El Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado se conmemora en Colombia desde que fue aprobada la Ley 1448 de 2011. Para este año el lema es ‘Por las víctimas, por la paz’.
Y como ya es costumbre, este año también se sembrarán árboles y se entregarán semillas en todos los departamentos del país. En el municipio de Jardín por ejemplo, realizarán una siembra en el parque educativo.
«El conflicto armado ha afectado enormemente el medio ambiente y el sector rural. Para las seis millones de víctimas de desplazamiento y, en general, los campesinos y campesinas de Colombia que abandonaron su hogar, el territorio y los frutos de la tierra son elementos fundamentales. De los 303 procesos de reparación colectiva, aproximadamente el 40% corresponde a comunidades étnicas y otro 40% a comunidades campesinas». (www.unidadvictimas.gov.co)
Contexto
Los 23 municipios del suroeste antioqueño están habitados por aproximadamente 400.000 personas, en esta subregión hay registradas 134.745 víctimas entre 1985 y 2016, es decir que cerca del 34% de los habitantes del suroeste han sido reconocidos como víctimas, según la Dirección Territorial para el departamento.
Los principales hechos victimizantes son: homicidio con 21.919; desplazamiento forzado con 101.748; amenaza con 5.618; desaparición con 3.177; pérdida de bienes muebles con 656 y secuestro con 637.
El suroeste de Antioquia ha sido tradicionalmente una región cafetera, rica en minería de carbón, donde no han faltado los conflictos sociales y la violencia política. En la década de los 50 esta región se vio duramente golpeada por la polarización bipartidista, y tuvo fuerte presencia tanto de guerrillas liberales, como de grupos de “pájaros” o pistoleros vinculados a los sectores conservadores. En la década de los 80 los grupos insurgentes tuvieron una fuerte presencia en la región, especialmente el EPL y las Farc. De hecho, en Urrao, uno de los principales municipios del suroeste, el M19 y el EPL probaron su famosa Fuerza Conjunta, que pretendía ser una forma de ejército revolucionario.
(Fuente: Artículo: Bloque suroeste antioqueño http://www.verdadabierta.com/la-historia/419-bloque-suroeste-antioqueno-)
¿Qué convirtió al Suroeste en una zona de confrontación?
Crisis del café | Violencia | Drogas |
Los bajos precios del café registrados en 1993 y la propagación de la broca y la roya produjeron una fuerte crisis económica en la subregión. | Situación de inseguridad que persistía entre las elites locales por las acciones de la guerrilla y la delincuencia común, que al parecer fueron el estímulo para que algunos hacendados implementaran grupos de autodefensas. | Presencia temprana del narcotráfico. |
Fuente: Verdad Abierta
Tarso
Promediando el año 2000: «Los paramilitares, bajo el mando de Alcides de Jesús Durango, alias ‘René’, tenían fuerte presencia en municipios del Suroeste como Venecia, Fredonia y Andes. Buscando extender sus dominios, los ‘paras’ instalaron un retén en la vía que comunica a las localidades de Pueblorrico y Tarso, y mensualmente convocaban a reuniones de las veredas de estos dos pueblos pidiendo ‘aportes económicos’ a la causa contrainsurgente», según registra el portal Verdad Abierta.
Por su parte William Darío Zapata enlace del municipio para la Unidad de Víctimas, explica que aunque el ELN hizo presencia en el municipio su paso fue transitorio y su accionar estuvo dirigido en gran medida al uso de los corredores estratégicos del territorio, mientras que los paramilitares son los señalados como los responsables del mayor número de afectaciones contra la población civil.
Ellos generaron amenazas, homicidios, y desplazamientos forzados.
Según la caracterización de 2014, Tarso tiene 452 víctimas del conflicto armado pero Zapata explica que teniendo en cuenta a la población que vive actualmente en otros lugares y no retornó, la cifra podría ser mayor.
Precisamente con el objeto de determinar cuántas personas son y qué necesidades tienen, se pondrá en marcha una nueva caracterización.
El pasado 05 de abril en el marco de la conmemoración del ‘Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado’, el tema fue compartido con la comunidad:
Durante el Comité de Justicia Transicional que es donde se revisan los avances en la política pública de víctimas, socializamos el compromiso que asumió la Administración y la Dirección Nacional de Víctimas en cabeza de Yolanda Pinto, para hacer una caracterización de víctimas en el municipio y así obtener la radiografía del estado actual de esta población. La idea es terminarla este mes.
Describe William Zapata, quien agrega que el segundo paso será realizar una feria que estará focalizada en las necesidades que se identifiquen gracias a la caracterización:
Necesidades como vivienda, empleabilidad, productividad, salud, educación, donde puedan ser aliados el SENA, el Banco Agrario, entre otros. Nuestro índice de restitución a la población desplazada es muy bueno, el 25% ya tienen indemnización.
Ese día además de planes y cifras, las familias también tuvieron un espacio simbólico para reflexionar sobre la resiliencia:
Una capacidad universal que permite a una
persona, un grupo o una comunidad impedir,
disminuir o superar los efectos nocivos
de la adversidad. (Fuente: Caminos para la resiliencia, Eneida Puerta y Marcela Vásquez)
Zapata cuenta que a través de la figura del ave fénix, conversaron sobre cómo es posible resurgir de las cenizas, volver a empezar:
Hay que trascender el dolor y recuperar la esperanza, confiar en la reparación integral.
