La infraestructura genera desarrollo, empleo, potencia el turismo y propicia un sinnúmero de transformaciones sociales, culturales y ambientales que dictaminan nuevas dinámicas de vida, de relacionamiento entre las comunidades.
El Suroeste no es ajeno a estos cambios, actualmente lo surcan las obras de la doble calzada Primavera – Camilo C, y de las Autopistas de Cuarta Generación (Pacífico 1, Pacífico 2 y Pacífico 3), proyectos que buscan generar progreso a través de la conexión vial.
En 2015 la presentación del estudio “Análisis de las implicaciones sociales y económicas de las Autopistas 4G (llamadas en ese entonces Autopistas para la Prosperidad) en el departamento de Antioquia”, realizado por las universidades de Antioquia y Pontificia Bolivariana para la Gobernación, se hizo énfasis en las bondades de esta revolución de la infraestructura vial para los 36 municipios cuyos territorios serán intervenidos por esa gigantesca serpiente gris de dos cuerpos paralelos casi en toda su extensión y que va rasgando la geografía verde para unir extremos y lugares determinantes para la economía del país.
Sin embargo, también surgieron muchas dudas entre las comunidades por ejemplo: ¿cómo se modificará la geografía? ¿Cambiará la vocación agrícola? ¿Qué pasará con los ecosistemas naturales de la región?
También en mayo de 2015 realizamos la Tertulia Desarrollo y Transformaciones Viales del Suroeste, y un año después seguimos indagando sobre lo que ha pasado ¿Cuál es el estado actual de las obras? ¿Cuáles beneficios se han materializado con el avance de dichas obras? ¿Han surgido nuevos cuestionamientos en los municipios impactados? ¿Cómo luce la geografía?
El Periódico EL SUROESTE Averigua; continuamos con nuestra responsabilidad de informar y generar diálogo sobre las transformaciones de nuestra región.
El papel de quienes estamos en la región también será decisivo. Ser actores pasivos facilitará que el desarrollo social que requerimos en el Suroeste lo veamos pasar y que esa riqueza se acumule en las multinacionales y en empresas con poco sentido de responsabilidad social que solo piensan en su rentabilidad agudizando los niveles de exclusión social.
Vale la pena señalar que no estamos calificando estas implicaciones como buenas o malas, solo que el Suroeste será diferente y cambiará para bien o para mal dependiendo de la capacidad de la dirigencia política, económica y social de la región, del departamento y del país.