al final. “En promedio, un domingo como hoy y si las condiciones del clima lo permiten, llegan a subir 100 personas”, dice uno de los guías.

Por un sendero para iniciar la escalada.
A medio camino del ascenso.

 

 

 

  • Dejamos de caminar para comenzar a escalar. La inclinación aumenta hasta superar los 50 grados. Cuatro personas de nuestro grupo deciden no continuar.

 

 

 

 

 

La cima

Un letrero nos da la bienvenida. Indica que estamos a 1.880 metros sobre el nivel del mar. A su lado yace una oxidada cruz hecha de hojalata y varillas, sostenida por cables anclados al suelo. “Fue puesta aquí hace ocho meses aproximadamente”, dijo un guía.

Un letrero y una cruz en la cima de Cerro mTusa

 

 

 

La satisfacción de llegar a la cima se ve nublada rápidamente; los mosquitos, entre otros insectos, están por todas partes, y el calor es intenso, no hay árboles que den sombra, pero estar aquí vale la pena.

 

 

 

El descenso

La bajada no es más fácil que la subida. Las piedras ruedan y bajamos arrastrándonos para evitar cualquier paso en falso.

La gente descendiendo de cerro Tusa

¿Se debería reglamentar el ascenso a Cerro Tusa?

“Para subir al cerro no se requiere ningún permiso, acá lo único que se necesita es el compromiso con la preservación de la montaña”, relató Carlos Andrés Ramírez, guía de la Ruta Outdoor.

EL SUROESTE pudo constatar que cualquier persona puede subir, pero ello no implica que el recorrido no sea peligroso. Según Víctor Hugo Restrepo Pérez, director del Museo Cerro Tusa Zenufaná de Venecia, este recorrido no se puede reglamentar debido a que como espacio privado no se puede intervenir. “Como área privada es muy difícil condicionar ese espacio, pero para la actividad turística se ha intentado generar un tema de prevención mediante guías, alimentos y respaldo de autoridades”.

El director del museo también es enfático en que lo que se busca no es impedir que las personas visiten en lugar, pues Cerro Tusa es un símbolo turístico por el que muchas personas llegan a Venecia. Para él, “la idea es que haya un orden, que las personas que vengan no invadan predios privados. Lo que hace la Administración Municipal es regularlo. Nosotros no podemos negarle a las personas que suban, pero sí podemos tomar medidas para que aquellos que lo hagan vayan con un guía o pedirles que nos informen cuando vayan a subir y en caso de cualquier eventualidad poder responder”.

Contexto Histórico

Se cree que Cerro Tusa, junto a la Piedra del Sacrificio y la Piedra de la Diosa de los Espejos, conformaron un santuario precolombino que varias comunidades indígenas usaban como lugar de peregrinación. Allí se reunían para realizar diferentes rituales que iban desde procesiones hasta sacrificios animales. “Existen varias hipótesis que señalan a Cerro Tusa como un santuario precolombino donde la gente iba por motivos religiosos. Aquello se estableció gracias a varios restos arqueológicos encontrados en las cuevas Santa Catalina en Venecia y otras en Titiribí”, relata Pablo Aristizábal, arqueólogo con más de 20 años de investigaciones sobre Cerro Tusa.

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