La conmemoración contó con la participación de Jorge Mario Alzate, director de la Unidad de Víctimas en Antioquia, quien en compañía de las comunidades visitó la vereda Tacamocho y el sector de La Virgen -en el área urbana- donde se están construyendo dos casetas comunitarias, obras financiadas por su dependencia y la Administración Municipal.
Montebello
Los habitantes del Suroeste de Antioquia, como los de todo el país, fuimos convocados a conversar sobre la paz y a votar para refrendar los acuerdos de paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc.
En el plebiscito del 2 de octubre de 2016 con 6.422.136 votos (el 50,23%), el ‘No’ se impuso ante el ‘Sí’. En el Suroeste el 63,6% votó ‘No’ y el 36,4% votó ‘Sí’.
Montebello fue el único municipio del Suroeste donde ganó el ‘Sí’ con el 55,11% frente al 44,88% por el ‘No’.
Este municipio no ha sido ajeno al conflicto armado de Colombia, donde las disputas por la tierra tienen una trayectoria compleja e histórica, incluso diversos analistas coinciden en afirmar que el origen del conflicto armado del país radica en el problema de tierras, en su distribución.
El territorio de Montebello ha sido surcado por el accionar de las Farc, el ELN y los paramilitares en connivencia con militares, tal como pasó en la recordada masacre de La Galleta.
El control sobre la tierra ha sido un instrumento de poder para los diferentes actores armados –tanto legales como ilegales- y su accionar en busca de apropiarse de terrenos estratégicos para su expansión y consolidación, ha generado todo tipo de violencias contra la población civil. (Tomado de: Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación Colombia, Grupo de Memoria Histórica).
Entre ellas la desaparición forzada, que en muchos casos, antecede al despojo de tierras, y después de este, el desplazamiento forzado es la siguiente violencia que deben afrontar las víctimas para salvar sus vidas, dejando atrás no solo su patrimonio sino la última imagen de aquel ser querido sobre el que no saben si algún día, volverán a tener noticias.
Según cifras de 2016: “1.848 personas padecieron el desplazamiento forzado en Montebello”.
En declaraciones dadas al Periódico El Mundo, Paola Cadavid Acevedo, directora de la URT en Antioquia señala que:
Montebello es un municipio que desde la década de 1980 empezó a sentir de una forma mucho más severa la presencia de grupos guerrilleros, especialmente, del ELN, lo cual generó un gran número de desplazamientos, de acciones violentas y homicidios selectivos; pero la situación se agudiza cuando en la década de 1990 aparece el Bloque Suroeste y, en una lucha contrainsurgente, pusieron en una disyuntiva a los campesinos, quienes quedaron en el medio de estos fuegos cruzados.
Agrega que: “desde que empezamos en 2013 con el proceso de restitución de tierras nos encontramos que este fue un municipio sumamente golpeado por guerrilla y paramilitares; además las acciones contra la población civil fueron muy invisibilizadas”.
Para Cadavid, Antioquia es un reto muy grande de restitución y actualmente cuenta con 19.200 solicitudes:
Esto no es de sorprender, este departamento tiene uno de los índices de expulsión más alto de todo el país, entonces el abandono y el despojo van en sintonía con los índices de población desplazada.
Argumenta que alrededor de 9184 solicitudes están en intervención, es decir que se están estudiando, y de esas 2 mil ya se encuentran en etapa judicial, en manos de los jueces.
En Montebello el retorno exitoso de familias a veredas como: La Quiebra, El Aguacate, Sabanitas, El Gavilán, Campo Alegre y El Encenillo, no habría sido posible sin la protección, las garantías de no repetición y el apoyo económico del Estado, pues con el paso del años las fincas sumidas en el abandono solo guardan los vestigios de lo que un día fueron, y prácticamente se tienen que volver a reconstruir.
Desde que empezó el proceso de restitución en el 2013, este municipio es considerado como uno de los que más solicitudes de restitución de tierras ha presentado, así lo afirma Cadavid.
Hemos atendido más de 400 solicitudes y con esta sentencia suman 200 hectáreas que han retornado a sus legítimos propietarios. Hemos hecho una inversión por 900 millones en proyectos productivos, y el Banco Agrario ha priorizado, vía subsidio de vivienda, la inversión de cerca de 750 millones de pesos Así contribuimos a restablecer los derechos de una población muy afectada e invisibilizada, como fue Montebello.
Este sábado 07 de abril al son de la banda municipal, familias, amigos de toda la vida, nuevos vecinos, gente del campo y gente del área urbana, marcharon para honrar la memoria de aquellos y aquellas a los que la violencia les robó la vida.
Con flores blancas y mensajes alusivos a la verdad, la justicia y la reparación, fueron caminando por la vía principal del municipio, sin ocultar su hondos pesares pero compartiendo su legado de esperanza.
En la Institución Educativa MAJOVI fueron partícipes de actos culturales y simbólicos como la puesta colectiva de flores a una paloma, símbolo de paz, esa que alguna vez les arrebataron y hoy quieren mantener en el presente.