Por Gustavo A. Bernal Jaramillo Gerente - Concesión La Pintada
Al volver la vista atrás, en estos días de confinamiento obligatorio que nos ha permitido hacer un alto y pensar, nos damos cuenta de lo privilegiados que somos quienes podemos disfrutar el Suroeste antioqueño: una tierra verde, bellísima, próspera, pero, ante todo llena de una inigualable historia.
Pueblos bonitos, limpios, llenos de gente honesta que te saluda mirando a los ojos y te hace pensar en un buen café para conversar de la vida, de la naturaleza y soñar con un futuro promisorio.
Al repasar nuestros pueblos, veredas, los caminos y cada rincón del Suroeste nos encontramos historias fascinantes desde las épocas Prehispánica y Colonial, que nos recuerdan que quienes nos antecedieron desde hace muchas décadas, tenían gran respeto por la región donde construyeron mágicos lugares para vivir, indiscutiblemente, fue gente aguerrida con capacidad de acometer tareas difíciles para su momento histórico.
Hoy el mundo nos cambió, indistintamente de credos, razas y pensamientos políticos. Esto es inédito de principio a fin, y hasta los más versados pensadores geopolíticos y economistas hacen aguas para explicar qué sigue para la humanidad en asuntos tan importantes como el comercio, el turismo, el transporte aéreo, la economía globalizada, la salud, entre otras.
Pero algo sí es cierto: nuestra bella tierra del Suroeste está siendo impactada y va a requerir de todo el talante de sus líderes y comunidades a fin de retomar el camino sin que se cambie sustancialmente el rumbo que debería haber seguido en condiciones normales, ese es el reto para la región y lo está siendo para el mundo.
Es natural sentir temores ante la pandemia y sus efectos, pero no nos dejemos amilanar, debemos ser creativos para diseñar estrategias rápidas y contundentes que permitan dinamizar la pequeña y mediana economía de nuestra gente y les permita retomar el trabajo y así llevar sustento para sus familias.
Cualquier idea es buena y debemos ponerla sobre la mesa para su evaluación: no habrá turismo internacional y posiblemente el nacional se demorará en reactivarse, sin embargo, tenemos grandes centros urbanos como el Valle de Aburrá y el Eje Cafetero a los que podemos atraer y nos van a necesitar para “desfogar” su estrés del confinamiento.
Iniciativas como Suroeste compra Suroeste, pensando en nuestros cafeteros, citricultores, productores de frutas y verduras, y demás. Primero nuestra gente y nuestros campesinos.
Dinamizar los mercados campesinos, promoción turística, restaurantes y hoteles, entre otros es una urgente necesidad.
Entender las cadenas productivas de alimentos, fortalecerlas y apoyarlas para llegar al mercado de las ciudades aledañas.
Aprovechar la infraestructura de nuestros pueblos para reinventar el Hay Festival o la celebración especial a la Madre Laura o porque no, la Semana Santa.
Debemos estar unidos, ser creativos, trabajar con nuestras autoridades, pero, ante todo sacar ese talante de líderes que nuestros antepasados nos enseñaron, sin protagonismos, ni rivalidades de credo o color político, nuestra gente y la región nos necesitan haciendo que pasen cosas y rápido.
Por nuestra parte desde Concesión La Pintada, continuaremos trabajando con responsabilidad y transparencia para entregar en el menor tiempo posible nuestra obra y
ofrecer al Suroeste y Colombia excelentes vías por donde llegue el progreso y nuevos
visitantes a la región.
Estamos comprometidos con la región que nos abrió sus puertas y nos acompaña día a día en nuestras labores.
Todos unidos por el Suroeste.
Gustavo A. Bernal Jaramillo Gerente – Concesión La Pintada
