Muy preocupado se encuentra el gremio de carniceros de Santa Bárbara porque desde que se cerró la planta de sacrificio de ganado porcino y bovino, en el mes de enero del pasado año 2017, ubicada en la vereda Atanasio, se han venido incrementando los valores de transporte y precio del sacrificio de cada animal.
Además han notado que de cada 100 cerdos que se sacrificaban semanalmente, ahora solamente transportan 50 cerdos desde el municipio de Caramanta.
El representante legal del gremio, Jorge Nelson Serna Valencia, ha enviado comunicación a la alcaldesa Mónica María Ocampo Restrepo, informando sobre el incremento en los costos cárnicos, máxime cuando ahora se ha cerrado el matadero de Caramanta y tendrán que hacer dichos traslados cárnicos desde el municipio de Ciudad Bolívar, aún más retirado del municipio de Santa Bárbara.
Hemos estado revisando la Ley 1122 del año 2007 y el Decreto 1500 del mismo año 2007 y no vimos por ninguna parte el impedimento que ha venido mostrando el Invima, diciendo que los municipios no deben ser propietarios de los lugares de sacrificio de ganado y que estos deben ser de particulares. Por lo tanto, el gremio de carniceros de nuestra localidad, no ha tenido dinero para invertir en los requerimientos de saneamiento, para ponerlos al orden del día, ya que ellos venían administrándolo en el sistema de comodato.
En el informe presentado a la Alcaldesa, se compartió un gráfico donde se muestra la diferencia del valor del sacrificio de ganado porcino y bovino, desde cuando estaba habilitada la planta de sacrificio de Santa Bárbara, luego desde Caramanta y después de Ciudad Bolívar. Quiere decir que el sacrificio de una res, tendría un incremento del 256.5%, y de un cerdo el incremento sería de un 222.2%.
Entonces: ¿A quién se recargará este porcentaje de incremento de la carne porcina y bovina? Lógicamente que al consumidor final y además se prolifera la clandestinidad en el sacrificio de ganado, especialmente del porcino.