«Me permito decir que hemos descubierto a Santa Bárbara, un pueblo que no tenía historia«, dice antes de mencionar a los Londoño, los Pérez, los Valencia o los Arboleda, algunas de las primeras familias de este municipio.
Todo empezó con una pregunta: ¿quiénes fueron los primeros habitantes de Santa Bárbara?, porque de algún lado deben de venir sus 22 mil habitantes. José Balbino Valencia, un filósofo de profesión e historiador de corazón completó 50 años investigando la historia del pueblo que lo vio crecer.
Para hablar de la vida del hombre que relata la historia, empecemos por su barba larga y frondosa, por sus cabellos canosos, su mirada profunda y su seguridad para expresarse. Balbino aún no termina su obra, pero la tiene escrita en su cabeza. En el 2022 publicará un libro para conmemorar los 200 años de la fundación del municipio: “Quiero que tengamos consciencia de lo que hemos tenido en las manos. Es un tesoro invaluable, un grupo humano valioso, una riqueza en recursos minerales y un futuro maravilloso”.
Su investigación la empezó alrededor del año 1964, cuando aún estaba en el bachillerato; inició con los registros parroquiales de Santa Bárbara y Montebello, y aprendió sobre los indígenas que habitaban estas montañas.
Pasaron los años y siguió procesando más y más información. Averiguó que Santa Bárbara se llama así porque en el lugar tronaba mucho y uno de sus habitantes le encomendó el caserío a una virgen y mártir del siglo III, que por convertirse al cristianismo fue decapitada por su padre, a quien en ese instante un rayo lo mató. Esa virgen es Santa Bárbara.
Balbino no se nombra como un especialista, dice que es un ser con profunda curiosidad. Respeta el pasado y ve su reconstrucción como una oda a lo vivido. “No podemos planear el futuro con el pasado, pero sí se puede contar para que los curiosos y los apreciadores de un legado valioso, no nos quedemos guardando meros recuerdos. Planear, no sobre él, pero sí con el impulso que da recordar y revivir”.