Por Leidy López Toro
Red Jóvenes Suroeste 2050
Jericó, el reino del carriel, cuna de una santa, habitáculo de grandes y montones de iglesias de estilos varios, un seminario y mucha gente a las puertas de la catedral para pedir a cuantas cúpulas sea necesario, que se respete a la montaña y lo que con ella habita. Támesis, la tierra de volver y volver y volver con potencia al infinito, de paredes montañosas y mucha agua en caída. Dos municipios de Antioquia que han demostrado que tienen las potencialidades suficientes para hacer del territorio un espacio sagrado, que conserva y cuida la vida en todas sus formas.
De público conocimiento y como tema recurrente se ha instalado la cuestión minera en el país, un boom mediático sin precedentes, pero con mucha historia detrás. Y aunque ya bastante se ha dicho de la situación de mucha emergencia que atraviesa el Suroeste por la presencia de la multinacional minera AngloGold Ashanti y su proyecto Quebradona, nos atrevemos hoy a contar las otras partes de esta historia, muchas veces mal contada.
Empecemos diciendo que aun cuando la información técnica constituye parte fundamental en el debate coyuntural que nos convoca en el Suroeste, las discusiones sobre la pertinencia y, sobre todo, sobre la impertinencia de la minería en la región, no puede limitarse únicamente a indicadores, cifras, números, mapas y demás.
Ya ha quedado claro en diferentes espacios que hay cantidades importantes de información de naturaleza técnica con sustentos suficientes para evidenciar la infactibilidad de un proyecto como Quebradona. Mas aquí mostramos esta otra cara que respalda la evidencia técnica y a la que han querido restar importancia: la de la movilización social y la inexistencia de una licencia social a los intereses de AGA.
Si bien el debate frente al proyecto se viene agudizando en los últimos años, con especial atención en este misterioso 2020, las voces de rechazo a la minería en la región, con énfasis en la presencia de AngloGold Ashanti, vienen tronando en el Suroeste desde hace aproximadamente unos diez años.
El trabajo de las organizaciones sociales en defensa del territorio ha demostrado que el proyecto minero Quebradona no es compatible ni con la economía, ni con la cultura, ni con la gente del Suroeste. Y cuando la humana voz no es suficiente para quienes se han encargado de desprestigiar la movilización social, basta con mirar hacia las ventanas para descubrir banderines, que -en aclaración a las autoridades de Jericó- son una manifestación digna, legal y vaciada de cualquier viso politiquero, son banderas de digno rechazo a un modelo exógeno que pretenden imponer en las majestuosas montañas de este flanco de la cordillera occidental.
Basta con recorrer algunas calles de Jericó, Támesis y Palermo para encontrarse con el mensaje urgente que claman las comunidades del Suroeste. Y cómo no atender a este llamado, si tuvo como motor el sentir de quienes hoy nos abren puertas a la esperanza: la juventud. Sí, desde los rinconcitos de muchos municipios del Suroeste, hay unas celulitas que se están pensando el territorio que quieren habitar, partes de un cuerpo que está moviéndose inquieto por construir formas de vida y permanencia en el territorio del Suroeste. Así funciona la Red Jóvenes Suroeste 2050: un cuerpo, una confluencia que no solo reparte banderas de rechazo a AngloGold Ashanti, sino que representa una fuerza expansiva de amor por el territorio.
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La Red, atendiendo a las potencialidades de todos y todas las jóvenes del Suroeste, se está consolidando como un actor determinante en la planeación del territorio. Por lo cual, su trabajo combina pasión y amor, con acción y proposición.
La Red de Jóvenes Suroeste 2050 y su trabajo conjunto con las demás organizaciones subregionales le apuesta a ese llamado a salvar el Suroeste, generando opciones para la permanencia en el territorio, para garantizar un ambiente sano, para vivir la autonomía y el derecho a decidir. La fuerza de la juventud la resume esta frase de la Red:
“Como jóvenes queremos tragarnos el mundo, y tragarnos el mundo poco tiene que ver con aporrearlo o masticarlo… Todo lo contrario, tragarnos el mundo tiene que ver con llevarlo adentro, muy adentro de nuestros corazones”.
Todo esto y lo que está por construir es una invitación para que juntos y juntas Salvemos el Suroeste.
Por Leidy López Toro
Red Jóvenes Suroeste 2050