Imagine lo siguiente: don Pedro vive en la vereda La Lejanía, que queda a lomo de mula a dos días del casco urbano de su municipio. Don Pedro participa de las reuniones de su comunidad, organiza convites para la pavimentación de las carreteras y, junto a sus vecinos, ha presentado a la Administración Municipal un proyecto para el mejoramiento del acueducto veredal. Sin importar su lugar de residencia, don Pedro es un ciudadano.
Ahora, visualice otra escena: Manuela tiene 13 años y cursa séptimo grado. Además de ser una joven que asiste a clases, ayuda a sus papás en los quehaceres de la casa y sale con sus amigos al parque, también participa en las reuniones de juventud que realizan en su municipio. Su llegada a este espacio fue casual, un día una amiga suya le pidió que la acompañara, y desde entonces no se pierde un encuentro. Allí conversan sobre lo que necesitan los jóvenes de su localidad y plantean proyectos de juventud. Manuela, a pesar de no tener 18 años, es una ciudadana.
Así como Manuela y como don Pedro, usted y yo también somos ciudadanos en la medida en que moramos un territorio, tenemos unas necesidades que debemos satisfacer y participamos en el cumplimiento de nuestros derechos y obligaciones. La abogada Celia Arismendy Espinosa, estudiosa del tema de democracia y ciudadanía, en conversación con el Periódico Regional EL SUROESTE ejemplifica este tema:
“En el artículo 95 de la Constitución Política de Colombia se exponen cuáles son las obligaciones que tenemos todos los ciudadanos, una de ellas está relacionada con la protección de los recursos culturales y naturales del país y procurar por un ambiente sano; entonces, ¿el cumpliendo de esa obligación corresponde solo al que tiene 18 años o todos tenemos que irnos formando en construcción ciudadana?”
Según explica la abogada Arismendy, hemos reducido la ciudadanía a un concepto meramente formalista: al hecho de votar y a ser elegidos. “Tenemos que diferenciar entre el concepto de ciudadano, que es inherente al sujeto, y el concepto de capacidad de ejercicio de la ciudadanía, que es esa capacidad que se adquiere, según la normatividad, a los 18 años que es cuando te dan la cédula de ciudadanía con la que te identificas para ejercer tus derechos ciudadanos directamente”.
Regresemos a don Pedro y a Manuela, ya hemos mencionado que ambos son ciudadanos porque ambos son sujetos de derechos políticos, sociales, económicos y culturales en un sistema democrático como el colombiano y, además, han asumido una responsabilidad desde su ser y su quehacer en búsqueda de satisfacer unas necesidades a través del encuentro con otras personas/ciudadanos para el desarrollo de planes y programas que beneficien a sus comunidades.
Sin embargo, debemos plantear una diferencia entre estos dos personajes: mientras don Pedro, quien es mayor de edad, está en la capacidad de ejercer la ciudadanía y por tanto tiene la posibilidad de votar y de postularse para ser elegido como representante a escala municipal, departamental y hasta nacional; Manuela, quien tiene 13 años, aún se encuentra en un proceso de formación y maduración psicológica y política que le permitirá adquirir las herramientas para ejercitarse como ciudadana, votar, elegir y ser elegida, capacidad de ejercicio que adquirirá en cuanto cumpla 18 años y cuente con un documento de identificación que así lo certifique.
Luego de esta reflexión, lo invitamos a que se pregunte: ¿se considera usted ciudadano?
¿Extranjeros ciudadanos? Si ligamos el concepto de ciudadano al concepto de derechos de la persona, de aquel que mora un territorio, entonces este morador está en la posibilidad de exigir el reconocimiento de sus derechos, a pesar de que no pueda votar en elecciones nacionales. Incluso este extranjero que vive y habita en un territorio colombiano puede, por ejemplo, participar en las consultas que se hagan para arreglar los parques del sector en el que está ubicada la casa en la que vive.
Ser ciudadano
“El ciudadano es quien conoce sus derechos y los hace respetar a toda costa sin temor. Combate a la corrupción intocable que hay en el país”. Manuela García Muriel*, Amagá
“Para mí ser ciudadano va más allá de coexistir con el otro en un espacio determinado, ser ciudadano es defender mis derechos y los de los demás, es luchar por el otro y hacer que todos nos sintamos cómodos viviendo en un mismo espacio con los mismos derechos y obligaciones, obviamente todos tenemos un rol diferente al ser ciudadanos, pero lo que se busca al ser ciudadano es unirse en pro de los derechos de cada uno de nosotros”. Sergio Calderón*, Jardín
“Ser ciudadanos más que ser parte de una población, es tener empatía, es no solo pensar individualmente sino también pensar en aquel que necesita de alguien. Ser ciudadano es ayudar a nuestro entorno y las personas que nos rodean”. Karen Monsalve, Ciudad Bolívar
“Ser ciudadano es sentirse una pieza de la ciudad o el territorio que se habite, asumiendo la forma más amable, desde la posición que cada uno tiene, para construir con otros un rompecabezas de paz y proactividad”. Daniel Ortega*, Amagá
“Ser ciudadano es básicamente pertenecer a una comunidad gobernada”. Salomé Casas*, Venecia